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Subida de la luz, ¿cómo afecta a una cartera de inversión?

Thu Jan 28 10:40:40 CET 2021

El encarecimiento de la electricidad puede tener importantes efectos en los mercados financieros, sobre todo, debido al repunte casi inmediato que se manifiesta en la inflación y en el nivel general de precios.

Comprender por qué sube la luz es algo complejo. No en vano, el descubridor del primer condensador, el holandés Pieter van Musschenbroek, ya afirmó, a mediados del siglo XVIII, que “he averiguado tantas cosas sobre la electricidad que he llegado al punto en que no puedo entender ni explicar nada”. Además de con la borrasca Filomena, la economía española ha recibido 2021 con una subida generalizada en elementos de la vida cotidiana, como el gas, el precio de los sellos o de los envíos de paquetería. 

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En el caso de la luz, aunque hasta hace unas semanas se pensaba que el precio para el consumidor final iba a bajar (debido a la puesta en marcha del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, a través del que dejarán de formar parte del recibo de la luz los costes asociados al régimen retributivo específico de las renovables, la cogeneración y los residuos), la realidad ha demostrado que ha ocurrido exactamente lo contrario. De hecho, el coste mayorista de la electricidad ha llegado a los 95 euros por megavatio/hora (MWh), rozando su techo histórico en España, que se marcó en 2002, cuando superó los 103 euros.

El efecto de la inflación en una estrategia financiera

El precio de la luz es uno de los componentes más importantes del índice de precios de consumo (IPC) que analiza y mide el Instituto Nacional de Estadística (INE), y con el que se calibra la inflación real de la economía española. 2020 cerró con una caída interanual del -0,5%, lo que significaba la primera vez en siete años que los precios terminaban en negativo. Sin embargo, los importantes repuntes en carburantes, electricidad y gas anticipan una rápida vuelta a valores positivos, lo que tendrá un efecto directo, por ejemplo, en el poder adquisitivo de los colectivos que refieren sus ingresos a su evolución, como los pensionistas. De este modo, dispondrán de mayor liquidez para destinar al consumo, para el ahorro o para la inversión.

Es muy importante que exista un adecuado equilibrio entre ahorro e inversión para que esta última compense las consecuencias que la inflación tiene sobre el ahorro. Por ejemplo, si una economía crece, lo habitual es que gran parte del ahorro se destine a llevar a cabo la gestión de una cartera mediante una estrategia financiera que cuente con un mayor patrimonio. Pero, en momentos de crisis las familias privilegian el ahorro sobre el gasto y sobre la inversión para protegerse ante la incertidumbre. En este sentido, la mayoría de los especialistas señala que contar con una cartera diversificada, que incluya un portfolio de diferentes tipologías de activos y con distintos niveles de riesgo, ayuda en el largo plazo a proteger el capital del inversor ante los efectos de la volatilidad.

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Cómo influye en los ahorros

Si la luz sube con fuerza y el dato del IPC se incrementa, es probable que la divisa nacional se devalúe (pierda fuerza en los mercados ante el resto de divisas), teniendo una menor capacidad de compra las familias y, con ello, disminuyendo sus posibilidades de obtener ahorro.

Para combatir este riesgo, los inversores que deseen, al menos, batir el comportamiento de la inflación, es muy probable que tengan que planificar cambios en la composición de su cartera, por ejemplo, apostando por una mayor diversificación aunque continúen manteniendo una estrategia conservadora

En paralelo a esta realidad, la coyuntura general de tipos de interés cercanos a cero ha fomentado que los activos considerados tradicionalmente como más defensivos, como los depósitos o las Letras del Tesoro apenas están ofreciendo retornos. Por todo ello, además de revisar el portfolio de inversiones existen otras posibilidades que, desde una óptica conservadora, pueden ser interesantes, como, por ejemplo, los bonos ligados a la inflación (que sirven para protegerse de una pérdida de poder adquisitivo ante un escenario de tipos de interés muy bajos). 

Otra alternativa es la de invertir en los denominados valores refugio, como el oro, si bien el principal problema de esta materia prima es que, en periodos de tiempo largos, suele tener una elevada volatilidad, lo que invita a recurrir al asesoramiento profesional antes de tomar ninguna decisión. Las acciones también pueden ser una opción para intentar batir a la inflación, dado que es habitual que las compañías suban los precios de sus productos en un entorno inflacionario, debido a que los costes se incrementan, y eso podría incrementar sus ingresos y, finalmente, sus beneficios.

Adaptar las carteras a cada etapa del ciclo

Siempre se dice que una de las claves del éxito en la gestión de una cartera de inversión es la de marcarse objetivos vitales en horizontes temporales largos, sin tomar decisiones precipitadas dejándose llevar por las emociones ante, por ejemplo, una caída generalizada en los mercados financieros. Sin embargo, esta premisa, que es totalmente cierta, no está reñida con implementar, de manera periódica, rebalanceos en la distribución de los activos para adaptarse mejor a los distintos momentos del ciclo económico.

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En este sentido, la apuesta por los fondos de inversión es, siempre, una buena alternativa, habida cuenta de que su gestión es llevada a cabo por un equipo de profesionales que conoce y sigue la realidad financiera, lo que les permite tomar decisiones sobre el portfolio de inversiones con rigor y rapidez. Incluso, en momentos complicados, pueden optar por aumentar el margen de liquidez, a la espera de aprovecharse de futuras oportunidades que surgirán.

¿Compensa invertir en esta coyuntura en las eléctricas?

Desde la óptica financiera, las empresas del sector eléctrico se agrupan dentro del segmento de las utilities, que son compañías que prestan servicios relacionados con suministros básicos y que, habitualmente, presentan beneficios estables, con una generación de caja previsible y, con frecuencia, repartiendo dividendos entre sus accionistas.

Las acciones de las eléctricas son defensivas, es decir, están pensadas para complementar una cartera en el largo plazo, por lo que puede ocurrir que, en momentos puntuales del ciclo, su cotización permanezca plana o que, incluso, caiga. Por ello, para aumentar las posibilidades de obtener rentabilidad, lo más adecuado es incluirlas dentro del portfolio de inversión con un horizonte temporal elevado y no dejarse llevar por movimientos cortoplacistas que poco tienen que ver con la construcción de objetivos vitales en el largo plazo.

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Fotografía de Alexander Schimmeck en Unsplash
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