Si eres un ahorrador no profesional, seguro que has oído hablar de ellos en muchas ocasiones, aunque lo que quizá desconozcas es su funcionamiento. Sea como fuere, de un tiempo a esta parte se ha popularizado enormemente entre los pequeños y medianos inversores, sobre todo por la bajada de la rentabilidad de otros productos como cuentas, depósitos, pagarés o bonos.
Para conocer un poco más a fondo estos productos, también conocidos como Instituciones de Inversión Colectivas (IIC), lo primero que hay que saber es que se trata de un instrumento de ahorro que reúne a un gran número de personas -partícipes- que buscan invertir su dinero de la mejor manera posible. De esta manera, los partícipes realizan una aportación monetaria determinada, aunque es el gestor el que decide dónde invertir (acciones, bonos, divisas, etc.)
Es decir, los inversores entregan el dinero a una gestora y estos reciben participaciones del fondo a cambio de una determinada comisión. De esta forma, y he aquí una de sus grandes ventajas, el fondo te permitirá acceder a mercados y sectores que de otro modo serían sumamente difíciles de alcanzar por ti mismo.
¿Necesito una cantidad mínima para invertir?
En la mayoría de los casos es así, pero suele ser una cantidad pequeña -en algunos, un euro- así que no debes preocuparte. Aunque no existe una norma que regule la inversión mínima a suscribir, suele estar contemplada en el Documento de Datos Fundamentales para el inversor (DFI) que te entregarán al suscribir el fondo. Puede estar denominada en euros o en número de participaciones.
Por otro lado, hay algunos que exigen una cantidad mínima a mantener. Para estar seguro de estas exigencias, es fundamental que leas al detalle la información que te entregará la gestora al informarte.
¿Qué tipos de fondos de inversión existen?
Esta pregunta se podría responder con otra: ¿Qué riesgo estás dispuesto a asumir con tu inversión? Dependiendo del fondo en el que invierte tu gestora y de tu perfil inversor será más adecuado decidirte por uno o por otro.
Aunque existen de muy diversos tipos, por lo general, los más conservadores son los fondos monetarios y garantizados de renta fija. Su principal característica es que aseguran, a una determinada fecha, la conservación del capital invertido. El requisito es que el cliente mantenga su dinero invertido durante un largo periodo de tiempo. A cambio, el riesgo asociado es bastante bajo.
Por su parte, los fondos mixtos de renta fija tienen un nivel de riesgo medio ya que diversifican su inversión, en activos de renta fija y parte en renta variable. En este caso resulta primordial que el inversor sea consciente de que cuanto mayor porcentaje destinemos a acciones, mayor será el riesgo, pero también la rentabilidad que podamos obtener.
En cuanto a los de renta variable, que invierten la mayor parte de su patrimonio en acciones y países o sectores emergentes, son los más indicados para el inversor que busca más beneficios.
Existen muchos más tipos, pero lo que te recomendamos es que antes de decidirte por uno u otro conozcas al detalle la política de inversión del fondo para poder elegir aquel que se adapte más a tus expectativas y, por supuesto, al nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir sobre una escala del uno -poco riesgo- al siete -el máximo-, una información que encontrarás disponible en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
¿Tienen alguna ventaja fiscal?
La respuesta es sí. Y es que el partícipe solo tributa cuando realiza el reembolso -venta- de las participaciones. En otras palabras, el inversor no tendrá que hacer frente a ningún impuesto hasta que no venda sus participaciones. Cuando esto suceda, y si es tu caso, has de tener en cuenta que las plusvalías se consideran ganancias patrimoniales y como tal han de integrarse en la base imponible del ahorro en el IRPF.
En concreto, tributan al tipo impositivo del 19% los primeros 6.000 euros, al tipo del 21% a partir de dicho importe hasta 50.000 euros y del 23% a partir de 50.000 euros.
Otra de las particularidades fiscales que como inversor agradecerás es que, si hemos decidido hacer un traspaso a otro fondo para, por ejemplo, cambiar de política de inversor y ser más conservador, también está exento de tributación.
¿Qué comisiones tienen?
Un aspecto que cualquier inversor ha de tener claro antes de decidirse por uno u otro es la cantidad y el tipo de comisiones que lleva asociados. Y es que cuando contratamos uno podemos llegar a pagar hasta seis tipos, aunque la más habitual es la de suscripción, que es la cuota que cobra la gestora a cada partícipe para que pueda participar en el fondo.
Algunas comercializadoras de fondos también cobran comisiones de suscripción y de reembolso, en este caso cuando uno de los partícipes se deshace de la inversión del fondo. Normalmente ésta se calcula dependiendo del tiempo que se ha mantenido el fondo.
La de gestión se cobra como remuneración por sus servicios y se devenga diariamente. Se puede establecer en función del patrimonio, de los rendimientos o de ambas variables.
Ante la selección de fondos de inversión similares, es recomendable decantarse por el que menor número de comisiones genere y así poder obtener una mayor rentabilidad.
¿Es mejor invertir en un fondo o en varios?
En general, cuanto más diversificada esté tu cartera, menos riesgo tendrás, aunque es una decisión muy personal y de la que has de estar muy seguro. Si te decides por varios, puedes aplicar el binomio de rentabilidad y riesgo de distinta manera, como puede ser suscribiendo fondos de renta fija con otros de variable, estos últimos con un mayor componente especulativo.
¿Qué es el valor liquidativo y por qué es tan importante?
Si hay un concepto que se ha de tener claro es el de valor liquidativo del fondo. Se trata del precio de cada participación en un momento dado y se calcula dividiendo el patrimonio del fondo entre el número de participaciones. Es, sin duda, uno de los datos más importantes a la hora de decidir en qué fondo de inversión queremos invertir nuestros ahorros.
Este valor, a efectos de suscripciones y reembolso, será el del día que el partícipe lo solicite o el del día siguiente, según lo establezca el folleto informativo. Normalmente, el dinero estará disponible en nuestra cuenta en un plazo máximo de tres días hábiles.
¿Puedo recuperar mi dinero en cualquier momento?
Si lo deseas, puedes disponer de todo o de parte de tu dinero de manera casi inmediata frente a otros activos que no lo permiten como pueden ser los inmuebles, las obras de arte o las acciones en empresas no cotizadas.
Es decir, en los fondos de inversión, puedes realizar también ventas parciales del dinero que tengas invertido con la ventaja de que no hay que pagar comisiones como sí sucede, por el contrario, en operaciones de Bolsa.
En España se comercializan alrededor de 25.000 fondos de inversión diferentes. Si quieres contratar uno, recuerda que la mayoría de las entidades bancarias poseen gestoras que, en muchos casos, han sido incluso distinguidas por su alta rentabilidad.
En cualquier caso, y lo contrates donde lo contrates, los expertos siempre recomiendan que el inversor conozca en todo momento en qué situación se encuentra su inversión por si cree oportuno vender o, por el contrario, prefiere realizar nuevas aportaciones.
Asimismo, si quieres arriesgar y te decides por un fondo innovador, también resulta imprescindible que te informes sobre las comercializadoras de fondos que los han confeccionado. No está de más, asimismo, conocer empresas, sectores y el porcentaje de inversión en los mismos ya que algunos no están pensados para momentos de especial inseguridad económica como el actual. Te salvarán de más de un susto.