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Qué son los fondos de autor y qué ventajas tienen para el inversor

Fri Oct 09 10:38:30 CEST 2020

Aunque tienen aspectos positivos y, también, algunos inconvenientes, este tipo de productos están ganando cierta popularidad en los últimos años debido al prestigio de los gestores que imprimen su filosofía personal en la toma de decisiones de inversión.

Stephen King es uno de los escritores contemporáneos más exitosos, tanto por el número de obras que se han convertido en best-sellers como por las novelas que se han llevado al cine. Sin embargo, es en uno de sus escasos libros de no ficción, Mientras escribo (On writing, en su título original, 2000), donde se encuentra una de sus citas más populares: “El talento es más barato que la sal de mesa; lo que separa al individuo talentoso del exitoso es un montón de trabajo duro”. De esta manera, más o menos, es posible entender el significado que hay detrás de los fondos de autor y el por qué de su importante crecimiento a lo largo de los últimos años. Su principal característica es que están gestionados por una persona o por un equipo que son conocidos y respetados por sus partícipes, ya que, en gran medida, les confían su dinero gracias a la reputación que tienen, lo que les otorga, a ojos de sus clientes, una mayor expectativa de rentabilidad que otros productos similares que puedan existir en el mercado.

Hasta hace relativamente poco tiempo, las personas tendían a invertir su patrimonio en activos basándose o bien en la credibilidad que les generaba una entidad bancaria o una gestora, o por las cualidades del producto en cuestión, es decir, por ejemplo, en el caso de un fondo cuya filosofía de inversión se amoldase a la perfección al perfil de riesgo y a las convicciones de los partícipes. Sin embargo, cada vez están ganando mayor peso los fondos de autor, dada la popularidad que muchos especialistas financieros están ganando por el desarrollo de su trabajo merced a su participación en conferencias y entrevistas, a su presencia online (vía artículos, perfiles en redes sociales o con su propia página web) o por la recomendación de otros expertos o de inversores que están satisfechos con su desempeño.

Una de las características particulares que tienen es que la comunicación del ‘gestor estrella’ con los partícipes suele ser más personalizada que en otro tipo de productos, ya que es habitual que remita cartas de manera periódica analizando la situación de los mercados o el comportamiento del fondo, que realice conferencias para valorar la filosofía que se está siguiendo o los movimientos en la cartera que se han implementado, o, incluso, que pueda recurrir de manera puntual a contactos directos con algunos de sus clientes si estos le han transmitido algunas inquietudes particulares que crea que pueden ser susceptibles de merecer una atención especial.

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Ventajas de los fondos de autor

Quizá el punto de mayor fortaleza para confiar en los fondos de autor reside en que los partícipes, por su propia convicción personal, siguen más de cerca la estrategia que se desempeña y están mejor informados, en general, de todo lo relacionado con su política de inversión. Esto es algo muy positivo en los momentos de mayor volatilidad o cuando se entra en un periodo de correcciones generalizadas dentro del ciclo económico, ya que, por regla general, evitará que los inversores puedan tomar decisiones dejándose llevar por sus emociones, algo que, a la larga, es probable que suponga una merma para la rentabilidad de sus carteras. Es decir, que la mayor confianza que les merece el fondo donde tienen invertido su dinero les impulsa a, por ejemplo, retirar capital con menor frecuencia en momentos de pánico que en el caso de otros productos, y esto es así porque se sienten más tranquilos depositando su confianza en un especialista al que conocen y respetan.

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Otra característica intrínseca a estos fondos es que ofrecen estrategias diferentes al resto de la oferta que hay en el mercado, junto a un estilo de gestión particular. En momentos de alta volatilidad e incertidumbre, como se vivió en las Bolsas, sobre todo, al inicio de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19, era posible encontrar en este tipo de productos tasas de retornos muy diferentes: desde algunos que, merced a un carácter muy defensivo, podían capear mejor las correcciones (por ejemplo, apalancándose en la compra de deuda, en la renta fija o, simplemente, acumulando mayor cantidad de liquidez), hasta otros con un perfil muy agresivo que procuraban capitalizar los rebotes en acciones que habían sufrido caídas significativas los días precedentes.

Un estilo de gestión diferente y una comunicación más directa con los partícipes son dos señas de identidad de los fondos de autor

También cabe reseñar que los fondos de autor suelen mover patrimonios menos voluminosos que otros, dado que, por su propia concepción, están dirigidos a un nicho muy específico de inversores que están dispuestos a asumir, por regla general, propuestas más arriesgadas de lo habitual, ya que confían casi ciegamente en las personas que dirigen el fondo. De hecho, es bastante habitual que este tipo de productos tenga un estilo de gestión muy flexible, en el sentido de que se produce una elevada cantidad de movimientos de entrada y de salida en la compra de títulos, y, además, suelen concentrarse en un portfolio de activos más definido que en el caso de otros fondos, es decir, que suelen tener una diversificación menor.

Inconvenientes de los fondos de autor

En el extremo opuesto, probablemente el principal hándicap de los fondos de autor es que, por regla general, tienen comisiones más elevadas que otros productos, como los fondos indexados. Esto es así porque el equipo gestor realiza un trabajo pormenorizado y muy intensivo, que genera unos costes y que supone muchas horas de esfuerzo para las personas que están detrás. A cambio, suelen ofrecer perspectivas de rentabilidad mayores, como, por ejemplo, batir a su índice de referencia o crecer anualmente por encima de un porcentaje que se marca.

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Además, estos productos tienen implícitos una serie de riesgos para el partícipe, además del propio de invertir en renta variable en los mercados. Por ejemplo, la solvencia de las entidades que están detrás de su gestión (riesgo de crédito y de contraparte) para lo que conviene evaluar sus calificaciones y su reputación, o las derivadas de la propia toma de decisiones, dado que, al tener un fuerte componente personal, es probable que haya otros fondos en donde se lleven a cabo análisis de manera más pormenorizada, simplemente porque hay un mayor número de especialistas trabajando para ello.

Para tranquilidad del inversor, cabe recordar que cualquier fondo, con independencia de las características que tenga, tiene que cumplir todas las obligaciones de diversificación que implica la normativa UCITS, que corresponde al acrónimo inglés Undertakings for Collective Investment in Transferable Securities (Organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios), que es la regulación europea específica sobre estos productos, y que implica, como primer requisito fundamental, que su cartera esté diversificada en, al menos, seis valores.

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