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Los planes de pensiones individuales, claves para complementar la pensión pública

Tue Aug 03 10:31:25 CEST 2021

Los planes de pensiones privados se configuran como un instrumento óptimo de ahorro a largo plazo para complementar la pensión pública de jubilación

El descenso de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida auguran desequilibrios en los sistemas públicos de pensiones de las economías desarrolladas que, como en España, son de reparto. Las sucesivas reformas realizadas para garantizar la sostenibilidad de las pensiones, como el cálculo en función del incremento de la esperanza de vida, el aumento de la edad de jubilación, así como los años totales de cómputo de la vida laboral, han tenido como efecto, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la reducción de la tasa de sustitución en casi un 10%, y previsiblemente este porcentaje será superior en los próximos años.

Esther Pichardo, directora de Ahorro y Pensiones de BanSabadell Vida y Pensiones, explica que, "con las cotizaciones realizadas durante una vida laboral de 38 años, se cubre la pensión pública de jubilación de los primeros 12 años. Sin embargo, de media se vive 18 años tras la jubilación, por lo que existe un déficit medio de seis años”. Además, señala esta experta, “la natalidad ha descendido mucho, y la ratio de jubilados con respecto a las personas en activo se está incrementando". Si en 1980 la tasa de dependencia era de cinco trabajadores por cada jubilado, en 2050 esta proporción será de solo tres personas activas por cada dos jubilados.  

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En este escenario lo más prudente es generar unos ahorros que permitan complementar la pensión pública y que aseguren vivir con tranquilidad tras la jubilación. Los planes de pensiones individuales (PPI) son una de las mejores opciones. Según los últimos datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (INVERCO) correspondientes al mes de junio, en el muy largo plazo (25 años) los PPI continúan registrando una rentabilidad media anual (neta de gastos) del 3,25% y, en el largo plazo, 10 y 15 años, del 3,8% y del 2,5%, respectivamente.

Los planes de pensiones individuales presentan una rentabilidad media anual del 3,25% en el largo plazo, y, a un año, el rendimiento medio neto alcanza el 11,4% 

Además, presentan rentabilidades positivas en todos los periodos, sobre todo, a un año, donde el rendimiento medio neto de gastos y de comisiones alcanza el 11,4% anual. La renta variable continúa ofreciendo retornos muy elevados que llegan a alcanzar el 10,4% anual a los cinco años y el 29,9% en un año.

Estas ganancias han incrementado el valor de los activos de los PPI en 1.038 millones de euros, permitiendo de esta manera situar su volumen total de patrimonio en 86.241 millones de euros en junio. En términos interanuales, el patrimonio de los planes registra un crecimiento del 12,7% (9.722 millones de euros más que en el mismo mes del año anterior).

Cómo elegir el mejor plan de pensiones

En el mercado existen numerosos planes de pensiones, todos con la misma fiscalidad y cuyas aportaciones se pueden desgravar de la base imponible del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) con un máximo de aportación de 2.000 euros. ¿Cuál de ellos elegir? Lo primero a tener en cuenta es que la política de inversión debe adaptarse a las necesidades y al perfil de riesgo de cada persona. "No debe invertir igual alguien que está cercano a la edad de jubilación que necesita escoger un producto relativamente conservador, que aquella persona que acaba de empezar su vida laboral y puede optar por uno más agresivo", explica Pichardo. 

 Los planes de pensiones de ciclo de vida se adaptan automáticamente con los años al momento de inversión del partícipe

También se debe elegir entre revisar la política de inversión y cambiar de plan a medida que pasan los años, o que sea el mismo plan automáticamente el que vaya adaptándose. Esto último es lo que realizan los planes de pensiones de ciclo de vida: en función del horizonte temporal de cobro, van ajustando las inversiones, posicionándose como una buena opción para las personas que no quieren estar pendientes continuamente de su plan de pensiones. Así, en las primeras etapas estos planes suelen apostar por la renta variable, más volátil y que se percibe como de mayor riesgo de inversión, en detrimento de la renta fija, percibida como más estable y de menor riesgo. Con los años, el gestor del fondo de pensiones de ciclo de vida irá variando el peso de renta fija y variable para adaptarlo a los perfiles de inversión del partícipe, hasta llegar a la fecha prevista de jubilación con una cartera mayoritariamente en liquidez.

En cuanto a las rentabilidades es importante revisar la que está obteniendo el plan que se quiere contratar y compararlo con otros planes que invierten de manera similar. Al tratarse de un producto a largo plazo, hasta la jubilación, es preferible comparar la rentabilidad a medio y largo plazo, no en el último mes o tres meses, que no suele ser tan representativa. Y tener también en cuenta que en los PPI la comisión de gestión y depósito que se cobran pasan a segundo término. "No importa pagar una comisión superior si la rentabilidad que está obteniendo ese plan, y que será la que obtendrá el partícipe, respecto a otros planes similares de inversión es mejor", aclara Pichardo.

Fuentes de ingresos presentes y futuras

La recomendación de los expertos es comenzar a ahorrar cuanto antes. Empezar con la primera nómina, destinando un 5% al plan de pensiones y establecer una rutina de ahorro periódico que reserve mensualmente una parte de lo que se ingresa para la jubilación. Un porcentaje que puede incrementarse a medida que pasan los años, y complementarse también con aportaciones extraordinarias de parte de los ingresos extraordinarios que se reciben como las pagas extras, la remuneración variable, las devoluciones del IRPF al hacer la declaración de la Renta, etc.

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Para hacer un buen diseño financiero de cara a la jubilación hay que calibrar además cuales son las fuentes de ingresos actuales y futuras (rentas de trabajo, alquileres, posibles herencias...) y tomar conciencia de cuál es el nivel de gastos a asumir una vez se esté jubilado (alquiler o mantenimiento de una vivienda, gastos mensuales recurrentes y adquisiciones como un coche o unas vacaciones). Hay que tener en cuenta que la liquidez de estos productos de ahorro es reducida. "Hay personas que lo ven como algo en contra, pero es una ventaja a la hora de ahorrar. Se pueden cobrar en caso de necesidad real, pero no se pueden rescatar para pagar unas vacaciones. Así se evitan las tentaciones", asegura Pichardo.


 

 

 

 

 

Fotografía de Sandy Millar en Pexels
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