El producto interior bruto (PIB) español podría crecer un 6,7% en 2030 si el país ejecuta de forma inteligente la transición digital. Supone la mejor perspectiva de crecimiento dentro de la Unión Europea (UE) y se encuentra entre las principales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
España vería un incremento de 108.615 millones de euros en su PIB y sumaría 220.000 puestos de trabajo extra si impulsara las capacidades digitales de su fuerza laboral, según el estudio 'Upskilling for Shared Prosperity' de PwC y el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) presentado en el Foro de Davos 2021.
El país se encuentra a la cola europea en cuanto a competencias tecnológicas. Según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), el 19% de los trabajadores españoles reconocen estar poco cualificados para utilizar las herramientas digitales en su empresa. Las economías y las regiones que cuentan con una mayor brecha digital son, a su vez, las que tienen más margen de crecimiento y aumento de la productividad si impulsan las competencias digitales de su tejido laboral. Por ello, España se encuentra en la avanzadilla. En contraste, países como Japón o Alemania, en la vanguardia digital y con una fuerza laboral bien formada tecnológicamente, verían sus beneficios reducidos al 2% y al 0,3%, respectivamente.
“Entre los países de Europa Occidental, España tiene el potencial de conseguir las mejores ganancias económicas”, recoge el informe. A día de hoy, el 85% de los trabajos de la UE requieren habilidades digitales básicas. La previsión es que en 2025, la mitad de los puestos laborales sean ocupados por profesionales con estudios universitarios especializados en el ámbito tecnológico y digital.
Puede interesarte: Estos son los empleos más demandados en esta nueva realidad
Fusión del presente y futuro laboral
Los sectores que más se beneficiarán de esta digitalización del empleo serán el industrial, el empresarial y el de consumo. Además, la ‘revolución del upskilling’ está llamada a reducir los costes de producción y mejorar la calidad laboral en la agricultura y en la construcción, aunque podría derivar en una pérdida de empleos en dichos sectores.
Por ello, el informe pone la atención en la necesidad de complementar, en lugar de sustituir, el presente y el futuro del mercado laboral. Mañana habrá puestos de trabajo que no existen hoy, especialmente en áreas como la denominada ‘economía verde’. Además, el 45% de los empleos de la industria manufacturera podrían estar automatizados en las próximas dos décadas. Por todo ello, PwC y el WEF abogan por mejorar la calidad de un mercado laboral que ya está demandando y primando habilidades como “la creatividad, la innovación y la empatía”.
Las nuevas tecnologías están cambiando la naturaleza del trabajo, y, en consecuencia, los requisitos que se exigen para acceder al mercado laboral. El 94% de los empresarios esperan que sus empleados desarrollen nuevas competencias en los próximos tres años, una cifra que en 2018 se reducía al 65%.
Puede interesarte: Reinventarse profesionalmente en un contexto marcado por la incertidumbre
En esta línea, el citado estudio subraya que la crisis que ha desatado la COVID-19 supone una oportunidad para reformar los sistemas educativos y repensar los procesos de enseñanza y de aprendizaje. “Las crisis de este tipo representan una ventana de oportunidad para reflexionar, repensar y resetear las prioridades”, afirma el documento.
La pandemia da un impulso a la transformación digital
La transformación tecnológica y digital ya se encontraba entre una de las prioridades europeas antes de la irrupción de la pandemia del coronavirus. Pero la crisis sanitaria ha puesto de relieve las lagunas que imperan en muchos Estados miembro en este sentido, como es el caso de España. Por ello, la Comisión Europea ha puesto la transformación digital y la transición ecológica en el centro de sus prioridades políticas para los próximos años.
En este escenario, uno de los principales objetivos de España para impulsar la recuperación económica y social es reducir la brecha digital. El país, que es el segundo de la UE más beneficiado del Fondo de Recuperación Europeo (Next Generation EU) por detrás de Italia, destinará un tercio del total de los fondos asignados a impulsar la transformación digital. Se trata de unos 10 puntos por encima del porcentaje mínimo tasado por la Comisión Europea.
Puede interesarte: El Fondo de Recuperación Europeo y la digitalización en España
Una de las prioridades del Ejecutivo español es, precisamente, impulsar la digitalización del empleo para modernizar el tejido empresarial y las administraciones públicas. El Gobierno ha trazado su hoja de ruta en materia digital a través de la Agenda España Digital 2025. Este documento define 10 ejes estratégicos sobre los que se vehicularán diferentes inversiones, y cuyos objetivos son la modernización del tejido empresarial -con especial foco en las pymes - y las administraciones públicas, la creación de ecosistemas emprendedores de base tecnológica, la transferencia de innovación y la mejora de la capacitación digital en el ámbito laboral. En particular, se trata de una inversión de 3.750 millones de euros, un 97% de los cuales proviene de los fondos europeos. La ambición es que para 2025, el 80% de la población cuente con competencias digitales básicas, que el 25% del volumen de negocio de las pymes provenga del comercio online y que el 50% de los servicios públicos esté disponible a través de aplicaciones móviles.
Puede interesarte: Banco Sabadell te ayuda a descubrir las claves del Fondo de Recuperación Europeo
