“Con el Fondo Recuperación Europeo, España se está jugando su competitividad como país bajo las premisas de la sostenibilidad, la digitalización, la cohesión social y territorial, y la igualdad. Las empresas deben empezar a trabajar con anticipación y proactividad, haciendo una reflexión sobre en qué ámbitos van a querer transformarse porque los plazos temporales van a ser muy exigentes”. De esta manera, Blanca Montero, Subdirectora General, Directora de Negocios Institucionales y Responsable de Fondos Europeos de Banco Sabadell, explica la importancia de cara al futuro que, para muchas entidades, va a tener el programa Next Generation EU, más coloquialmente conocido como Fondo de Recuperación Europeo, un plan dotado con 750.000 millones de euros, de los que España recibirá 140.000 millones hasta 2026.
Este vehículo es la gran apuesta de financiación europea para la reactivación de la economía continental, a través de dos grandes vectores de transformación: la transición ecológica, con un 37% de los fondos, y la transformación digital, con un 33% del total de los recursos en el caso de España (por encima del mínimo del 20% fijado por la Unión Europea). También serán importantes los programas y las ayudas que tengan como misión la implantación de políticas de igualdad de género. Uno de los objetivos es contribuir a que los sectores de la economía puedan desarrollar mecanismos de resiliencia de cara a hacerlos más resistentes ante futuras crisis.
Los fondos que llegarán a España
En el caso particular de España, cabe destacar dos documentos clave para la gestión de estos fondos: el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía, que el Gobierno va a presentar de manera oficial a Bruselas este mes de marzo; y el Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas urgentes para la modernización de la Administración Pública. Tal y como señala Montero, esta nueva norma “intenta facilitar la ejecución de los fondos de Next Generation EU que recibirá España a través de una mayor agilidad administrativa en los trámites, favoreciendo la gobernanza y el diálogo entre las instituciones que gestionarán su reparto e impulsando la colaboración público- privada”.
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España podrá acceder, en total, a 140.000 millones de euros, de los que 72.700 millones serán vía transferencias o ayudas directas que se materializarán hasta 2023 y, el resto, en préstamos. En 2021, se espera recibir ya alrededor de 34.000 millones de euros, de los que 26.634 millones ya se han incorporado a los Presupuestos Generales del Estado, mientras que el resto irá dirigido directamente a las comunidades autónomas. A todo este dinero, se sumarán los casi 80.000 millones de euros previstos por los fondos estructurales y por la Política Agrícola Común para el periodo 2021- 2027.
Cómo llegará el dinero a las empresas
Para la asignación de estos fondos, todos los Ministerios afectados necesitan conocer con la mayor precisión posible qué propuestas de proyectos van a recibir, ya que, en principio, gran parte del dinero se distribuirá a través de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE). La vía para calibrar mejor estos potenciales proyectos ha sido la de las manifestaciones de interés, que, como afirma Montero, “hasta la fecha se han lanzado, al menos, 10 y que permiten que los Ministerios tengan un mejor entendimiento sobre el atractivo que supone para las empresas la llegada de estos fondos”.
Uno de los que, recientemente, anunció la finalización del plazo de recepción de propuestas fue el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que confirmó que había recibido más de 750 solicitudes . Precisamente, esta institución ya ha especificado, también, con qué requisitos deberán contar los proyectos que se canalicen a través suyo, como, por ejemplo, que hay una colaboración entre la Administración, las empresas y los centros de investigación; que participen, al menos, cinco entidades privadas; que, de ellas, por los menos, el 40% sean pymes; que estén implicadas más de una comunidad autónoma; o que el presupuesto mínimo sea de 40 millones de euros. “Es una excelente noticia porque eso demuestra que hay interés por parte de las empresas en aprovechar esos fondos para transformarse y consolidar su recuperación tras la crisis económica”, indica Montero.
Proactividad de las empresas
“Hay dos grandes retos en juego para los próximos meses”, señala Montero, en relación a los fondos de Next Generation EU, “la ejecución con éxito de los plazos previstos y que el dinero, efectivamente, llegue a las pymes”. En esta línea, afirma que “las empresas han demostrado a través de su participación en la primera manifestación de interés que desean participar, al igual que los colegios profesionales, las asociaciones empresariales, los clusters o las universidades”.
Para acceder en la mejor condición posible a estos fondos, Montero recomienda “lo primero de todo, entenderlos, ya que representan un cambio en el paradigma de la direccionalidad de ayudas que ha marcado tradicionalmente la Unión Europea, en la crisis anterior era vía exigencias fiscales o de control del déficit”. Ahora, en cambio, estas ayudas están orientadas a promover reformas que potencien el crecimiento. “Estos fondos no van a solucionar todos los problemas, pero sí van a ser un factor determinante para transformar la economía”.
Montero apuesta porque las empresas, con independencia de su tamaño, “comiencen a trabajar, teniendo presente que estos fondos serán un acompañamiento, pero que lo fundamental es realizar una reflexión estratégica de su negocio y entender cómo van a transformarse basándose en la innovación”. En este contexto, será fundamental que hablen con todos los stakeholders de su cadena de valor “para buscar sinergias y una integración potencial en nuevos proyectos”, lo que significa, también, “ir preparando memorias técnicas y otra documentación con carácter previo a que salgan las convocatorias definitivas porque aquí el tiempo va a jugar un papel fundamental”.
Bajo la premisa de “buscar siempre trabajar en entornos colaborativos y promover alianzas”, Montero realiza una recomendación más a las empresas: “Deben tener presente que el Gobierno tendrá que presentar cada seis meses a Bruselas los resultados de las inversiones que se han realizado, por lo que pedirá a las entidades medir los impactos que van logrando, de modo que se puedan evaluar los resultados positivos que ha traído consigo la llegada de financiación a cada proyecto”.
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