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¿Cómo va a ser la 'vuelta al cole'?

Thu Sep 10 13:04:54 CEST 2020

Así se blinda la educación de posibles rebrotes ante el inicio del curso escolar

Uno de los grandes retos de la llamada 'nueva normalidad' es la vuelta a las aulas de forma segura. Ésta, que según el Ministerio de Educación mantiene su fecha prevista de cara a septiembre y con la presencialidad como principio general, sigue marcada por la incertidumbre.

Las familias, tal y como recoge la encuesta elaborada por NC Report, se muestran inseguras ante la falta de información: sólo el 13,7% apuesta por un inicio del curso escolar con normalidad y de forma presencial en las clases. La alarma es tal que más del 30% de los encuestados están a favor de que el curso ni siquiera llegue a empezar y se aplace hasta que las autoridades tengan más clara la tendencia actual del virus. 

Ante la falta de un documento oficial, más allá de la guía de recomendaciones que elaboró en junio el Gobierno de la mano de las Consejerías de Educación y que incluye medidas generales de prevención, higiene y promoción de la salud para el curso 2020- 2021, las comunidades autónomas, que tienen plenas competencias de gestión educativa, están fijando sus propias normas destacando la de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre las personas como principal punto en común; sin embargo, hay temas, como el del uso de la mascarilla o el del tamaño de los grupos de alumnos, en los que el debate está servido. Incluso la propia presencialidad subrayada por el Gobierno ha sido cuestionada por comunidades como la de Madrid, que ya defiende un plan basado en la semipresencialidad.

En esta coyuntura, el Gobierno espera poder arrojar luz tras la Conferencia Interterritorial de mañana jueves 27 de agosto presidida por los ministros de Educación y de Sanidad y con la presencia de las comunidades.

Distancia de seguridad, grupos y mascarilla, así será el día a día en la escuela

Los consejos comunes para todo el territorio son varios. Por un lado, permanece la obligatoriedad de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre las personas. En el caso de Educación Infantil y Primaria se puede optar por la alternativa de crear grupos estables de convivencia de entre 15 y 20 alumnos, cuyos integrantes podrían interactuar sin necesidad de mantener la distancia interpersonal, y evitando el contacto con los otros grupos.

Esta alternativa permitiría también facilitar el rastreo en caso de contagio. Esta recomendación es principalmente para alumnos de Infantil, de 1º y de 2º de Primaria, ya que debido a su edad es más complicado garantizar que se mantengan las distancias. Eso sí, las Consejerías de Educación podrán flexibilizar el máximo del alumnado para formar estos grupos, siempre que la autoridad sanitaria de dicha comunidad autónoma lo autorice.

Un ejemplo de ello es Cataluña, donde tal y como ha anunciado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en Primaria el ratio de alumnos por clase va a bajar en todos los casos a "menos de 20 alumnos", mientras que en ESO y Bachillerato los grupos serán "más reducidos de lo habitual".

Por otro lado, entre las medidas comunes se recomienda también priorizar las actividades al aire libre, escalonar las entradas y salidas del centro y regular las horas de recreo o, incluso, diseñar otras medidas organizativas para evitar aglomeraciones y reducir al máximo el número de desplazamientos de grupos de alumnos por el edificio.

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En lo referente al uso de mascarillas, no es obligatorio para los alumnos de Infantil. Tampoco para los de Primaria, siempre que estén dentro del grupo de convivencia estable. Cuando no lo estén, sí será obligatorio su uso si no se puede mantener la distancia de seguridad. A partir de Educación Secundaria, igualmente es imprescindible su uso si no se puede mantener dicha distancia. A partir de los 6 años, será también obligatorio en el transporte escolar.

En el caso de los profesores, se recomienda su uso siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad. Los tutores de Infantil y Primaria podrán prescindir de ellas cuando se encuentren dentro de su grupo de convivencia estable. El documento ya elaborado en el mes de junio, recomienda de manera general, el uso de las mascarillas de tipo higiénico y, siempre que sea posible, reutilizable.

Además, cada centro dispondrá de un protocolo de limpieza que corresponda a sus características y que incluirá la limpieza y la desinfección al menos una vez al día de las instalaciones (y al menos tres en el caso de los aseos), con una especial atención en las zonas comunes y superficies de contacto más frecuente como los pomos de las puertas y los pasamanos.

La guía recomienda igualmente una ventilación frecuente, de al menos cinco minutos (diez minutos en caso de que la sala haya sido utilizada anteriormente), al inicio de la jornada, al finalizar el día y entre clases, siempre que sea posible. Cuando las condiciones meteorológicas y el edificio lo permitan, se aconseja mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible.

"El documento de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a la COVID-19 para centros educativos ha quedado reducido a meras recomendaciones. La Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) exige que el Ministerio haga cumplir a las comunidades las medidas establecidas, ya que es un documento realizado conjuntamente por los Ministerios de Sanidad y de Educación y Formación Profesional, expertos competentes en la materia", indica Sonia García, secretaria de comunicación de ANPE.

Una reclamación que también hacen desde la Federación de Enseñanza de USO (FEUSO), en la que explican que han solicitado al Ministerio de Educación que lidere este proceso para que se pueda garantizar la salud en todos los centros educativos. "Es cierto que las noticias relacionadas con los nuevos contagios pueden alterar el inicio del curso escolar, por lo que pensamos que todas las Administraciones, en colaboración con los agentes sociales, deben trabajar juntos para adoptar en cada momento las mejores soluciones para el alumnado y los trabajadores de la enseñanza", sostienen y, añaden, que resulta complicado enumerar los protocolos de todas las comunidades autónomas, que pasan por medidas de prevención, higiene, limpieza de las instalaciones, distancia social y la aprobación de recomendaciones para los colectivos más vulnerables. "Todos coinciden en tomar decisiones drásticas en el caso de que aparezcan casos positivos, siempre en línea con lo que determine el Ministerio de Sanidad".

En el caso de Cantabria, con el fin de controlar posibles brotes en el ámbito escolar, se ha establecido que cada centro educativo remita a las familias (o a los propios alumnos si son mayores de edad) una declaración responsable, en la que todos tendrán que comprometerse a no acudir a clase si tienen fiebre o cualquier otro síntoma relacionado con el coronavirus.

Además, en lo que a la gestión de contagios se refiere, la guía común elaborada indica que en caso de que una persona desarrolle síntomas compatibles con la COVID-19, se le llevará a un espacio separado de uso individual, se le colocará una mascarilla quirúrgica (tanto a la persona con síntomas como a la que se quede a su cuidado) y se contactará con la familia.

Se recomienda asimismo llamar al centro de salud o al teléfono de referencia de la comunidad autónoma o ciudad, y/o al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en el caso de trabajadores, y se seguirán sus instrucciones. En caso de presentar síntomas de gravedad o dificultad respiratoria, se deberá llamar al 112. En este sentido, Salud Pública será la encargada de la identificación y del seguimiento de los contactos según el protocolo de vigilancia y control vigente en la comunidad correspondiente. Por tanto, cada comunidad autónoma valorará las actuaciones a seguir en caso de brote.

Cómo se volverá a la universidad

En el caso de las universidades, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha elaborado también un documento con una serie de recomendaciones. Además de la mascarilla y del refuerzo de las medidas de higiene, cada universidad deberá garantizar que el número de estudiantes en la instalación no supere la capacidad de la misma teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros entre los ocupantes. Si la capacidad de la instalación que garantiza la distancia de seguridad es inferior al número de estudiantes matriculados, la actividad no podrá desarrollarse de forma presencial en su totalidad y las universidades deberán tomar las medidas pertinentes para que se pueda llevar a cabo de forma online.

Por otro lado, teniendo en cuenta la escasez de recursos docentes a corto plazo, no se considera conveniente doblar las clases por grupos para mantener la presencialidad, porque ello implicaría una sobrecarga insoportable para el cuerpo docente.

Asimismo, cada universidad, en estrecha colaboración con su administración educativa competencial, establecerá antes del comienzo del curso un plan de contingencia que permita, en caso de que la situación sanitaria así lo requiera, un cambio masivo e inmediato a un sistema de docencia online.

A este respecto, Mónica Samper, responsable del Servicio de Seguridad, Salud y Bienestar de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), explica que "para asegurar la docencia, en el campus se trabaja con porcentajes de presencialidad por grados y asignaturas, fomentando el desdoble de grupos para que las asignaturas prácticas se realicen sin reducciones". Además, han reforzado las medidas de higiene, prevención y protección: "Contamos con protocolos de limpieza y desinfección diarios, se garantizan las distancias de seguridad organizando la ocupación y la movilidad por el campus, se han instalado dispensadores de gel hidroalcohólico en los accesos a aulas, zonas comunes y de trabajo, y colocado mamparas de separación para la atención a usuarios".

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En el caso de la gestión de infectados, Semper indica que cuentan con un protocolo de actuación ante casos sospechosos y casos confirmados. Si finalmente se detecta un positivo, "la UFV se pondrá a disposición de la autoridad sanitaria para controlar el foco de inmediato, procediendo a la desinfección de las zonas afectadas, identificando los posibles contactos estrechos en el campus y realizando un seguimiento continuo de la situación".

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Hay que apostar por la digitalización

Por ahora, la vuelta a las aulas está pensada para que se haga de manera presencial. No obstante, si los rebrotes provocados por la COVID-19 lo impiden, el plan pasa por combinar clases presenciales y online o, si el escenario se agrava considerablemente, realizarlas solo de manera telemática. En este sentido, el estado de alarma ha servido para aplicar la digitalización en el sector educativo.

Según un estudio de McKinsey, la tecnología aplicada a la formación es excelente: permite un aprendizaje personalizado; ahorrando tiempo al profesorado; y equipando a los estudiantes con las habilidades digitales que necesitarán para la formación y las profesiones del siglo XXI.

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Eso sí, el éxito de combinar digitalización y método tradicional depende de varios factores. El primero es el tipo de dispositivo, ya que algunos, como las tablets, están asociados a peores resultados de los estudiantes. En segundo lugar, hay que tener en cuenta la equipación tecnológica de las diferentes geografías, ya que Estados Unidos obtiene, por ejemplo, mejores resultados que otras regiones. Y es que el 71% de los estudiantes del país norteamericano afirma usar ordenadores portátiles en el aula, en comparación con la media del 37% a nivel mundial.

Por otro lado, es relevante quién usa esa tecnología: en manos de los profesores está asociada con notas más altas que si solo está a cargo de los estudiantes. En este sentido, los escolares necesitan familiarizarse con la tecnología antes de que realmente puedan comenzar a usarla para aprender.

En este contexto, en España el Gobierno aprobó en junio la suscripción de un convenio entre los Ministerios de Asuntos Económicos y Transformación Digital y el de Educación y FP con el que pondrá en marcha el programa 'Educa en digital', con el que se prevé movilizar hasta 260 millones de euros para digitalizar la educación. Dentro de este programa, los centros pondrán a disposición de los alumnos más vulnerables hasta 500.000 dispositivos electrónicos con conexión a Internet, mediante préstamo del centro al alumno, para facilitar así la educación online tanto de forma presencial en el centro como en el hogar.

"España está sobradamente preparada en medios, satisfactoriamente concienciada con la capacitación, pero aún es rígida en estructuras y procesos", indica Leire Nuere, directora de la Unidad Online de la Universidad Francisco de Vitoria, quien sostiene que "lejos de sustituir los logros y avances del presencial, lo digital ha venido para ayudar, potenciar, permitir que las personas desplieguen su talento y favorecer que se aprenda más y mejor".

Asimismo, Nuere recuerda que se ha demostrado en numerosos estudios que lo digital permite personalizar la enseñanza, pues existen diferentes estilos de aprendizaje. "Ya es posible lograr que cada alumno aprenda de la forma que va a lograr que para él sea realmente significativo. Ahí se produce el impacto, la transformación".

Por su parte, desde ANPE creen imprescindible un plan de digitalización de los centros educativos, como complemento a la enseñanza presencial, y que se base en tres ejes: "La dotación de medios tecnológicos y de conectividad para el alumnado y el profesorado, así como la formación de los mismos, y la creación de plataformas digitales por parte de las administraciones educativas".

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