El mundo empresarial ha depositado una gran dosis de esperanza en relación al próximo desembarco global de las nuevas tecnologías inalámbricas avanzadas, 5G y Wi-Fi 6, principalmente como elementos multiplicadores de otras innovaciones que, cada vez más, están ganando un mayor peso en las estrategias operativas de las entidades, como son la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, todas las aplicaciones y usos relativos al Cloud o Nube y el análisis de datos (incluyendo el data mining). Tanto es así que, según el estudio de Deloitte ‘Enterprises building their future with 5G and Wi-Fi 6’, ambos desarrollos van a ser los catalizadores de grandes cambios en el tejido productivo, transformando la manera en que operan las empresas, así como los productos y servicios que ofrecen. De hecho, un 88% de los directivos encuestados en este trabajo estima que la implementación de ambas tecnologías inalámbricas modificará de manera radical las organizaciones, con un porcentaje similar de profesionales que va más allá e, incluso, afirma que supondrá un replanteamiento global de las industrias y del modo en el que se relacionan los diferentes grupos de interés entre ellos.
Generar una ventaja competitiva
‘The 5G Era’, de McKinsey, asegura que cada avance generacional en conectividad inalámbrica en el pasado trajo consigo una disrupción global en la que algunas compañías líderes perdieron cuota de mercado mientras que otros jugadores, algunos de ellos apenas conocidos hasta la fecha, lograban una mayor visibilidad. En el caso inmediatamente anterior al actual, el del 4G, las aplicaciones móviles corporativas junto a las plataformas en la Nube crearon, a su juicio, un ecosistema completamente ganador. Sin embargo, aun con lo relevante que supuso ese cambio, resulta difícil anticipar las consecuencias que tendrá el 5G, habida cuenta de la situación de partida que vivimos hoy en día, y que se caracteriza por dos elementos básicos:
- Un envejecimiento progresivo de las redes pero que, paradójicamente, no está impulsando el cambio hacia la implantación de unas nuevas, ya que apenas se está valorando a nivel gubernamental la actualización de las infraestructuras tecnológicas en estos momentos de crisis.
- Las métricas corporativas sobre los análisis del funcionamiento de las redes tampoco incitan a las empresas a querer variar su sistema de comunicaciones, ya que la mayoría las califica como fiables, resistentes, seguras, veloces y con capacidad de transmitir volúmenes muy elevados de datos.
Entonces, si una parte muy importante de las compañías están contentas con las infraestructuras actuales, ¿por qué van a querer apostar por el 5G y la Wi-Fi 6? Desde Ericsson, parecen tenerlo: estiman que estas nuevas evoluciones de tecnología inalámbrica permitirán a las organizaciones desarrollar ventajas competitivas, incluso en mercados e industrias aparentemente estancadas, promoviendo la creación de nuevas vías para innovar en sus operaciones y campañas comerciales. De ahí que se estime que, con la recuperación global de la economía, las grandes empresas van a ser las grandes defensoras de las nuevas infraestructuras inalámbricas, ya que les permitirán adoptar con mayor facilidad otras tecnologías, como la Inteligencia Artificial, que favorecerá mayores niveles de productividad, más conocimiento y el establecimiento de mecanismos más eficaces para medir y gestionar el riesgo de cada decisión que planteen tomar.
En este contexto, la hiperconectividad también plantea, según el reportaje de The Wall Street Journal ‘5G Promises Radical Overhaul for Supply Chains’, nuevas preocupaciones en relación a la seguridad, ya que, cuantos más dispositivos haya conectados, más puntos de entrada precisarán de protección, y, a pesar de que ambas tecnologías traen bajo el brazo la promesa de ser menos susceptibles a ataques maliciosos, el principal problema para muchas empresas estribará en disponer del conocimiento y del equipo humano suficiente como para evitar con éxito cualquier ciberataque.
Puede interesarte: Auditoría tecnológica, ¿está mi empresa preparada para la nueva era?
Para comprender la magnitud del reto basta decir que, a diferencia de las generaciones anteriores de redes inalámbricas, 5G y Wi-Fi 6 pueden interactuar sin problemas entre sí, mejorando la capacidad de rastrear productos en cualquier línea de ensamblaje, sincronizar sistemas y maquinaria de producción y reconfigurar la fabricación para satisfacer cualquier cambio en la demanda del mercado. Desde el punto de otras tecnologías, también permitirán ofrecer una comunicación ultra confiable en las interacciones humano- robot, ofreciendo a los fabricantes la oportunidad de reemplazar todas las conexiones de Ethernet actuales. Dicho de otro modo, como advierten desde The WSJ, la dependencia de las grandes compañías en las tecnologías de la información, siendo ya hoy muy elevada, va a ser en muy poco tiempo prácticamente total.
Beneficios y experiencia de cliente
De acuerdo a Business Insider, ambas tecnologías permitirán hacer realidad uno de los grandes objetivos de muchas organizaciones en la actualidad: situar al cliente en el centro de todo, impulsando nuevas formas de personalizar y mejorar la experiencia de usuario. En el campo de la salud, por ejemplo, favorecerán el despegue definitivo de la telemedicina y el seguimiento remoto de pacientes, mientras que, a efectos de la gestión de las ciudades, será el empujón decisivo para la movilidad inteligente, tanto en lo referente a la gestión de los servicios públicos de transporte, como en el rastreo y atención de accidentes. Desde el punto de vista corporativo, será posible el análisis en tiempo real de los historiales de compras de los clientes, las tendencias históricas en los inventarios y llevar un control casi instantáneo de cualquier actividad logística. Un nuevo mundo en los negocios que está, como afirma el dicho, a la vuelta de la esquina.
El 5G, clave para la recuperación de las compras de teléfonos móviles
Otra pregunta sin respuesta clara todavía es qué pasará con el consumo y el gasto en tecnología y, concretamente, en los smartphones. La consultora IDC no se muestra muy optimista al respecto y prevé una caída de casi el 2% en 2020, hasta los 1.200 millones de unidades de teléfonos móviles en todo el mundo. El motivo lo volvemos a encontrar en la COVID-19, que provocará una reducción en la cantidad de dinero que los consumidores invertirán en este sector.
El pronóstico es todavía menos alentador si reducimos la visión al primer trimestre de este año, cuando los envíos de estos teléfonos inteligentes van a disminuir un 18,2%, siendo la mayor caída de la historia durante ese periodo, según IDC.
La economía mundial sigue afectada por la crisis sanitaria. Según la consultora, el mercado de China está presentando ya mejoras debido a que los centros de producción han reanudado sus operaciones. Por el contrario, Europa se ha visto más golpeada por la pandemia y, en concreto países como Italia o España, por lo que las pérdidas este año serán del doble que en el país asiático. A pesar de ello, IDC espera que los principales proveedores mantengan sus cuotas de mercado con diferentes estrategias, como el lanzamiento de productos más relevantes o una mayor apuesta por el comercio electrónico.
La industria de los teléfonos inteligentes se enfrenta, como otras muchas, a un gran desafío tras la COVID-19. La consultora prevé que los envíos no vuelvan a crecer hasta el primer trimestre de 2021, aunque considera que la llegada y el despliegue de las redes 5G pueda posicionarse como un gran apoyo para la compra y envío de smartphones en todo el mundo.
Puede interesarte: Cómo pueden las empresas captar la atención de los nuevos ‘consumidores móviles’