A excepción de algunas regiones, que debido a los rebrotes han tenido que reactivar algunas medidas, el fin de las restricciones y del confinamiento empieza a percibirse en el mercado laboral español: El 60% de los trabajadores que se ha visto inmerso en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) durante la crisis de la COVID-19 ya había recuperado su antiguo puesto de trabajo al cierre del mes de junio, lo que sin duda supone una buena noticia para la economía española.
Así se desprende del último informe publicado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que recoge datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. A pesar de los resultados, lo cierto es que las cifras muestran que la recuperación está siendo muy heterogénea por comunidades y sectores, debido a las diferentes medidas adoptadas y las diferencias en las estructuras productivas.
Como era de esperar, las localidades más turísticas y las zonas que tuvieron que aplicar las normas más estrictas para frenar el virus son las que se están recuperando de forma más lenta. Entre ellas destacan Islas Baleares, Islas Canarias, Comunidad de Madrid y Cataluña. En Baleares, por ejemplo, el porcentaje de trabajadores que ha salido del ERTE no llega al 20%. En Canarias la situación es algo mejor, pero no alcanza el 30%. En ambos archipiélagos se ha hecho notar el fuerte impacto que ha tenido la crisis en el sector turístico, principal fuente de ingresos para estas regiones.
Probablemente los datos del mes de julio, que incorporarán la llegada de nuevos turistas, mostrarán cierta mejora en estas regiones, pero lo cierto es que nadie espera una gran temporada este año y que muchas empresas no pueden permitirse aún incorporar a todos los empleados.
De hecho, los datos de Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar en tiempo real la evolución económica a partir de las interacciones con Terminales de Punto de Venta (TPV) del banco, muestra que el gasto de turistas extranjeros en Baleares ha caído un 70% en julio respecto al mismo periodo del año 2019; acusándose este descenso en las islas del Atlántico, hasta el 73%.
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En el lado opuesto están algunas de las regiones que menos han sufrido la crisis sanitaria, como Navarra, Murcia y Cantabria. En Navarra, por ejemplo, más de la mitad de los trabajadores que se vieron inmersos en un ERTE cuando se decretó el estado de alarma ya ha vuelto a su puesto de trabajo habitual.
Algo muy similar se puede observar en las cifras sectoriales. En algunas parcelas de actividad como la construcción el número de trabajadores en ERTE se ha reducido en más de un 60%. Cabe destacar que este fue uno de los primeros sectores en recuperar la actividad. En cambio, en otros la reincorporación de afectados por ERTE es aún muy moderada. La información, el transporte y las actividades profesionales destacan en este último grupo.
Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en mayo y junio salieron 1,56 millones de afiliados del ERTE. Y solo en junio 1,17 millones de trabajadores abandonaron esta situación. De estos, 1.059 millones de trabajadores estaban en un ERTE de fuerza mayor.
¿ERTE hasta diciembre?
Sin embargo, los rebrotes que se están produciendo en diferentes puntos de España pueden volver a dar la vuelta a la situación. Algunas comunidades están adoptando medidas para evitar una nueva propagación del virus, lo que puede suponer un nuevo incremento en el número de ERTE en las próximas semanas. Las regiones más afectadas por los rebrotes, como Cataluña, Aragón y Navarra, han vuelto a las limitaciones de aforo y cierres de locales de ocio nocturno o gimnasios.
En este contexto, empresarios y sindicatos empiezan a considerar inevitable una nueva prórroga del esquema de protección hasta finales de año. La última prórroga se produjo hace aproximadamente un mes, el 27 de junio, cuando solo faltaban tres días para el vencimiento del decreto de marzo y tras semanas de dura negociación. Ya en ese momento los agentes sociales habían solicitado que el nuevo plazo se extendiera hasta diciembre, pero el Gobierno apostó por un esquema que incentivara la vuelta a la normalidad con rebajas en las cotizaciones de sus trabajadores.
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Entre las novedades, destacan los descuentos de las cuotas a la Seguridad Social para las empresas pequeñas (menos de 50 trabajadores), con una exoneración del 60% para los trabajadores que se incorporen a sus puestos y del 35% para los que no. En compañías de 50 trabajadores o más, los descuentos se fijaron en el 40% para los empleados que vuelvan a su trabajo y del 25% para los que continúen en situación de ERTE.
La evolución de la pandemia en las próximas semanas será clave a la hora de determinar la negociación que antes o después deberán iniciar el Gobierno y los agentes sociales sobre una eventual prórroga de esta medida.