La vivienda es, junto a la oficina, el lugar en el que las personas generalmente pasan más cantidad de tiempo al cabo del día y, además, en compañía de los suyos, por lo que a todo el mundo le gusta sentirse protegido ante cualquier incidencia que pueda ocurrir en un momento dado. Sin embargo, durante la pandemia derivada de la COVID-19, la mayoría de las personas ha tenido y está teniendo que pasar mucho más tiempo de lo habitual en sus casas, teniendo que adecuarlas como lugar de trabajo para poder llevar a cabo en las mejores condiciones posibles su desempeño profesional habitual
Por ello, el seguro de hogar ha cobrado una importancia más significativa desde que dio comienzo la emergencia sanitaria, ya que, al ser más prolongada la estancia en la vivienda de los miembros de una familia, han aumentado las posibilidades de sufrir percances o accidentes, por lo que es preciso disponer de un producto con el que estar protegidos. Como en otras pólizas del sector, las coberturas y sus límites dependen del producto que se contrate, aunque, por regla general, están incluidas en caso de siniestro las coberturas de daños por agua y eléctricos, incendios, rotura de cristales, robos, servicios de emergencia y responsabilidad civil y, en los últimos tiempos, se han sumado coberturas de pequeñas reparaciones, asistencia informática y de electrodomésticos y similares.
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Evaluar las necesidades reales
A pesar de que tener contratado un seguro de hogar no es obligatorio en España, siete de cada 10 personas poseen uno, según los datos de ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), si bien existen algunos matices, ya que, por ejemplo, si la vivienda está hipotecada o está incorporada de manera explícita en un contrato de alquiler, sí que se puede exigir disponer de una póliza de estas características. La Ley de Regulación del Mercado Hipotecario especifica que los bienes hipotecados deben estar asegurados contra los daños por el valor de tasación de esa vivienda, aunque la Directiva Europea sobre Hipotecas prohíbe a las entidades financieras vincular la concesión de un préstamo hipotecario a la contratación de un seguro de hogar determinado por ellos.
Uno de los tradicionales grandes problemas al contratar este tipo de productos es que muchos clientes tienen pólizas en situación de infraseguro, ya que están protegiendo tanto su casa como lo que contienen en ella por debajo de su valor real. Si, por desgracia, termina ocurriendo un siniestro, como un incendio, y todo se pierde, al final solo se recibe una parte de la cantidad asegurada en función de lo que se determina que vale lo perdido. Para evitar este tipo de situaciones, lo mejor es recurrir al asesoramiento profesional para poder asegurar la vivienda por un importe adecuado.
A partir de aquí, si se decide contratar un seguro de hogar, hay que tener presente que existen en el mercado muchos productos que ofrecen diferentes abanicos de prestaciones, además, el seguro de hogar se ha convertido en un multirriesgo, que, como su propio nombre indica, permite asegurar múltiples coberturas agrupadas en un solo producto.
En cualquier caso, antes de escoger conviene analizar la situación particular del usuario, como, por ejemplo, si es propietario o está de alquiler (en el primer caso, puede asegurarse todo, mientras que, para el segundo, quizás sea suficiente con asegurar el contenido de la vivienda), si se trata de primera o segunda residencia (en los inmuebles de uso habitual es importante disponer de coberturas de protección jurídica) y, por supuesto, conocer el importe por el que hay que asegurar la vivienda y el valor de los bienes que hay en ella para ajustar el seguro al valor real de ambos.
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Los efectos del coronavirus
La pandemia ha aumentado sobremanera el tiempo que las personas pasan en el hogar, lo que significa cambios en los hábitos de vida y nuevas necesidades tanto para cumplir con los quehaceres propios del día a día como para reducir potenciales riesgos de contagio. Por ello, es normal que el número de incidencias y siniestros en las viviendas haya aumentado, por ejemplo, en ámbitos como la electricidad (problemas con los electrodomésticos), el agua (cañerías que se obstruyen, grifos que no funcionan) o estructurales (grietas en las paredes o roturas en el tejado). Para solucionar todo esto, es muy importante conocer las coberturas que ofrece el seguro de hogar, de cara a determinar en qué causas será posible utilizarlo o no.
En esta línea, hay cuatro hitos que cualquier producto de estas características siempre debería contar:
- Responsabilidad civil, que cubre los daños que puede ocasionar a terceros la vivienda del titular de la póliza. Un incendio que se transmite al piso de al lado o una tubería que se rompe y produce una humedad al vecino de abajo son dos ocasiones en que resultará de mucha utilidad contar con este seguro.
- Daños del continente, entendiendo dentro de él a la fachada, las paredes y la estructura de la vivienda, incluida la puerta de entrada. La mayoría de los productos dan al cliente la posibilidad de elegir qué nivel de cobertura se desea contratar y hasta dónde llegará. Antes de tomar ninguna decisión, es conveniente informarse con el administrador de la comunidad de vecinos sobre el seguro del edificio, para no estar pagando por algo sobre lo que ya se está protegido.
- Daños en el contenido, en donde se escogen tanto coberturas concretas como los bienes que se quiere proteger (por ejemplo, equipos informáticos o electrodomésticos de gran valor).
- Defensa jurídica, que permitirá demandar a quien haya causado daños en la vivienda del titular de la póliza y no quiera asumirlos, además de, por supuesto, cubrir la representación legal en el caso opuesto, en donde el cliente sea acusado por un tercero.
Exclusiones
Cualquier seguro tiene sus límites y, en el caso de las pólizas de hogar, existen algunos supuestos que, habitualmente, no están contemplados, como los accidentes por fumar, los hurtos fuera de la vivienda, el destrozo de bienes al aire libre, las roturas accidentales, la sustracción de joyas o dinero en metálico, o los daños en el interior causados por fenómenos meteorológicos. Para evitar llevarse sorpresas desagradables, lo más conveniente es informarse para conocer mejor la oferta de productos existente y, en caso de tener más dudas, recurrir a un profesional que estudie el caso y recomiende el seguro de hogar que mejor se ajuste a las necesidades del cliente.