Realizar compras, administrar las finanzas, mantenerse en forma, ser más productivos o entretenerse durante los meses en los que, para los usuarios, el mundo se ha visto reducido a las cuatro paredes de su hogar son algunas de las actividades para las que se ha recurrido al smartphone. Un dispositivo que, si antes era en muchos casos la extensión del brazo, ha pasado a ser, sin duda, la mano ejecutora de todo lo que no se podía hacer presencialmente. Tanto ha sido así que se ha llegado a depender de él para gestionar asuntos relevantes del día a día personal y laboral y, en consecuencia, a dedicarle muchas más horas de las que acostumbrábamos en tiempos pre-COVID.
Este fenómeno ha dado la vuelta al mundo casi con la misma rapidez que el propio virus durante el primer trimestre del año. En China, el primer país que se enfrentó al impacto del coronavirus, el tiempo destinado por sus habitantes a estar conectados al smartphone aumentó en un 30% al día desde 2019, según datos de App Annie. Italia, el siguiente país más afectado, tuvo el segundo mayor salto con un 11%. En el resto del mundo, el tiempo semanal dedicado a aplicaciones y juegos en teléfonos Android creció un 20% interanual en el primer trimestre del año.
Sin embargo, los usuarios no se han limitado únicamente a estar conectados, si no que también han perdido el miedo a comprar con el móvil, lo que ha provocado un crecimiento en el gasto y en las descargas del consumidor. En el primer trimestre de 2020, los consumidores gastaron más de 23,4 billones de dólares a través de las tiendas de aplicaciones, la mayor cifra en un trimestre en términos de gasto del consumidor. Las descargas de aplicaciones superaron los 31 billones, lo que supone un aumento del 15% desde el cuarto trimestre de 2019, repartidas entre los dos grandes operadores: en Google Play, los consumidores descargaron 22.5 mil millones de nuevas aplicaciones en el primer trimestre de 2020, mientras que las descargas de iOS (Apple) crecieron un 15%.
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En el marco europeo, Italia, con un crecimiento del 15% trimestre a trimestre en las descargas tanto en Google Play como en iOS, se ha convertido en el foco de Europa durante el brote del virus. Después de haber sido uno de los primeros mercados fuera de Asia en entrar en el bloqueo, ha representado un indicador líder de los efectos que luego se han visto en otros mercados como el Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos en las semanas siguientes.
Pero, ¿qué categorías de aplicaciones han sido las más reclamadas? Por regla general y trimestre a trimestre, los usuarios han buscado evadirse de la realidad en las aplicaciones de Juegos, Herramientas y Entretenimiento, las más descargadas en Google Play. En el área del entretenimiento, las plataformas de películas y series han visto duplicado su uso. “En los meses de confinamiento, se han llegado a visualizar más de 1000.000 películas al día, un 50% más que en meses anteriores”, asegura Jaume Ripoll, cofundador y director editorial de Filmin en el Podcast de Banco Sabadell sobre consumo audiovisual.
En este sentido, desde que el confinamiento llegó a la vida del consumidor, los cambios en su comportamiento también se han traducido en un repunte de categorías que, a menudo, se han pasado por alto. La salud, la Educación o los Negocios se han revalorizado con descargas del 40%, 35% y 30%, respectivamente.
Con el aumento del teletrabajo, y las escuelas y gimnasios cerrados, se ha producido un aumento en las descargas de aplicaciones que permiten a los consumidores mantener la normalidad mientras se quedan en casa. Entre ellas, las herramientas de videoconferencia y colaboración como Zoom, Hangouts Meet de Google y Microsoft Teams han visto cómo su uso ha crecido exponencialmente. También lo han hecho aplicaciones como HouseParty, que llegó para llenar el hueco que había dejado el distanciamiento social creado por el coronavirus: en la semana del l 15 de marzo, las descargas de esta app en todo el mundo crecieron 735 veces respecto a la semana anterior.
El papel de las empresas en esta nueva realidad del consumidor
El brote de coronavirus ha provocado cambios sísmicos en la forma en que interactúan los consumidores y las empresas. Es más importante que nunca que las marcas tengan una estrategia planificada y medida para ayudarles a ganar en dispositivos móviles, ya que estos se han convertido en la principal ventana al mundo del consumidor. El consumo en electrónica ha aumentado y no solo durante la etapa de confinamiento, sino que en las últimas cuatro semanas ha crecido un 41% respecto al mes anterior, según Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite obtener datos de la recuperación comercial.
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La oleada de descargas por parte de los usuarios ha puesto sobre la mesa el éxito de las aplicaciones, una forma efectiva de mantener un contacto directo y, sobre todo, bidireccional con los usuarios. Con la aplicación móvil de nuestra empresa podemos ofrecer información y asistencia al usuario de manera optimizada, así como una experiencia de cliente más personalizada y cercana, adaptada a su forma de consumo, algo que cada vez buscan más usuarios.
En este sentido, se han sobrepasado los límites en cuanto a qué actividades son susceptibles o aptas para ofrecer su servicio vía app. Las empresas que cosechen un mayor éxito serán las que consigan desarrollar una fórmula mediante la cual el usuario pueda disfrutar de su producto o servicio desde su smartphone estando donde esté.
No podemos olvidarnos del aspecto social, imprescindible cuando hablamos del uso del smartphone, algo que se ha incrementado notablemente durante los meses de confinamiento. Por ello, el uso de las redes sociales por parte de las empresas es más importante que nunca, con especial atención en el contenido y en el material audiovisual que se ofrece. Los usuarios buscan información de interés y que les sea útil. Por ello, siempre será más eficaz para cumplir objetivos comerciales y de posicionamiento, tener un tono divulgativo y ofrecer contenido de calidad en los perfiles de redes, ya que el mensaje de venta directa ahuyentará al consumidor, que se ha vuelto más exigente y rechaza la publicidad directa, sobre todo en estos momentos en los que se premia la empatía.
La cultura audiovisual del consumidor medio también es muy superior a la que tenía hace unos años y más si cabe en redes sociales, donde cada vez más el usuario lo que busca es inspiración. Así, en los perfiles de empresa, hay que cuidar al máximo la estética y la organización del material que se publica, pues este aspecto denota la propia filosofía de empresa, así como la calidad del material audiovisual que lo nutre. Cuidando este punto, se incrementarán las posibilidades de que el usuario se sienta identificado con la marca y le inspire mayor confianza.
En definitiva, se trata de casar los nuevos hábitos que ha adquirido el usuario con los intereses y objetivos empresariales, penetrando en esos nichos en los que los consumidores están más activos con una estrategia y una planificación que cuida al máximo los detalles.
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