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Sostenibilidad
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El ‘packaging’ sostenible impulsa la imagen de marca

Mon Jun 14 13:31:02 CEST 2021

Cada vez son más los clientes que se preocupan por que los productos que consumen respeten el medioambiente. El 62% de los consumidores compra de forma consciente e intencionada empaquetados sostenibles

El cambio climático es ya una de las principales preocupaciones globales. Toda una generación vive más concienciada de los peligros que supone para el planeta el calentamiento global. Medidas para promover una movilidad sostenible, el fin de los plásticos de un solo uso o la protección del medioambiente juegan un papel cada vez más importante en la agenda política. En paralelo, los consumidores también ponen más atención en qué compran y bajo qué condiciones. Por ello, ofrecer los productos de una forma sostenible ayuda a que las empresas impulsen su imagen de marca y consigan la confianza de sus clientes.

La situación derivada de la pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto en los hábitos laborales, sociales y de consumo de las personas de todo el mundo. Esto también se ha traducido en cambios en la industria de la paquetería y del embalaje de productos. El cierre temporal de los comercios y las restricciones de aforo han disparado la venta online. Según el informe ‘¿Es el e-commerce bueno para Europa?’ elaborado por la consultora Oliver Wyman, el comercio electrónico se incrementó en España un 28% en 2020 y se estima que en 2030 suponga el 30% de todas las ventas minoristas. Este auge del comercio electrónico también lo recoge Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar en tiempo real la recuperación del país, al señalar que la cuota de las ventas digitales sobre el total ha pasado del 7,75% en diciembre de 2020 al 10,3% en mayo de este año, reforzando la tendencia a crecer del comercio online más allá de la pandemia. 

Pero, ¿qué método de compra es más beneficioso para el planeta? El estudio revela que dirigirse en coche hasta una tienda física supone una emisión de CO2 de entre tres y seis veces mayor que la opción de realizar el pedido a través de Internet. No obstante, también hay variaciones según el tipo de producto que se adquiere. Mientras que comprar un libro en una tienda física produce, de media, 1,6 veces más de emisiones que si se compra en una plataforma digital; el múltiplo es de 2,9 si se trata de una prenda de ropa. En conjunto, los envíos a través de e-commerce generan el 0,5% del tráfico total en las zonas urbanas; mientras que el comercio físico provoca el 11%. 

El 46% de los consumidores reconoce estar dispuesto a pagar más si el embalaje de sus pedidos respeta el medioambiente

El aumento en el envío de paquetes de todo el mundo también ha tenido un encaje sostenible. El 46% de los consumidores reconoce estar dispuesto a pagar más si el embalaje de sus pedidos respeta el medioambiente, según la última encuesta de consumo elaborada por PwC. Además, en un mundo altamente conectado y globalizado, el interés por lo local está ganando fuerza. El 55% de los consumidores pagaría más por productos más saludables y el 50% lo haría si se tratase de alimentos locales, según esta consultora.

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Por ello, la práctica del packaging sostenible, que busca desarrollar un embalaje con materias primas sostenibles, se ha consolidado con la pandemia y ha llegado a quedarse tras su paso. Todo coincide, además, con un momentum en el que la transición ecológica y el impulso de la economía circular son el epicentro de la agenda española y europea para la próxima década. Los residuos de envases alcanzaron un récord en 2017 a nivel europeo. Por ello, las nuevas normas tienen como objetivo garantizar que todos los embalajes presentes en el mercado europeo sean reutilizables o reciclables para 2030.

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Además, la dimensión verde se proyecta como clave en la era pos-COVID-19. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) español destina el 40% de sus cerca de 70.000 millones de euros asignados para los próximos dos años en el marco del Fondo de Recuperación Europeo, también conocido como Next Generation EU, a la materia climática.

Fortalecer la marca y la sostenibilidad

La cadena de este ‘ecodiseño’ se basa en un largo proceso que comienza en su producción y culmina en su reparto y posterior eliminación. Entre los materiales de elaboración sostenibles para reemplazar a los plásticos destacan el cartón, fácilmente degradable; los plásticos vegetales, que provienen de energías renovables; o el vidrio, que es reciclable en su totalidad. 

Apostar por un embalaje sostenible ayuda a consolidar la confianza de unos clientes cada vez más comprometidos con el planeta

El 62% de los consumidores compra de forma consciente e intencionada empaquetados sostenibles y el 64% se decanta por aquellos productos desarrollados por empresas comprometidas con el medioambiente, según se desgrana de la encuesta de PwC. Además, son las personas de mayor edad las que priorizan esta opción frente a la generación Y o la generación Z. 

Con los consumidores y las administraciones públicas de este lado, cada vez son más las empresas que apuestan por un sistema de embalaje basado en la economía del reduce, reutiliza y recicla. Una de las tendencias del futuro pasa por la apuesta de materiales biodegradables o compostables para desarrollar envases que dejen menos huella en el medioambiente. Se trata así de un triple impulso para la imagen de la marca de una compañía, para la transición ecológica del mañana y para ganar la confianza de unos clientes cada vez más comprometidos con el planeta.

Fotografía de Karolina Grabowska en Pexels
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