El liderazgo corporativo, la inserción de los criterios ESG —siglas de ‘environmental, social and governance’ en inglés—, el establecimiento de metas claras contra el cambio climático y unos mercados de capital que reduzcan las desigualdades sociales. Estos son los ejes que, según el Institute for Sustainable Investing de Morgan Stanley, debe pivotar la hoja de ruta de gobiernos y empresas en la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad. Después de un año, 2020, en el que las cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno se han encaramado a las preferencias de las carteras de capital, tanto compañías, como inversores y gobiernos se hallan ante la oportunidad de perseguir y alcanzar unos objetivos económicos, para los que se requieren profundas transformaciones de los patrones de crecimiento. Y no solo para conseguir un impacto en el orden medioambiental, sino también en el ámbito social. Se trata de dos aspectos necesarios en el combate contra el cambio climático y la lucha contra las desigualdades en la distribución de ingresos y rentas cada vez más acuciantes que deben emprenderse en paralelo y sin más dilación.
Estos planteamientos surgieron en el evento virtual organizado por Morgan Stanley que convocó a ejecutivos, inversores institucionales, académicos, responsables de gobiernos y líderes de organizaciones sin ánimo de lucro para explorar ideas sobre cómo poder movilizar los recursos públicos y privados y dirigir sus capitales a un mundo de emisiones netas cero de CO2 con mayor justicia social. Como conclusión, se extrajeron cuatro bloques de recetas:
1.Facilitar el liderazgo hacia la sostenibilidad
La realidad sobre las tensiones raciales y la justicia social, así como las dificultades para mitigar el cambio climático no deben esconder la necesidad de disponer de auténticos liderazgos que eleven la confianza de las sociedades en la consecución de estos desafíos. James Gorman, CEO del Instituto de Morgan Stanley es partidario de generar mensajes auténticos, ceñidos a la constatación científica, para abordar esta doble crisis, social y ecológica, que se ha acentuado con la pandemia.
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Los dirigentes de empresas de cualquier tamaño y sector “deben enfocar sus responsabilidades a impulsar medidas de agilización de la innovación, en sus diversas perspectivas y a todos los niveles”, explicó Linda Hill, catedrática de la Harvard Business School. A su juicio, “solo entonces, empresas, gobiernos y organizaciones sociales estarán en disposición de crear cambios reales y generar prosperidad”. Prioridad que el CEO del Instituto de Morgan Stanley considera que precisa de “pasión y experiencia” para poder amplificar sus efectos. Y es que, a su juicio, la pandemia “ha conectado asuntos sostenibles como la seguridad alimentaria o la igualdad social y la conveniencia de configurar las respuestas a la crisis sanitaria con las lentes de los criterios ESG”.
2. La intersección de los principios ESG en la crisis sanitaria
En el desarrollo de las vacunas, señaló Stèphane Bancel, CEO de Moderna, y en la efectividad de las pruebas clínicas, ha tenido un papel esencial “la enorme diversidad de personas, de distinta raza, género y edad, que las empresas farmacéuticas hemos requerido para materializar nuestros tratamientos” en un plazo tan corto de tiempo. Carrera contrarreloj que revela la importancia de que amplias comunidades civiles, multiculturales en la mayor parte de las ocasiones, consigan la inmunidad. Y que se traslada también al proceso de vacunación. Es el componente intersectorial, que enlaza con el componente social de los criterios ESG.
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3. Mitigación del cambio climático con políticas públicas y acciones empresariales
Los asistentes a la cumbre organizada por el Instituto Morgan Stanley coinciden en que el cambio climático es la mayor amenaza del planeta. “Los gobiernos son los responsables de establecer las iniciativas para que el sector privado pueda invertir y salvaguardar el clima de nuestro planeta”, señaló la catedrática de la Berkeley Haas School of Business, Laura Tyson, quien hizo hincapié en la necesidad de “una fiscalidad que castigue el uso de las emisiones de carbono y poniendo en marcha mecanismos más efectivos para curvar la evolución del cambio climático”.
Por su parte, el ex primer ministro australiano Kevin Rudd aplaudió la estrategia de la Unión Europea en alusión a la exigencia de Europa de imponer tarifas a las importaciones de países que carezcan de políticas de precios para desincentivar el uso del carbón. “Las empresas están actuando por haber aceptado hace tiempo los mensajes de la ciencia y haber visto las implicaciones sobre sus tasas de retorno de beneficios o los riesgos asociados a sus inversiones de no aplicar proyectos asociados a la economía verde y la neutralidad energética”, afirmó Rudd.
4. Unos mercados que creen más justicia social
Los centros bursátiles y financieros son parte de la solución de los criterios ESG. Así lo afirmó Darren Walker, presidente de la Fundación Ford: “Los mercados pueden ser el mecanismo para hacer que la igualdad sea más factible”. El modelo capitalista genera desigualdades, pero está en sus manos que sea en una dimensión razonable para fortalecer las sociedades democráticas y la prosperidad, explicó Walker.