La industria de alimentación y bebidas es uno de los bastiones de la economía española. Y lo ha sido incluso en épocas de crisis como la que hemos vivido, pues ha sido una auténtica necesidad para los españoles, que, además, se han visto avocados a un confinamiento en el hogar durante los últimos meses. De hecho, a pesar del estado de alarma, el de la alimentación y bebidas ha sido el sector que más cuota de mercado ha mantenido durante el confinamiento, según los datos de Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que, a partir de las interacciones con Terminales de Punto de Venta (TPV) del banco, permite analizar en tiempo real la evolución económica.
No obstante, ha sido un periodo atípico que ha sepultado multitud de establecimientos, ha hecho que muchos empleados sufran un ERTE, e incluso que algunos pierdan sus empleos, y que se reduzcan las exportaciones, sin remedio y sin previo aviso.
Ante esta situación, las empresas de alimentación y bebidas, que venían de un 2019 de éxitos en el que alcanzaron una producción de 119.224 millones de euros (un 2% del PIB), podrían perder este año hasta 10.000 millones de euros, si, en el peor de los casos, hubiera un rebrote del virus, según datos recogidos del Informe Económico Anual de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que ofrece las primeras predicciones en el impacto que puede suponer la pandemia para esta industria.
Lo cierto es que, en pocos meses, el mundo entero ha cambiado y el sector de alimentación y bebidas no ha quedado exento de las consecuencias de esta pandemia. Sin embargo, en cuanto a las perspectivas de recuperación, la industria confía en que comenzará a ‘levantar el vuelo’ a lo largo del año 2022, cuando podrían alcanzar incluso cifras similares a las de 2019.
En cuanto al empleo, el sector alcanzó, en 2019, un total de 436.700 afiliados a la Seguridad Social (un 2,5% más que en 2018), generando datos positivos por sexto año consecutivo. Y, la tasa de empleo femenino alcanzó el 36%, con un récord en puestos de investigación ya que el 52% de los puestos en I+D+i en el sector son mujeres.
Sin embargo, como consecuencia de la crisis de la COVID-19, la industria de alimentación y bebidas perderá entre 4.000 y 11.000 empleos directos, según estimaciones basadas en las fuentes oficiales relativas a la afiliación media.
Además, de las 30.730 empresas del sector repartidas por el territorio nacional que había en 2019, la crisis económica que acompañará a la pandemia provocará el cierre de alrededor de 800 empresas, en su mayoría pymes, que representan la mayor parte del tejido empresarial español.
El cierre de los bares y restaurantes, el golpe más duro
El cierre de la hostelería y la paralización del turismo, en palabras del director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, “afecta gravemente a nuestra industria, que destina un 30% de su oferta a este sector. Incluso muchas de nuestras empresas destinan la totalidad de su producción a este canal y, algunos sectores, más del 80% de su facturación”.
En este sentido, con la reapertura de los bares y restaurantes, poco a poco va activándose el consumo, pero en ciudades como Madrid y Barcelona, la facturación en el último mes todavía supone tan solo el 28% y el 26%, respectivamente, frente al mismo periodo del año anterior, según los datos de Pulso.
Las exportaciones, del crecimiento en 2019 a la parálisis con el estado de alarma
Por su parte, las exportaciones son otra de las magnitudes que experimentaron un importante crecimiento en 2019, llegando a los 32.363 millones de euros, a pesar de la incertidumbre mundial y las trabas al comercio internacional. La Unión Europea fue el destino de casi el 64% de las exportaciones de los productos nacionales, mientras que el 36,1% restante fue exportado a terceros países.
Y es que el coronavirus ha hecho que la actividad de exportar se vuelva prácticamente imposible. El cierre de fronteras, la existencia de mercados que están prácticamente cerrados, y otras dificultades como la movilidad de mercancías, movilidad de documentos…, se unen al parón en el consumo, explica Joan Tristany, Director General de AMEC en el Podcast de Banco Sabadell.
La COVID-19 se une a otras amenazas a la exportación de los productos alimentarios españoles, como los aranceles de Estados Unidos y la incertidumbre que ha generado el Brexit, provocando caídas de entre un 6% y un 11% con valores inferiores a los registrados en 2017.