El sistema tributario español se encuentra entre los más modernos del mundo y ocupa el puesto 34 del ranking de los 190 países analizados, por delante del siempre envidiado Estados Unidos (37), la ejemplar Alemania (43), Francia (53) o Italia (118). Y, al comparar la fotografía fiscal de España con la media del resto del mundo, la imagen también es positiva: si actualmente en el mundo, de media, una compañía necesita 237 horas para cumplir con Hacienda, en España esta cifra es de 148 horas. Si, además, para hacerlo necesita hacer 23,8 pagos, en nuestro país esta cifra se reduce a nueve.
Ser empresario es una forma de vida y una actitud que comienza con la decisión de emprender y continúa con el tesón y el esfuerzo que conlleva mantener a flote un negocio y bandear los temporales, que no son pocos. Por ello, las obligaciones fiscales de los autónomos nunca deben suponer una traba, sino ofrecer facilidades a los que representan la fuerza motriz de la economía. Concretamente, España es un país de microempresas (aquella que tiene menos de 10 trabajadores), pues suponen el 94,48% del tejido empresarial privado español a fecha de enero de 2020.
Pero, ¿qué más factores hacen del sistema tributario español uno de los más modernos del mundo? Pues bien, si hablamos del IVA, aquí también los empresarios españoles ganan tiempo. Mientras que las empresas de todo el mundo dedican, de media, 19,6 horas para pagar este tributo, en España, tras la introducción del Suministro Inmediato de Información, conocido por sus siglas SII, el tiempo para cumplir con los impuestos relacionados con el consumo se ha reducido de 35 a 31 horas. También a la hora de obtener la devolución del IVA, las compañías españolas necesitan menos dedicación: 16,4 semanas en vez de las 29 de media que tardan en el resto del mundo, según el Informe anual Paying Taxes de PwC y el Banco Mundial.
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El estudio también refleja un índice denominado Post filing Index, donde se mide la eficacia de las administraciones tributarias una vez que las empresas han realizado el pago de sus impuestos, obteniendo un 100% las más eficaces y un 0% las menos. En este aspecto, España aparece entre las ocho administraciones más eficientes del mundo, con una puntuación del 93,6%, muy por encima de la media, que se sitúa en 59,6%.
Cómo han mejorado las nuevas tecnologías la calidad del sistema tributario español
La llegada de las nuevas tecnologías también ha agilizado procesos que antes podían resultar lentos o incluso tediosos. Así, desde que en 2004 las autoridades fiscales comenzaron a hacer uso de ellas, las empresas han reducido en 84 horas, de media, el tiempo dedicado a estos trámites y, en 10,3, el número de pagos que las compañías deben hacer para cumplir con el fisco.
Esto tiene que ver, sobre todo, con la puesta en marcha en economías avanzadas como China, Hong Kong o Noruega de sistemas de reporting fiscal en tiempo real o de otros que permiten la devolución automatizada de impuestos.
Sin embargo, el estudio también considera que la tecnología por sí misma no es suficiente para mejorar los sistemas fiscales e insiste en que una economía, además de contar con la infraestructura tecnológica adecuada (disposición de conexión de banda ancha, de redes móviles 4G, etc.) y con una población suficientemente alfabetizada informáticamente, debe superar una serie de obstáculos culturales y políticos, especialmente relevantes en aquellos países con sistemas tributarios manuales o con un nivel significativo de economía informal.
No hay duda de que el cumplimiento con las obligaciones fiscales es una tarea intrínseca a la condición de empresario. Sin embargo, también es un hecho que facilitar este proceso y agilizarlo para que no suponga una pérdida de tiempo es un aliciente para los autónomos de largo recorrido y una motivación para los que se están planteando emprender.