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¿Startups rurales? El nuevo modelo de negocio

Mon Sep 16 11:30:47 CEST 2019

Desde hace varios años el emprendimiento se ha convertido en una buena opción para desarrollar una vida laboral. La proliferación de startups ha abierto un universo para aquellos que tienen una gran idea y que quieren plasmarla en un proyecto. Cuando hablamos de startups automáticamente pensamos en empresas que desarrollan su actividad en grandes ciudades, sin embargo hay una gran cantidad de compañías que se ubican en zonas rurales y cuya viabilidad es una realidad. Estas empresas tienen unas características algo diferentes pero un resultado similar.

Un ejemplo es Barrabes.com, una empresa que surgió en Benasque, un pueblo oscense con una población de 2.000 habitantes y que vende material deportivo en todo el mundo.  O ‘IDI EIKON’, una empresa proveedora de servicios en áreas de internet, cuya sede está en Paterna (Valencia) y que cuenta con proyectos a nivel nacional e internacional, como  desarrollo de software para hospitales, para la prestación de cuidados proactivos a los pacientes con enfermedades crónicas.

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Hay tantas startups como ideas existen, en el ámbito rural son muy comunes las que desarrollan actividades relacionadas con la agricultura y la agroindustria pero hay muchas más y muy variadas. Jimena Ventura se asoció con Mari Cruz Torres y dejó Valencia para crear ‘La despensa del jabón’, una startup que se encuentra en Castañares de Rioja, un municipio de 300 habitantes, a 53 kilómetros de Logroño. Motivadas por un cambio de trabajo y de vida decidieron crear una empresa de venta y distribución de materias primas y componentes para hacer cosmética natural. Tiene una página web ladespensadeljabon.com,  donde venden sus productos y también imparten cursos en el pueblo para aquellos que quieran aprender a hacer sus propias cremas y jabones. 

Para Jimena trabajar en un entorno rural aporta muchas ventajas: “en nuestros anteriores trabajos nos sentíamos un número, aquí el ritmo de trabajo cambia, nuestra filosofía es la tranquilidad. Lo económico es importante, pero menos, nosotras queríamos hacer algo que nos gustara, con lo que disfrutáramos, no tener que salir siempre corriendo de un lado para otro”.  

En poco  más de un año la empresa se ha expandido, ahora tienen una empleada y van a necesitar seguir contratando.  El enclave rural es básico ya que cuentan con un local de 300 m2, un laboratorio y varios espacios para el showroom y para hacer talleres y para impartir los cursos, a un precio mucho más económico que en Bilbao o Valencia donde ellas vivían. Además han encontrado las condiciones óptimas de temperatura para tratar los más de 700 productos que ofrecen. Lo que comenzó como un trabajo-hobbie, como cuenta Jimena se ha convertido en una forma de vida para las socias de esta empresa. Un trabajo alejado del ritmo frenético de la ciudad pero con las mismas responsabilidades. “Al principio éramos la comidilla del pueblo, ahora ya nadie se sorprende”, puntualiza.

María Giménez Martínez es la propietaria de ‘Les Confitures de Marie’, una startup con sede en Godelleta. Con una población de unos 3.000 habitantes, este municipio valenciano se ha convertido en el lugar idóneo para desarrollar su actividad. María hace mermeladas de frutas y verduras, y mermeladas bio. “Empecé a hacer mermelada  en la cocina de mi casa, con un puchero ahora envío a toda España, Bélgica y el año que viene iré a Francia, la cuna de esta confitura”. En 2008 en plena crisis económica empezó a elaborar el producto en pequeñas cantidades, pronto comenzó a tener clientes, diseñó la web, el logo y patentó la marca. 

Para Marie la ubicación de su empresa le aporta una gran cantidad de beneficios: “paz, tranquilidad y conciliación personal y familiar. Si abro la ventana escucho cantar a los pájaros”, asegura. El obrador está situado en lo que era el garaje de su casa, con lo que no tiene que desplazarse para ir a trabajar. Como inconveniente encuentra que estar un poco alejada de la ciudad hace que sea necesario el uso del coche para hacer gestiones.

Marie va a publicar su segundo libro el mes de septiembre: “Recuperación de la memoria gastronómica de Gestalgar”, un manual que recupera la esencia culinaria de la zona, con recetario incluido.

Podemos encontrar sus productos en la web confituresmarie.com, o en numerosos eventos y bodas donde reparte sus elaboraciones personalizadas como obsequio. Para su creadora lo más importante es la satisfacción personal del trabajo bien hecho, “saber que en cada envase hay un momento de felicidad para los que van a saborearlo”, y aunque es un trabajo laborioso y minucioso, el resultado compensa. El éxito es prueba de ello.

 

 

Fotografías de Annie Spratt y Jeff Sheldon en Unsplash
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