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Quiero cotizar en bolsa

Tue Nov 19 08:38:23 CET 2019

Si como empresario sigues pensando en crecer e incluso salir a bolsa, te mostramos a continuación las claves sobre el proceso y qué aspectos hay que valorar

Mejorar la capacidad de financiación y atracción de talento directivo, y un mayor reconocimiento de marca son algunas de las ventajas de cotizar en bolsa. El coste de salida y la pérdida de control de la empresa, algunos de sus inconvenientes. Si tienes claro que la renta variable es el próximo destino de tu compañía, presta atención a estas claves:

  • ¿Qué es una salida a bolsa y qué supone para una empresa? Salir a cotizar al mercado es el camino que toman aquellas compañías que “desean abrir su capital a oferta pública y entregan parte de su accionariado a cambio de dinero, que destinan a otros fines tales como abrir nuevas líneas de negocio, financiación, compra de participación de los principales accionistas, cancelación de deuda, expansión, modernización, etc.”, explica Antonio Aspas, socio de Buy & Hold. Un proceso que se puede llevar a cabo a través de una OPV (Oferta Pública de Venta), en la que la empresa pone en venta una participación; o de una OPS (Oferta Pública de Suscripción), que consiste en ampliar capital y emitir nuevas acciones.
  • ¿Cuál es el mejor momento para salir al mercado? No hay un ‘momento’. Cada organización debe establecer cuándo salir a cotizar en función “del objetivo buscado”, cuenta Aspas. Así, algunas compañías se lanzarán al mercado para captar capital para financiar su crecimiento, ya sea incremental o exponencial, para acumular liquidez para sus accionistas o para capear una sucesión familiar.<
  • ¿Qué requisitos se debe cumplir? Según la ‘Guía para salir a bolsa’ elaborada por Bolsas y Mercados Españoles (BME), el acceso al mercado bursátil precisa del cumplimiento de unas condiciones y de una posterior elección del procedimiento que mejor se adapte a las necesidades y objetivos de la empresa en cuestión. Y varían en función de si el salto es al MAB (Mercado Alternativo Bursátil), en el que cotizan compañías más pequeñas, o al Mercado Continuo.

Si el destino de tu empresa es el MAB, se te exigirá “transparencia; asumir el compromiso de suministro de información semestral y anual, debidamente auditada; la designación de un asesor que ayude tanto en la salida a bolsa como durante su permanencia en el mercado, y la suscripción de un contrato con un Proveedor de Liquidez que facilite la negociación”, enumera el socio de Buy & Hold. Además, para la incorporación al MAB es imprescindible que las acciones de titulares con porcentajes inferiores al 5% del capital social representen un valor estimado superior a dos millones de euros. “En este sentido y en muchas ocasiones, las compañías que inicialmente no cumplen con este requisito lo alcanzan gracias a la colocación o venta previa de acciones”, cuenta Aspas.

Para este socio de la gestora de inversión, cotizar en el Mercado Continuo, además de las altas exigencias de transparencia y suministro de información que se piden en el MAB, la empresa debe:

  1. Estar constituida como Sociedad Anónima.
  2. Tener su capital social totalmente desembolsado.
  3. No tener una restricción legal o estatutaria respecto a la salida a bolsa.
  4. Contar con un capital mínimo, sin tener en cuenta las participaciones de más del 25%, de 1.202.025 euros.
  5. Que los beneficios obtenidos en los dos últimos ejercicios o, en su defecto, en tres ejercicios no consecutivos en los últimos cinco años, sean suficientes para repartir al menos el 6% del capital desembolsado entre los accionistas.
  6. Que existan, al final de la colocación, al menos 100 accionistas cuya participación individual no supere el 25%.

¿Cuánto cuesta?

Salir a bolsa no es gratis. Los gastos de una operación como ésta son el resultado de la suma de distintos conceptos que la guía de BME resume en:

  • Comisión de dirección, aseguramiento y colocación, “que cobran los intermediarios, financieros y legales, elegidos por la empresa y que oscila entre un 2% y un 4% del efectivo colocado. Este gasto varía en función del tamaño de la empresa”.
  • Gastos de publicidad, que dependen de la audiencia a la que se pretenda llegar. Así, este gasto puede ser “desde el simple cumplimiento de la obligación legal de la publicación de anuncios en el BOERME, a los despliegues publicitarios en los distintos medios de comunicación. Y, por término medio puede estimarse en torno a un 0,3% del efectivo colocado”.
  • Tarifas de la CNMV, que se cobran por el “examen de la documentación necesaria para la verificación del cumplimiento de los requisitos para la admisión a negociación de valores en mercado secundarios oficiales: 0,01% del importe efectivo de la admisión con un mínimo de 25.000 euros y un máximo de 70.000”, reza el informe de BME.
  • Tarifas de admisión a bolsa que aplica el mercado bursátil por el trámite de inicio de la cotización de la empresa: “Por el estudio, el examen y la tramitación del expediente se cobra un canon fijo de 1.500 euros; por los derechos de admisión de los valores nacionales de renta variable, el 0,011% sobre la capitalización bursátil de los valores que resulte del primer precio en el mercado”, asegura la guía BME que puntualiza que “la tarifa tendrá un mínimo de 6.000 euros o el 0,5% de la nueva capitalización admitida, siendo de aplicación el menor de ellos, y un máximo de 500.000 euros”.

Además, las empresas cotizadas han de satisfacer anualmente un canon de permanencia, que será del 0,05 por mil sobre su capitalización al cierre de la última sesión del ejercicio anterior.

¿Qué ventajas reporta?

El socio de Buy & Hold asegura que, entre los principales beneficios de salir a cotizar en bolsa están: “La mejora de la capacidad de obtención de financiación y reducción del coste de la misma; el reconocimiento de marca y el prestigio; la liquidez para los accionistas; y la facilidad para atraer talento directivo y su remuneración”.

¿Y qué inconvenientes? 

Salir a bolsa no está libre de problemas, entre los que Antonio Aspas destaca “el coste y mantenimiento de la empresa; la pérdida de control; y el cortoplacismo en los resultados”. Esto último, además, contradice la máxima que defiende invertir siempre a corto plazo, según considera Warren Buffett, inversor y gurú bursátil. Y es que, a veces “las empresas cotizadas tienden a renunciar a proyectos interesantes en el largo plazo que pueden penalizar los resultados en el corto”, advierte Aspas.

La bolsa puede ser uno de los mejores mecanismos que tiene una empresa para captar capital, pero también un riesgo si no se sabe lo que se está haciendo. Como dice Buffett, “nunca inviertas en negocios que no puedes entender”.

 
 
 
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