Emprender en el mundo de la docencia ofrece muchas posibilidades: desde organizar clases a medida hasta experimentar y poner en práctica modelos didácticos alternativos. Por ello, y también por la satisfacción que da contar con un negocio propio, muchos profesionales deciden montar su proyecto educativo.
Comenzar a trabajar como profesor autónomo no requiere, en principio, grandes inversiones. El esfuerzo inicial suele centrarse en promocionarse y conseguir alumnos. Presentamos algunos consejos y las principales vías por las que se puede montar un negocio como profesor.
Lo primero: identificar el nicho de mercado
Lo más habitual es ofrecer formación en materias presentes en los planes educativos (como matemáticas, lengua o idiomas extranjeros como inglés o francés) o disciplinas artísticas como instrumentos musicales o pintura, por ejemplo.
Sin embargo, cada vez más estudiantes buscan clases particulares de nuevas tecnologías y disciplinas, como robótica, programación o marketing. Muchas veces, la clave está en la especialización.
Sea cual sea el público, lo importante es posicionarse y especializarse. Y, sobre todo, trabajar para encontrar alumnos: estar activo en redes sociales, contactar con comunidades de profesores y hacer campañas promocionales puede ser un buena forma de empezar. La clave está en la creatividad.
La flexibilidad de las clases particulares
La mayoría de los profesores que empieza a trabajar por su cuenta lohace dando clases particulares. Esta modalidad ofrece sus ventajas. Por ejemplo, la flexibilidad a la hora de elegir el momento y el lugar de las clases (puede ser en casa del docenteo del alumno, en una biblioteca o en una cafetería, sin ir más lejos). Otra opción es prestar servicios profesionales a una academia o un centro privado.
Al impartir clases particulares, se está desarrollando una actividad económica. Por lo tanto, lo más recomendable es darse de alta como autónomo y tener en cuenta una serie de particularidades a la hora de facturar:
- Las clases sobre asignaturas incluidas en los planes de estudios de cualquiera de los niveles y grados del sistema educativo están exentas de IVA.
- El Reglamento de facturación señala que no es obligatorio emitir facturas cuando las clases particulares estén exentas de IVA, salvo que el alumno lo exija.
- Si se trabaja a través de una academia o un centro privado, sí se debe especificar el IVA. Además, el cliente debe retener el 15% del IRPF e ingresarlo en Hacienda trimestralmente.
Crear un negocio online
Dar clases a través de Skype u otros servicios de videollamada permite conseguir muchos más clientes y ser más flexible. Una opción es crear una web propia en la que también se añadan materiales didácticos y otras herramientas que apoyen el aprendizaje.
Otra es darse de alta en plataformas como Udemy o Tutellus, en la que se pueden ofrecer diferentes cursos. Es una forma más sencilla de acceder a un gran número de alumnos. Sin embargo, tanto si es mediante una web propia como a través de plataformas, es fundamental trabajar para darse a conocer.
El siguiente paso: montar una academia
Supone ir más allá: cuando la enseñanza se pone al servicio de una estructura de negocio, la actividad deja de considerarse profesional para pasar a ser empresarial. Montar una academia supone crear una empresa. Otra de las opciones es abrir una franquicia, lo cual implica menos riesgo porque hay una marca y asesoramiento detrás.
En ambos casos, lo importante es saber alcanzar las expectativas de los alumnos contando con buenos profesores, las infraestructuras adecuadas y un buen plan de enseñanza. Es buena idea, además, ofrecer clases enfocadas a la preparación de exámenes oficiales. De hecho, la clave para triunfar como profesor es, a menudo, especializarse.