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¿Cómo financiar la compra de una farmacia?

Mon Sep 16 11:42:38 CEST 2019

La facturación media de las farmacias en España en 2018 fue de 912.000 euros por establecimiento, un 0,8% superior al año anterior y el cuarto año consecutivo de subidas, según las cifras de la consultora Iqvia.

Además, sus ingresos dependen cada vez menos de los medicamentos. De hecho, los productos de consumo que no son medicamentos han aumentado su peso en las ventas del 24% al 30% en los últimos ocho años. Con estos datos, parece un negocio redondo y también cotizado. Y es que en España la apertura de farmacias está regulada y limitada por ley, algo lógico si tenemos en cuenta que es uno de los países de la OCDE con más farmacias por habitante.

Así que salvo nueva concesión (en 2017 se otorgaron 78) o herencia de una antigua, la adquisición de una licencia en vigor es la alternativa más viable. El único escollo en este punto es su precio. Los datos de Asefarma elevan el precio medio de una licencia hasta los 560.000 y los 600.000 euros, un 22% más que en 2007. ¿Cómo conseguir ese dinero? Existen diferentes formas de financiar la compra de una farmacia, empezando por los tradicionales préstamos.

Préstamos bancarios: hipoteca mobiliaria e hipoteca inmobiliaria

Esta es la fórmula más habitual para financiar la compra de una farmacia, como también lo es para adquirir una vivienda. Tanto es así que incluso existen algunas similitudes entre las dos operaciones.

En ambos casos necesitarás contar con un porcentaje mínimo inicial en tu cuenta de en torno al 20% de la operación. A partir de ahí el banco estudiará la farmacia como lo haría con una casa u otro negocio y realizará una tasación. Para ello tendrá en cuenta datos financieros como la facturación del establecimiento, su beneficio neto, los gastos, la distribución de ingresos o el precio medio por receta.

También puede añadir otros elementos cualitativos como la posibilidad de nuevas aperturas de farmacias, si hay guarderías o centros de salud cerca, la población atendida o el estado del local, entre otras cosas.

Con la tasación en mano, se empezará a estructurar el préstamo, más conocido como hipoteca mobiliaria y que financiará toda la parte del negocio que no tenga que ver con el local donde estará la farmacia. La principal garantía de esta hipoteca mobiliaria para farmacia será la licencia. Además, el banco puede solicitar otras garantías reales como la casa del farmacéutico u otros avales adicionales, si fuesen necesarios.

A esta hipoteca mobiliaria se añade la hipoteca inmobiliaria, que se refiere al local o el inmueble donde está la farmacia.

 

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Las cuentas en participación

Otra alternativa para financiar la compra de la farmacia es recurrir a las cuentas en participación. Estas implican la colaboración entre dos partes, una que aporta capital y otra que gestiona el negocio con ese dinero.

El partícipe depositará en la cuenta en participación un dinero o bienes que el gestor utilizará para el negocio. A cambio recibirá un porcentaje de los beneficios de la empresa.

También existe una modalidad mixta: los préstamos participativos. En este caso no se trata tanto de una inversión, sino de un préstamo. La particularidad es que los intereses suelen establecerse en función de la marcha del negocio. Además, también es habitual que incluyan penalizaciones por amortizaciones anticipadas del préstamo.

Los dos métodos tienen sus ventajas y desventajas. El primero es más tradicional y está más extendido, mientras que el segundo suele utilizarse cuando se quiere compartir riesgos con un inversor o cuando no se tienen fondos suficientes.

Fotografías de Ula Kuzma y Nik MacMillan en Unsplash
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