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Internacionalización y Competencia
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¿Va a cambiar la crisis sanitaria el futuro de la industria del automóvil?

07/09/2020

Los consumidores han variado sus preferencias tras la crisis, lo que, en el sector automovilístico, puede suponer un estímulo comercial, en especial para fórmulas como el renting, que están adaptándose a las nuevas necesidades de los clientes.

Uno de los más reconocidos líderes de la industria mundial del automóvil durante la segunda mitad del siglo XX fue Lido Anthony Iacocca, más conocido como Lee Iacocca. En la década de los sesenta, fue el responsable de la creación del conocido Ford Mustang, éxito que replicaría en la competencia unos años después con el monovolumen Chrysler Voyager. Poco antes de jubilarse en 1992, durante una entrevista en la que hacía repaso de su trayectoria, concluyó que, si algo caracteriza al sector de las cuatro ruedas, es que “encontramos permanentemente grandes oportunidades disfrazadas de problemas insolubles”.

De acuerdo al informe de Deloitte ‘How the pandemic is changing the future of automotive’, en la actualidad, esta industria afronta un momento crítico para sentar las bases de su futuro. El descenso tan abrupto de la actividad global durante la pandemia ha afectado a todos los eslabones de la cadena de producción, a lo que se ha unido la serie de reformas en centros de producción, oficinas y concesionarios impulsadas desde los diferentes Gobiernos para garantizar la seguridad y la salud de empleados y clientes. Sin embargo, los especialistas de esta consultora son optimistas, puesto que estiman que la industria lleva desde hace unos años inmersa en un profundo proceso de transformación para ajustarse a los nuevos criterios de movilidad de los ciudadanos, a lo que se ha sumado la apuesta por las fábricas inteligentes y la automatización, los programas de reducción de costes, las políticas de máxima transparencia en la relación con los usuarios y la adaptación a las novedosas modalidades de vehículos compartidos, tanto para empresas como para particulares.

El sector del automóvil lleva desde hace años inmerso en un profundo proceso de transformación digital para ajustarse a los nuevos criterios de movilidad de los ciudadanos

Con todo, se advierte en el documento, los fabricantes deben afrontar dos problemas muy  relevantes en el corto plazo, de cuya resolución probablemente se edifiquen las bases de crecimiento del sector para esta década: la reestructuración de una cadena de suministro que debe ser más diversificada y tiene que estar más reforzada que antes de la crisis para evitar que la interrupción en la recepción de piezas de China colapse la fabricación global de vehículos; y la capacidad de volver a captar la atención de los consumidores en un contexto de recesión económica mundial y de incertidumbre sobre la evolución de la crisis sanitaria a partir de otoño, habida cuenta de que, según los datos del ‘Deloitte State of the Consumer Tracker’, las ventas globales de coches estimadas para 2020 apenas rozarán las 70 millones de unidades, más de 18 millones menos de lo esperado.

Nuevas acciones para equilibrar las ventas

Desde IBM, en su informe ‘Automotive 2030: Racing toward a digital future’, auguran que el crecimiento del teletrabajo y, por lo tanto, del consumo de tiempo personal en la Red por parte de los usuarios, supone un desafío pero, también, una muy buena oportunidad para que los vendedores recuperen parte de su espacio perdido en dicho canal. En este nuevo contexto, los potenciales clientes utilizan de manera casi continua un conjunto de herramientas digitales que, desde la óptica de las compañías, es el caldo de cultivo ideal para el desarrollo de una estrategia comercial omnicanal en la que ofrecer nuevas experiencias virtuales, un trato más directo y transparente con el consumidor, y, sobre todo, poder personalizar ofertas y productos para conseguir revitalizar las cifras de facturación.

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Además, tanto en este estudio como en el de Deloitte anteriormente citado se destaca un aspecto muy importante que ha traído consigo la reciente crisis sanitaria, y es que la necesidad de mantener el distanciamiento físico lleva a muchos a la conclusión de que la idea de la propiedad del vehículo vuelve a ser valiosa, ya que aporta mayor seguridad en cuanto al nivel de higiene que las opciones de transporte compartido. Según IBM, esta nueva corriente social de pensamiento ya está teniendo un efecto significativo en los modelos de negocio de carsharing, abriendo una oportunidad de negocio a otras formas de conducir un vehículo como si fuera propio, como, por ejemplo, el auto renting. De hecho, tal como destaca Ricard Castells, director Comercial Renting Auto, “hemos visto como la demanda de renting entre particulares ha aumentado, no sólo por un temor de contagio en transportes colectivos, sino, también, por la incertidumbre del escenario laboral que va a comportar nuevos modelos de movilidad motivados por el teletrabajo. Bajo este prisma, el reto de los operadores de renting es el de transformar la movilidad, adaptándola a esta inédita normalidad, y flexibilizando mucho más los modelos para adaptarlos a las necesidades reales”.

El distanciamiento físico supone una oportunidad para segmentos como el auto renting, que se está flexibilizando para adaptarse a las necesidades de los consumidores

Política de alianzas

Por parte de McKinsey, en su informe ‘Automotive revolution – perspective towards 2030’, se señala que, aunque en la actual coyuntura de crisis, muchos potenciales compradores de vehículos podrían aplazar su decisión de adquisición hasta que lleguen tiempos mejores o, incluso, decantarse por modelos de gama más baja, también es posible que las marcas fabricantes estimulen las vías de colaboración con sus redes de distribución para acelerar la adopción de herramientas digitales. En su opinión, existen muchas áreas donde una estrategia virtual integrada permitiría tener un impacto transformador en el proceso de compra de un vehículo, como, por ejemplo, maximizando la transparencia o respondiendo de primera mano a cualquier duda del cliente. Incluso, a través de la Inteligencia Artificial, sería ya posible diseñar un ecosistema para atender de manera personalizada las principales demandas de los consumidores en relación al servicio posventa.

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Además, los especialistas de esta consultora abogan por la concreción de alianzas estratégicas entre compañías de la industria para mantener un elevado estándar en innovación, al tiempo que se minimizan los riesgos dentro de una coyuntura de crisis y caída en las ventas. Si logran hacerlo, probablemente sean capaces de recuperar a medio plazo las cifras de facturación, y, si bien será difícil volver a entrar en una ‘Edad de Oro’ como se vivió hace unos años, sí que, al menos, podrán mantener un compromiso de eficiencia y calidad que les haga resistentes a las futuras nuevas modalidades de coche compartido que están por venir.

¿Es el momento del auto renting?

Es la eterna pregunta para muchos particulares y empresas. ¿Es mejor adquirir un coche u optar por el renting? El renting no es más que un alquiler de larga duración, normalmente entre dos y cinco años, por el que se disfruta de un vehículo nuevo abonando una cuota mensual estipulada en el contrato. Una vez finalizado, el usuario puede quedárselo y convertirse en propietario (opción pocas veces escogida) o renovarlo escogiendo otro que se acomode mejor a sus circunstancias en ese momento.

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En el caso de las entidades, cabe destacar entre las ventajas de acogerse a esta modalidad que tanto las revisiones y averías (con coche de sustitución en el caso de ser necesario), como el cambio de neumáticos, el servicio de asistencia en carretera o el seguro a todo riesgo están incluidos. Tampoco exige una inversión inicial, como en el caso de la compra de un vehículo, ya que no se requiere ningún tipo de entrada. Para los autónomos, además, es posible deducirse hasta el 100% del coste del renting en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o en el Impuesto de Sociedades.

En el sector, la consigna parece ser apostar por la innovación y la flexibilidad para adaptarse continuamente a las nuevas preferencias de los consumidores tras la pandemia. En Renting Auto, asegura Ricard Castells, “hemos lanzado dos nuevas modalidades de producto: el renting con carencia inicial de hasta 6 meses, que permite planificar y adaptar las necesidades de nuestros clientes en un momento complejo como el actual, aplazando el pago de las cuotas desde el primer momento, o también existe la posibilidad de pagar por kilómetros”. 

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan que, antes de decidirse por el renting, es conveniente analizar el mercado y valorar entre las distintas ofertas que existen, hacer una estimación del uso que vamos a dar al vehículo para evitar penalización por incumplir alguna cláusula del contrato, e informarse de la opción de compra por si creemos que nos puede interesar llegado el momento.

 

Fotografía de Julio Nery en Pexels
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