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‘Slow living’: la tendencia que nos hará más felices

17/05/2021

Los nuevos hábitos de consumo buscan bajar la velocidad de nuestro ritmo de vida, promover la calma, mantener una dieta saludable y respetar el entorno, mientras se consolidan proyectos empresariales basados en una filosofía ‘slow’

Ir a toda velocidad no siempre es la mejor manera de actuar. “A menudo que nos apresuramos por la vida, cargando con más cosas hora tras hora, nos estiramos como una goma elástica hacia el punto de ruptura”, subraya Carl Honoré, en el libro Elogio de la lentitud (RBA, 2004). Sus palabras, dichas hace 16 años, no han perdido ni un ápice de actualidad. Hoy, la COVID-19 ha provocado que la sociedad pise el freno y que sean muchos los que se planteen en dar un giro a su estilo de vida.

“El slow living es una alternativa lenta a la cultura de lo urgente y lo instantáneo. El movimiento slow aboga por recuperar el ritmo natural de las cosas: desde el tiempo requerido para cocinar un buen plato a la forma de viajar o de leer un libro”, explica el escritor Francesc Miralles, coautor de Ikigai (Debolsillo, 2020). “La pandemia ha ralentizado el ritmo de nuestra vida para bien. Hemos tenido mucho más tiempo para pensar y plantearnos cómo queremos vivir el resto de nuestra vida”, asegura.

Un estilo de vida más calmado

Durante el confinamiento, la población se dio cuenta de que no es necesario optar por las prisas o los excesos. Se puede llevar una vida plena desacelerada. Los equipos investigadores de tendencias de Google y de YouTube afirman que el slow living está ganando adeptos. “En 2020, las visualizaciones de vídeos que incluyen la frase slow living en el título se multiplicaron por cuatro en comparación con 2019”, afirmaron en marzo. “Los usuarios están viendo este tipo de contenido más que nunca”, añadieron.

"La pandemia ha ralentizado el ritmo de nuestra vida para bien. Hemos tenido mucho más tiempo para pensar y plantearnos cómo queremos vivir el resto de nuestra vida". Francesc Miralles, Escritor y coautor de 'Ikigai'

En la era del clic y de la inmediatez también triunfan los vídeos largos, con música relajante, y que invitan a la meditación. Para los investigadores esta tendencia responde a la idea de que se puede vivir de otra manera, con más calma y sencillez. “Los creadores de estos vídeos y sus espectadores se sienten bien descubriendo el significado de las pequeñas cosas de la vida. Todo se hace con atención e intención”, destacaron. Otros contenidos de éxito explican cómo hacer pan, restaurar muebles, lograr el café perfecto o cuidar el jardín.

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Más preocupados por la sostenibilidad y el bienestar físico y mental

El público busca evadirse, desconectar de la rutina, dedicar tiempo a lo que le gusta, celebrar lo que tiene –aunque sea lo más básico– e inspirarse en otros estilos de vida. “Ser constantes con estas actividades nos da una satisfactoria sensación de control en un entorno como el actual, con tanta incertidumbre”, califican los investigadores de tendencias en la red. Para ellos, marcas relacionadas con aficiones como la cocina y la jardinería pueden aprovechar estos hábitos de consumo que experimentan un renovado interés.

"El 'slow living' es una alternativa lenta a la cultura de lo urgente y lo instantáneo. El movimiento 'slow' aboga por recuperar el ritmo natural de las cosas". Francesc Miralles, Escritor y coautor de 'Ikigai'

El confinamiento también hizo que en los hogares se limitasen las compras a bienes de primera necesidad, eliminando lo prescindible. Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar la evolución de la recuperación, situó el gasto en alimentación como el principal de los españoles. Según Accenture los ciudadanos se preocupan cada vez más por lo que consumen, tratan de limitar los desperdicios, compran de forma consciente y prefieren productos más sostenibles. El movimiento slow living reivindica la conservación del medioambiente.

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El bienestar físico y psicológico también está en el punto de mira de los consumidores. Las descargas de las 10 principales apps sobre la salud aumentaron un 60% con el inicio del estado de alarma en España, según datos de la que la salud juegue un papel importante contarán con un elemento diferenciador de cara al futuro. El bienestar es otro de los pilares del slow living.

"Hay negocios que aportan excelentes soluciones y mejoras, y que simplemente necesitan algo más de calma y tiempo para poder demostrarlo". Primitivo Roig, Odontólogo, emprendedor 'slow' y fundador de Clínicas W

Negocios con propósito y respetuosos con el entorno

“Podemos comprobar cómo el discurso de marcas líderes a nivel mundial de todo tipo de sectores ha pivotado hacia mensajes mucho más slow, poniendo en valor lo sostenible, lo humano, el cuidado medioambiental y la pasión por lo saludable”, enfatiza Primitivo Roig, fundador de Clínicas W, una red de clínicas de odontología que siguen el movimiento slow. “Un negocio slow es un negocio con propósito, en el que el lucro y la ganancia económica no son los principales objetivos sino las consecuencias de la verdadera razón de existir de esa empresa o proyecto”, destaca Roig.

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Este dentista emprendedor es el ideólogo de un estilo de gestión slow, que hace de “la calma, el control, la excelencia y la sostenibilidad los pilares fundamentales para generar un impacto positivo en las personas y en el entorno”, define. “Es triste pensar que miles de start-ups, proyectos e ilusiones se quedan por el camino y mueren porque no se les permite ser ‘cocinados a fuego lento’. Hay negocios que aportan excelentes soluciones y mejoras, y que simplemente necesitan algo más de calma y tiempo para poder demostrarlo”, recalca.

El movimiento 'slow' no se propone hacer las cosas a paso de tortuga. Para los expertos, se puede ser más eficiente yendo lento, ya que el 'multitasking' y la precipitación no aseguran buenos resultados

Mayor rentabilidad con la gestión ‘slow’

Su metodología, analizada por la Universitat Politècnica de València (UPV), ha hecho que las Clínicas W sean un 21% más rentables pese a reducir la carga laboral. “Una vez introducido el modelo de gestión slow, pese a que trabajamos o vendemos menos, somos capaces de ser más rentables y generar más beneficios que antes de su aplicación, cuando la carga laboral e incluso la facturación y las ventas eran mayores. En pocas palabras, ‘menos es más’ también en el emprendimiento, pudiéndose conseguir ‘más con menos’”, suscribe Roig.

“Se puede ser más eficiente, incluso, yendo lento. El multitasking y la precipitación no aseguran buenos resultados; muchas veces sucede todo lo contrario”. Aquí es aplicable el proverbio: “Vísteme despacio que tengo prisa”, comenta Miralles. Además, Roig también ha visto cómo los clientes de sus clínicas evalúan la satisfacción con el servicio por encima de un 90%. “El consumidor valora cada vez más que se le dedique tiempo”, afirma el odontólogo. La clave no es ir a paso de tortuga, sino conseguir el equilibrio y solo actuar con rapidez cuando se requiera.

Según Pulso, de Banco Sabadell, el confinamiento también hizo que en los hogares se limitasen las compras a bienes de primera necesidad, como la alimentación, eliminando lo prescindible

Otros ejemplos del movimiento slow living son el hotel Vivood, en Alicante, diseñado específicamente para la desconexión en un entorno natural y donde se invita a sus clientes a apagar el móvil; o plataformas como Slow Fashion Next, formadas por expertos en moda sostenible. Su lema: “Transforma tu empresa en un modelo de negocio circular, regenerador y diferente al fast fashion”. Todos ellos muestran un cambio en la cultura empresarial que conecta con una sociedad más comprometida. Solo falta por ver si los hábitos slow terminarán por consolidarse en un mundo tan frenético.

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Fotografía de David Lezcano en Unsplash
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