La Directiva de Eficiencia Energética en Edificios resulta insuficiente para lograr los objetivos de la Renovation Wave, la estrategia puesta en marcha por la Comisión Europea en 2020 para impulsar la rehabilitación energética del parque inmobiliario de la Unión Europea (UE). Esta fue una de las principales conclusiones de la jornada ‘Oportunidades y retos de la revisión de la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios’, organizada por la revista Observatorio Inmobiliario.
Según los expertos, la legislación europea vigente, y en concreto la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios, necesita una revisión para lograr el objetivo de duplicar, como mínimo, la tasa de rehabilitación energética del parque de viviendas en los próximos 10 años.
El 14 de octubre de 2020, la Comisión Europea aprobó la declaración de principios de la Renovation Wave, sobre la que se están revisando una serie de directivas, como esta, y las líneas de financiación. En estos momentos esta Directiva se encuentra en una fase de revisión, cuya consulta pública ya se ha cerrado, y se prevé que la nueva propuesta esté preparada antes de finalizar el año.
Según explicó Pau García, policy officer de la Comisión Europea, “aproximadamente el 75% de los edificios son ineficientes, y entre el 85% y el 95% de los inmuebles que están hoy en pie estarán todavía en uso en 2050”.
Ante este escenario, “si se quieren alcanzar los objetivos de descarbonizar la economía europea de cara al 2030 y 2050, hay que impulsar la rehabilitación, ya que en la actualidad la tasa de renovación energética de edificios es del 1%”, matizó García.
Y es que, si bien la tasa de rehabilitación es aproximadamente del 10%, el problema es que la mayoría de estas renovaciones no afectan al rendimiento energético de los edificios. Este es el punto que la Renovation Wave quiere cambiar: conseguir que cuando se renueve un edificio realmente se esté cambiando su eficiencia. “Esto se traduce en unos 35 millones de edificios rehabilitados y entre 12 y 16 puestos de trabajo creados por cada millón invertido”, concretó el policy officer de la Comisión Europea.
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Áreas de intervención
La Renovation Wave trabaja en siete áreas de intervención, que tienen que estar integradas: la mejora de la información, para que la industria sea capaz de desarrollar nuevos modelos de negocio; la movilización de la financiación pública y privada, puesto que, según García, “no hay suficiente dinero público europeo para realizar todas las renovaciones”; la puesta en marcha de una asistencia técnica que facilite movilizar esta inversión; el diseño de los instrumentos legales, regulatorios y administrativos; la modernización de los inmuebles, esto es, conseguir que las intervenciones sean integradas e inteligentes; la consecución de un sector de la construcción sostenible, poniendo especial énfasis en el uso de materiales de origen natural y en la formación de los trabajadores; y, finalmente, la descarbonización del sector del calor y el frío.
“Los edificios no solo tienen que ser más eficientes, sino también más confortables. Cuando renovamos el inmueble podemos mejorar la habitabilidad y esto tiene una repercusión inmediata en la comodidad de las personas”, aseguró García.
Una de las principales ideas en las que está trabajando la Comisión es en los Minimum energy performance standards, un instrumento para tratar de asegurar que se rehabilitan los edificios que ahora mismo tienen el peor rendimiento, es decir, que están en la F o en la G de la escala del certificado de eficiencia energética.
García aportó una serie de ejemplos: mientras que en Holanda hay un programa que obliga a que se renueven todos los edificios no residenciales de cara al 2030, en Flandes (Bélgica) se considera que un edificio que no cumpla con ciertos requerimientos energéticos, no es saludable y, por lo tanto, no se puede poner en el mercado. Es decir, que se vincula la eficiencia energética con la habitabilidad.
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Certificados de eficiencia energética
La Comisión Europea también está estudiando el contenido de los certificados de eficiencia energética; cómo armonizar estos instrumentos y conseguir que sean más inteligibles entre sí. En este sentido, puntualizó García, “estamos trabajando en conseguir que el certificado sea una herramienta de traducción, que permita traducir un certificado español a uno portugués y viceversa”.
También busca una mayor calidad de los certificados, que sean mucho más representativos del edificio, mejorando sus indicadores para incluir una información más clara sobre las emisiones de CO2 o la calidad del aire interior, que faciliten el trabajo de los tasadores de inmuebles. Asimismo, otro de los temas que se están tratando en la Directiva es la electromovilidad y su uso en los edificios.
Aquí juega un papel importante el Fondo Europeo Next Generation EU ya que el Gobierno destinará 6.820 millones de euros a la rehabilitación de viviendas en España procedentes del programa europeo.
Además, en materia de financiación, la Comisión está estudiando medidas integradas: la financiación directa a través de dinero europeo, como puede ser el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en España; pero también el establecimiento de modelos financieros que ayuden a la rehabilitación, la investigación de nuevos productos y el desarrollo de nuevos procesos para la renovación de edificios.
Una última medida en la que está trabajando la Comisión Europea para incentivar la rehabilitación, es incrementar el porcentaje de renovación del stock de edificios públicos que son propiedad del Estado; pasar del 3% al 6% anual o incrementar la base, de manera que afecte también a municipios y autonomías.
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