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Quiero invertir bien, ¿por dónde empiezo?

Mon Sep 16 12:47:12 CEST 2019

Guía para dar los primeros pasos en la adquisición de productos financieros como acciones, fondos de inversión o letras del Tesoro.

Si dispones de un dinero que no necesitas en este momento, quizá creas que puedes sacarle un rendimiento. Invertir consiste en eso, en utilizar tu dinero para, a través de determinadas transacciones, obtener más. Si deseas dar tus primeros pasos en la inversión, pero no cuentas con los conocimientos financieros necesarios, te interesa continuar leyendo.

El capital se puede invertir en inmuebles mediante la compra de una casa, con la perspectiva de que valga más dentro de unos años –lo que hace buena parte de los españoles–; también se puede invertir en la creación de un negocio con el objetivo de que reporte beneficios a medio plazo. Pero otra opción muy buena es emplear ese remanente en la adquisición de productos financieros –como acciones, fondos de inversión o letras del Tesoro que nos den rentabilidad, es decir, que hagan aumentar ese capital–. Sin embargo, no siempre ocurre así. En ocasiones, ese capital se reduce. El inversor debe ser consciente de que no todas las veces se gana.

1. ¿Qué debes valorar antes de lanzarte a invertir?

Es imprescindible que te hagas ciertas preguntas antes de actuar. Debes plantearte tu situación financiera y tus objetivos de inversión. Después de esta valoración, puedes ya evaluar si estás preparado para invertir y si ahora es un buen momento.

Toni Conde, responsable de gestión de activos de Renta 4, entidad financiera especializada en productos y servicios de inversión, recomienda hacerse estas preguntas:

  • ¿Cuánto dinero tengo ahorrado?
  • ¿Cuál es mi capacidad de ahorro mensual?
  • ¿Qué cantidad de ese patrimonio no voy a necesitar en los próximos dos o tres años?
  • ¿Cuánta pérdida puedo tolerar?
  • ¿Qué tipo de rentabilidad persigo?
  • ¿Qué productos financieros conozco?
  • ¿He operado con esos activos en alguna ocasión?

"Con la respuesta a estas preguntas y a otras que se crea conveniente formularse ya se estaría iniciando el plan inversor", asegura Conde. Esta experta recomienda, no obstante, dejarse ayudar por un asesor financiero para diseñar ese plan.

2. ¿Qué tipo de inversor soy?

Seguramente el asesor que tienes más próximo sea el de tu banco, pero también hay profesionales independientes a los que puedes acudir. Unos y otros te ayudarán a determinar tu perfil de riesgo en función del nivel de beneficio/pérdida que estás dispuesto a asumir y en qué plazo. Por ejemplo, si no quieres perder mucho dinero tienes que considerarte un inversor conservador, pues asumes poco riesgo. "En este caso deberías estar dispuesto a aceptar un rendimiento bajo, ya que riesgo y rentabilidad suelen estar directamente relacionados: cuanto mayor sea la rentabilidad esperada, mayor será el riesgo asumido", resumen desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su guía Conozca su perfil como inversor.

 

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A la hora de fijar el perfil riesgo/rentabilidad "afectan, entre otros factores, la edad, la psicología de la persona, el período decidido para la inversión y la cantidad de renta disponible para el ahorro", añaden en el manual Cómo invertir en Bolsa de Bolsas y Mercados Españoles (BME).

3. ¿En qué puedo invertir?

Bolsa y acciones

Puede que lo primero que te venga a la cabeza sea invertir en Bolsa, es decir, comprar directamente acciones en el mercado. "Si conoces la operativa en acciones, si no vas a necesitar tu patrimonio en al menos tres años y toleras las variaciones importantes en la valoración de tus inversiones, quizás entonces estés preparado para solicitar ideas de inversión en acciones", resume Toni Conde. Y es que "las compañías no solo tienen que ser conocidas; tenemos que comprobar con el asesor si el precio de mercado al que vamos a comprar las acciones de esas compañías es adecuado, ya que no queremos hacerlo a un precio caro, debido a las oscilaciones del mercado. También nos indicarán si por las perspectivas futuras de la empresa podemos esperar que el precio aumente o si es interesante por su dividendo".

¿De dónde proviene la ganancia? Cuando uno invierte en Bolsa, esta puede generarse por las oscilaciones en el precio de cotización o directamente porque la compañía distribuye parte de su beneficio entre sus accionistas. La mayoría de las empresas cotizadas reparte dividendo una o dos veces al año; hay algunas más generosas que otras.

Carlos García Ciriza, miembro de la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera (EFPA) en España, recomienda contar con asesoramiento o suscribir un contrato de gestión de carteras, es decir, que un profesional decida los movimientos más adecuados en cada momento según el perfil del inversor.

 

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Fondos de inversión

La compra de acciones no es, sin embargo, la única opción ni necesariamente la más recomendable para alguien novato, pues requiere cierto nivel de conocimientos.

Los expertos proponen comenzar invirtiendo en fondos de inversión “tanto desde un punto de vista fiscal como por su gestión profesional", explica García Ciriza. Este experto se refiere a que, en las operaciones en Bolsa, se paga impuestos por las ganancias o pérdidas cada vez que vendemos las acciones. En los fondos, en cambio, se pueden realizar traspasos de dinero entre un fondo y otro –pueden ser de la misma gestora o diferente– sin tributar hasta que finalmente deshagas la inversión y el dinero vuelva a tu cuenta corriente. En cuanto a la profesionalidad, mientras que la decisión de comprar o vender tales acciones la tomas tú –aunque puedas estar asesorado–, en un fondo es el profesional al frente de la gestión de tu inversión quien necesariamente decide los movimientos más adecuados en cada momento.

Renta fija

Otros productos populares en el mercado son los de renta fija, generalmente asociada al inversor conservador. A diferencia de la renta variable, en la que no sabemos cuánto ganaremos o perderemos, aquí el rendimiento, aunque moderado, está determinado de antemano: sabemos en qué fecha recibiremos tal cantidad de dinero. Hay renta fija pública (la deuda que emiten Estados, comunidades autónomas y demás administraciones y organismos públicos con el objetivo de financiar sus gastos) y privada (la emitida por empresas que buscan financiación para afrontar proyectos o ampliar capital). Según sea a corto o a largo plazo, hablaremos de letras del Tesoro y pagarés corporativos, o de bonos y obligaciones.

Recuerda, no obstante, que los fondos pueden invertir tanto en renta variable, es decir, en Bolsa, como en renta fija, los mencionados bonos o letras, o en una mezcla de ambos tipos de activos.

4. ¿Dónde acudo para invertir?

Bolsa

Si decides invertir en Bolsa, puedes contactar con un intermediario autorizado. Nos referimos, por ejemplo, a tu propia entidad financiera o a una agencia de valores –hay muchos brokers que funcionan online–. Da igual una u otra, pero comprueba siempre que ese intermediario financiero esté registrado en la CNMV. Te pedirán abrir una cuenta de valores que servirá para administrar la cartera de valores, gestionar las órdenes de compraventa o suscripciones de acciones, el cobro de dividendos y asistencia a juntas de accionistas, entre otras cosas.

Fondo de inversión

Si optas por él, puedes acudir también a tu banco, a la gestora que más te interese, española o internacional; a la propia Bolsa, que comercializa un pequeño puñado de fondos, o a los llamados supermercados de fondos, plataformas que ofrecen la mayor variedad en marcas y tipos.

Renta fija

En este caso, puede comprarse a través de tu banco, de cualquier sucursal del Banco de España o, lo más fácil, hacerlo a través de la página del Tesoro Público.

5. ¿Cuánto dinero necesito?

"Cada uno el suyo, cumpliendo esa máxima de que el dinero que invirtamos no lo deberíamos necesitar en un corto espacio de tiempo", recuerda Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

Para hacerse con deuda del Estado el mínimo son 1.000 euros. Hay fondos de inversión que ofrecen participaciones desde incluso 10 euros. No obstante, es necesario tener en cuenta que cualquier operación conlleva gastos y comisiones. No tendría mucho sentido comprar, por ejemplo, una acción que cueste 1 euro si vamos a tener que desembolsar 3 euros en gastos y comisiones. Una cifra orientativa para comenzar estaría entre los 500 y los 1.000 euros con perspectiva de aumentarla ligeramente en los meses posteriores.

En cuanto a los gastos y comisiones, cada vez hay más competencia y los precios están bajando pero, para 1.000 euros, calcula entre el 1% y el 1,5% al año. No obstante, compara bien las tarifas y comisiones de cada entidad, ya que estas pueden comerse fácilmente la rentabilidad final de tu inversión.

6. ¿Y cuánto puedo ganar... o perder?

La respuesta es muy variable y depende de cada vehículo de inversión en particular. De hecho, se puede llegar a perder todo, pero también se puede multiplicar la cantidad invertida por varios dígitos. Para que te hagas una idea, según los últimos datos publicados por Inverco, que agrupa a las empresas del sector:

  • Un inversor conservador que hubiera entrado en un fondo de inversión de renta fija hace un año ganaría hoy de media entre un 2,66% y un 0,10%, según la categoría. Y a tres años, un 0,34% anual y pérdidas del 0,15%.
  • Un inversor que hubiera adquirido fondos de renta variable –que conllevan más riesgo– se encontraría con una situación contrapuesta: los que invirtieron en Bolsa española pierden de media el 6,6%. ¿Y a tres años? La renta variable nacional logra un 7,2% de media anual. Como se ve, las oscilaciones medias son importantes.

 

Fotografías de Austin Distel en Unsplash
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