Los factores que dan valor a una casa son múltiples y distintos según el tipo de vivienda y las particularidades del mercado en el que se encuentre el inmueble. Sin embargo, existen algunos parámetros que son genéricos y que aportan la información suficiente para valorar el inmueble y que influyen en las tasaciones inmobiliarias, un trámite necesario para solicitar una hipoteca. ¿Cuáles son los aspectos que se tienen en cuenta para tasar un inmueble?
Ubicación
La situación geográfica de la vivienda conlleva su pertenencia a una escala de precios determinada, que puede variar incluso dentro del mercado de cada comunidad autónoma. Y es que las distintas zonas tienen niveles de precio diferentes en función, sobre todo, de la demanda que exista. Por ejemplo, Madrid, Barcelona y San Sebastián se sitúan entre las ciudades con mayores precios de la vivienda.
Es importante tener en cuenta también que cada barrio concreto dispone de unos servicios (colegios, centros de salud, transporte público, etc.) que determinan el valor del inmueble.
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Superficie
La superficie es el segundo factor a considerar a la hora de realizar una tasación hipotecaria. De ahí que sea tan importante llevar a cabo una medición precisa de cuánto espacio ocupa el inmueble, sobre todo para solucionar los errores de desactualización que pueden contener tanto las escrituras como los datos de la referencia catastral del inmueble.
Es el propio tasador el que se encarga de realizar esta medición y de proporcionar un plano a escala de la vivienda como parte de la documentación anexa, aseguran desde la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV).
En este sentido, también es necesario tener en cuenta que habitualmente cuanto mayor es la superficie de una vivienda, menor es su valor unitario, es decir, el precio de cada metro cuadrado.
Estado de conservación
Otra de las características clave para el valor catastral de una vivienda es su antigüedad y, especialmente, su estado de conservación.
Un correcto mantenimiento de los materiales y de las instalaciones, así como que el inmueble se encuentre limpio y ventilado son aspectos importantes de cara a una valoración.
La calidad de la construcción también aporta mucho en el valor real de una vivienda; cuanto mejores son los materiales y las instalaciones, más alta es su valoración.
Parámetros especiales
Las áreas comunes del edificio, como son el portal, los jardines o las zonas deportivas, son otros factores que pueden inclinar la balanza y que diferencian la vivienda objeto de tasación con respecto a otros inmuebles.
Es importante saber que en cada zona pueden existir parámetros especiales que sean más buscados por la demanda que se concentra en esa ubicación. Por ejemplo, en una localización puede tener más valor para los compradores el hecho de que la vivienda cuente con piscina y en otra, la disponibilidad de una terraza.
Además, si se trata de un edificio, otros puntos que tendrá en cuenta el tasador son los siguientes: si tiene ascensor; la planta en la que se encuentra la vivienda, pues cuanto mayor sea la altura el inmueble recibirá más luz y menos ruido; la orientación, que puede suponer una mayor eficiencia energética y, por tanto, un ahorro en el consumo de energía; y las vistas.
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Cada mercado tiene sus propias particularidades, por eso valorar una vivienda es un proceso complejo en el que interviene un gran número de variables y para el que es esencial un conocimiento profundo.
En cualquier caso, a la hora de valorar los elementos de una vivienda, es clave contar con el asesoramiento profesional de un experto de confianza como el de la entidad bancaria que aconseje y resuelva cualquier duda que pueda surgir durante el proceso.
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