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La gestión del circulante: ¿cómo mejorar el flujo de caja?

Mon Sep 20 10:42:59 CEST 2021

Una empresa puede ser rentable, pero no ser viable debido a la falta de una gestión eficiente del capital circulante

El capital circulante, también conocido como el fondo de maniobra, es el dinero que fluye en una empresa y que permite que se puedan llevar a cabo sus operaciones (cobros y pagos) con normalidad. “La gestión del capital circulante es el mecanismo que ayuda a las compañías a disponer de la liquidez suficiente para mantener su actividad, sostener el crecimiento y reducir el riesgo de insolvencia”, expone Arnold Pérez, profesor de OBS Business School.

“De igual modo que un motor sin gasolina no avanza, lo mismo sucede en la empresa cuando el funcionamiento del circulante se ve afectado negativamente por las circunstancias del mercado”, explica Nacho Bueno, CEO de FAI Business Advisory y de Byte4games y asesor financiero de grandes empresas, quien participó en el webinar Cómo gestionar el circulante/ caja de mi empresa, organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell. Este experto comparte varios ejemplos: “Cuando los clientes retrasan el cobro de las facturas emitidas, los proveedores piden plazos de pago más cortos, los productos y las materias primas en el mercado son escasos y la empresa no tiene un stock de seguridad suficiente en sus almacenes, se endurece el acceso al crédito por incrementos de morosidad o de prima de riesgo”.

En definitiva, “la gestión del capital circulante consiste en planificar y controlar los flujos de caja, con el fin de asegurar una adecuada liquidez a la empresa, así como en supervisar los niveles de cada una de las partidas del capital circulante para mejorar su rentabilidad”, añade Alberto Blázquez Pérez,profesor de Economía Financiera de la Universidad CEU San Pablo. Es decir, “el principal objetivo de la gestión del capital circulante es que la empresa tenga a su disposición los fondos suficientes, a través de sus cobros, sus fuentes de financiación y sus saldos disponibles, para hacer frente a las obligaciones de pago”, detalla este docente.

El capital circulante es, por tanto, el flujo de efectivo que permite funcionar en su día a día a las empresas. Por lo tanto, si “se paraliza o se ralentiza, las consecuencias que puede ocasionar son siempre negativas para el negocio y la imagen de la compañía en el mercado, incluso pueden comprometer su continuidad”, asegura Manuel Romera, profesor de finanzas de IE University. Una supervivencia que puede complicarse, sobre todo en la coyuntura económica actual derivada de la crisis sanitaria.

“En este contexto, tras el inesperado cierre de la economía mundial provocado por la COVID-19, es frecuente leer y escuchar noticias relacionadas con los problemas de las compañías para mantener su nivel de actividad debido a las dificultades para financiar su circulante”, destaca Blázquez Pérez. En este escenario, “las fuentes de financiación de la empresa son más escasas y caras y el ritmo de generación del flujo de caja se ve ralentizado por los mayores impedimentos de pago a los proveedores”, añade.

Claves para lograr una buena gestión del capital circulante

Para lograr una buena gestión del capital circulante, Bueno detalla cada uno de los pasos que debe seguir una empresa. Lo primero es tener controladas las previsiones de pagos a terceros. Es decir, de los proveedores, los bancos, los empleados, los impuestos, la Seguridad Social y otros acreedores. Con esto se pretende evitar tener fallos que puedan originar el cese de las operaciones por falta de suministro o de acciones contra la empresa. 

“El buen control se debe realizar no solo desde el vencimiento de las facturas y de las obligaciones de pago, sino anticiparse a los riesgos teniendo controlados en el día a día los albaranes o las notas de servicio que se reciben hoy y los pedidos de nuevos materiales, servicios y gastos derivados de la organización diaria, autorizando a nivel de gerencia las cantidades y las tarifas de compra, que serán las previsiones de pago que se tendrán que atender obligatoriamente mañana”, señala el CEO de FAI Business Advisory y de Byte4games.

También, según este experto, se deben tener rigurosamente controladas las previsiones de cobro de facturas, el cumplimiento en plazo de las entregas y los servicios demandados por los clientes, así como las carteras de los pedidos pendientes de servir. De esta forma, es posible controlar la actividad con el fin de anticipar problemas en el cobro de los clientes, para que, llegado el caso, se pueda, al menos, cobrar por parte del seguro ante situaciones que no estén bajo control y que puedan retrasar el cobro de las facturas.

Blázquez Pérez recomienda tener en cuenta, en todo momento, tres aspectos:

  • El primero, ejercer el control de los pagos, revisando la relación contractual con los proveedores, ajustando los tiempos de pago al flujo de ingresos, evitando el adelanto del pago de las facturas y eliminando los gastos no esenciales.
  • El segundo, evaluar los descuentos para que estén alineados con los márgenes preestablecidos y con las políticas fijadas por la compañía.
  • Y el tercero, realizar una buena gestión de inventario para evitar acumular materia prima o productos acabados, generando un coste adicional de almacenaje, la falta de ingresos por las ventas mal planificadas, así como el gasto anticipado a los proveedores que esto supone.

Pero en todo caso, este experto aconseja tomar medidas de protección, como la creación de comités de riesgos, minimizar las salidas de efectivo no esenciales o hacer uso de programas de financiación como Supply Chain Finance (SCF) para ampliar o retrasar los periodos de pagos, asegurando que no se generan por anticipado y adelantar el cobro de las facturas, ofreciendo descuentos a los clientes por pronto pago.

Otras alternativas propuestas por el profesor de Economía Financiera de la Universidad CEU San Pablo son recalibrar los niveles de abastecimiento de inventario en el corto plazo; buscar fuentes de financiación alternativas, como puede ser una línea de crédito; pensar en el alquiler como una alternativa a la compra de grandes inmovilizados y minimizar los recursos ociosos del balance y ponerlos a disposición de la empresa.

Herramientas que facilitan la gestión del capital circulante

Las nuevas tecnologías son las grandes aliadas de la gestión del capital circulante. “Ahora es posible gestionar el efectivo con herramientas eficientes de cash management, como es el caso del cash pooling, que consiste en centralizar todas las tesorerías de las filiales y la matriz de una multinacional en una única cuenta”, indica Romera.

Blázquez Pérez cree que, para evitar financiarse a través de recursos permanentes, ya sea mediante fondos propios o ajenos, y lograr hacerlo a través de proveedores y demás acreedores, la clave se encuentra en alargar los periodos medios de pago y acortar los periodos medios de cobro. “Con esta finalidad, las empresas pueden utilizar programas de pago anticipados, como descuento dinámico y programas de SCF, también conocido como reverse factoring o confirming”, sugiere este experto.

Entre sus ventajas, Blázquez Pérez enumera la reducción de diferentes costes, como los de ventas, los de compras, los de transacciones y los de financiación; el aumento del plazo medio del pago a los proveedores; la disminución del plazo medio del cobro a los clientes; la posibilidad de realizar previsiones de flujos de caja más sencillas; y las inyecciones más rápidas de liquidez.

Fotografía de Matthew Lancaster en Unsplash
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