Antes de adquirir una vivienda es habitual que surjan muchas preguntas como si es un buen momento para comprar, cuánto dinero necesito para la operación, si el precio de la vivienda es justo, si el banco me concederá una hipoteca con mi sueldo y, en el caso de hacerlo, cuántos ingresos irán destinados a la cuota mensual.
Por ello, antes de tomar una decisión, lo más recomendable es dejarse asesorar sobre qué tipo de inmueble es el más indicado según la solvencia del futuro propietario.
¿Cuánto dinero hay que tener ahorrado para poder comprar una casa?
Por regla general, los bancos suelen conceder hipotecas con una cuantía de hasta el 80% del valor de tasación del inmueble. Esto quiere decir que es necesario tener ahorrado en torno a un 20% antes de solicitar el préstamo. Algunos expertos elevan este porcentaje al 30%, dado que el proceso de compra siempre conlleva una serie de gastos. En todo caso, la primera pregunta para conocer cuál es el inmueble que se podrá comprar es ¿cuánto dinero debo tener ahorrado?
Caso práctico
Una persona que dispone de un colchón financiero de 100.000 euros podría multiplicar por 3,3 veces esta cifra para conocer el importe de la casa a la que puede aspirar. En este caso, podría adquirir un inmueble con un coste de 330.000 euros.
En relación a los ingresos mensuales, este es uno de los criterios más importantes para que los bancos decidan acerca de la idoneidad de conceder un préstamo hipotecario a un cliente. Los expertos recomiendan que el porcentaje de endeudamiento del hogar no debe superar el 30% de los ingresos mensuales de una familia. Es decir, que en una familia en la que los cónyuges ganan conjuntamente al mes 4.000 euros, la cuota hipotecaria que deberán abonar cada 30 días no debería exceder de los 1.200 euros mensuales.
Para calcular la capacidad de hacer frente al pago mensual del préstamo hipotecario, las entidades bancarias también tienen en consideración si la familia tiene vigentes otras deudas, como puede ser la letra de un coche. Estos costes se añaden al 30% que se considera endeudamiento del hogar, y con todos ellos se estima la mensualidad que se estaría en condiciones de pagar para establecer las condiciones definitivas de la hipoteca.
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¿Cuáles son los gastos asociados a la compra de una vivienda?
Otro elemento importante es el que agrupa todos los gastos y los impuestos que supone llevar a cabo una compraventa inmobiliaria. Entre ellos, cabe destacar:
- El Registro de la Propiedad
- La notaría
- El impuesto sobre transmisiones patrimoniales (ITP) y el impuesto sobre actos jurídicos documentados (AJD), en el caso de las viviendas de segunda mano
- El impuesto sobre el valor añadido (IVA), que solo hay que abonar cuando se adquiere una vivienda de obra nueva
Además, si se tiene que solicitar una hipoteca, hay que tener en cuenta:
- Los gastos de la tasación previa que habrá que realizar
- La comisión de apertura, entre otras
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¿Qué tipos de préstamos hipotecarios hay?
Existen dos tipos de hipotecas:
- Hipoteca a tipo variable. En este caso, la cuota mensual tendrá una parte fija y otra que se actualizará con un índice de referencia, siendo el más habitual el euríbor. Es decir, que para calcular la cuota hay que tener en cuenta que estas van a variar conforme lo haga este índice, al alza o a la baja.
- Hipoteca a tipo fijo. Para los préstamos a tipo fijo la cuota mensual y el tipo de interés que se aplica se mantienen constantes durante todo el contrato. Cada mes se paga la misma cuota, ya que es independiente a los tipos de interés del mercado.
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Además, existe la opción de contratar una hipoteca mixta que combine ambas opciones, con un periodo a tipo fijo durante los primeros años del préstamo, al que le sigue otro periodo a tipo variable.
En cualquier caso, es importante que antes de dar el paso de solicitar una hipoteca, cada familia analice no solo su situación personal y laboral actual sino también las previsiones para el futuro, teniendo en cuenta la edad, las cargas familiares o las expectativas profesionales. Una hipoteca es un compromiso financiero a largo plazo que puede durar 20 o 30 años. Contar con el asesoramiento que ofrece el profesional de la entidad bancaria de confianza ayudará a tomar la decisión que mejor se adapte a cada caso.
¿Quieres que un experto te aconseje sin ningún tipo de compromiso? Déjate asesorar por un especialista.