El auge de la robótica, del e-commerce, de la realidad virtual o del teletrabajo son cambios que se han acelerado a raíz de la irrupción de la COVID-19. Cambios que también han supuesto una aceleración sin precedentes en la digitalización de las organizaciones, precisamente, para dar respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad. Y es que, en los últimos meses, las compañías han progresado en sus planes de digitalización lo mismo que tenían planificado avanzar en dos y tres años, lo cual les ha obligado a incrementar también sus departamentos y soluciones a aplicar en ciberseguridad.
Así, para hacer frente a este nuevo escenario, el 55% de las empresas planea aumentar sus presupuestos en ciberseguridad en el próximo año según el documento ‘2021 Global Digital Trust Insight’, realizado por PwC. A esto se añade que el 51% tiene pensado incorporar personal especializado concretamente en el área de ciberseguridad a tiempo completo aún cuando más de la mitad de los ejecutivos (64%) esperan que los ingresos disminuyan el próximo ejercicio. Y es que garantizar la seguridad en el entorno online se ha convertido en el eje central de las empresas, pues esa mayor digitaizlación ha hecho que cada nuevo proceso digital se convierta en una potencial vulnerabilidad para los ataques cibernéticos.
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La digitalización impulsa la figura del responsable en ciberseguridad
La tarea de desarrollar y supervisar todas las actividades relacionadas con la seguridad en la empresa pasa por las manos de los Chief Information Security Officer (CISO), un cargo que, cada vez más, está pasando de ser un área aislada a convertirse en algo absolutamente transversal en las compañías. Tanto es así que esta edición de la encuesta de PwC muestra un aumento del 25% en el número de ejecutivos encuestados que ahora considera la ciberseguridad en cada decisión de negocio, con respecto a los datos del año anterior. A esto se añade que el 40% de los ejecutivos afirma necesitar la figura del responsable en ciberseguridad para liderar la transformación digital de su empresa.
Y es que el responsable en ciberseguridad lidera equipos multifuncionales con un único objetivo: unificar y coordinar el tiempo y la forma de las transformaciones digitales. Y, dentro de él, deben también coordinar las estrategias de seguridad y de privacidad, así como las inversiones de acuerdo a los planes establecidos en el largo plazo y a las tendencias a futuro.
Los cambios en la profesión del responsable en ciberseguridad tras la COVID-19
La profesión en sí y las aptitudes que esta exige han ido evolucionando también en los últimos meses y las personas que ostentan estos cargos ya muestran cualidades que antes no eran tan necesarias, como el pensamiento estratégico, la capacidad para tomar riesgos inteligentes, las habilidades de liderazgo, o la capacidad de reconocer e implementar la innovación.
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Pero, además del cambio en el desempeño diario de la profesión, también el panorama laboral en este sector ha cambiado. El ‘Estudio de la Fuerza Laboral de Ciberseguridad de 2020’, elaborado por la Asociación Internacional de Ciberseguridad (ISC), muestra por primera vez una reducción en la brecha de expertos en ciberseguridad, debido en parte a una mayor entrada de talento y a una demanda incierta por el impacto económico de la COVID-19. Además, el estudio también revela que la profesión de la ciberseguridad experimentó un crecimiento sustancial en 2020, alcanzando los 3,5 millones de personas que trabajan actualmente en todo el mundo en este campo, lo que supone un 25% más en comparación con el mismo dato del año anterior (700.000 profesionales más en un año).
¿Son eficientes los presupuestos en ciberseguridad?
Precisamente, la situación de incertidumbre económica ha provocado una mayor presión en las organizaciones para asegurar que el presupuesto destinado a este área del negocio sea eficiente. Obtener el máximo valor por cada euro de seguridad cibernética invertido se ha vuelto más crítico a medida que las entidades se han ido digitalizando. Sin embargo, el 55% de los ejecutivos en ciberseguridad no confían en que el gasto destinado a este área esté alineado con los riesgos más significativos del entorno digital. Además, el 53% de los directivos no confía en que el proceso actual de elaboración de presupuestos se planifique acorde con los presupuestos generales de la empresa, por lo que consideran que no existe una estrategia alineada y global en este sentido.
Y, con respecto a cómo de preparadas están las organizaciones para afrontar futuros riesgos cibernéticos, el 58% de los ejecutivos encuestados afirma no confiar en que los presupuestos proporcionen controles adecuados sobre las nuevas tecnologías, por lo que abogan por revisarlos. Además, el 44% de ellos asegura que están probando nuevos procesos para presupuestar las acciones relacionadas con ciberseguridad, para aumentar su eficacia.
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Los nuevos tiempos reclaman nuevas estrategias en ciberseguridad
Los responsables en ciberseguridad se han enfrentado a una coyuntura crítica y establecer una estrategia eficaz y eficiente ha sido uno de los retos principales para afrontar los cambios que ha traído la COVID-19 a las organizaciones. El auge de la necesidad de estos perfiles expertos en este sector es, por tanto, otro de los cambios derivados de la crisis económica, que ha obligado a las empresas a cambiar también sus estrategias de negocio y a tener en cuenta, más que nunca, la ciberseguridad. De hecho, el 96% de los ejecutivos encuestados por PwC asegura que ajustará su estrategia de seguridad cibernética debido a la COVID-19.
