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Prejubilación y COVID-19, ¿qué pasa si me prejubilo?

Wed Nov 25 09:19:32 CET 2020

La crisis económica actual llevará a un incremento de esta fórmula, un acuerdo entre la empresa y el trabajador con beneficios para ambas partes.

Más allá de la crisis sanitaria, la pandemia de la COVID-19 ha afectado gravemente a la economía y a la situación laboral de muchos españoles. Prueba de ello son los casi 3,4 millones de trabajadores (3.386.785, en concreto) que se vieron afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante los meses más duros de la pandemia, de acuerdo con los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Si bien, a datos de junio, algo más del 54% de estos profesionales habían conseguido salir del ERTE (1,56 millones desde el 30 de abril y 1,17 millones en dicho mes), la crisis económica que está sufriendo España a raíz del coronavirus sigue poniendo entre las cuerdas a muchos sectores y, con ello, a sus empleados.

Por el momento, la ley impide a aquellas compañías acogidas a un ERTE por COVID-19 despedir a sus trabajadores hasta seis meses después de que se haya reiniciado la actividad, pero son muchas las empresas que ya podrían estar pensando en una reestructuración de su plantilla de cara al futuro. 

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Es decir, las compañías podrían preparar un paquete de prejubilaciones para adelantarse a un futuro incierto pero que pondría en riesgo la existencia del tejido empresarial. Con ello, los trabajadores se jubilarían antes de la edad establecida por ley, con todas las ventajas y las consecuencias que esta fórmula conlleva.

Jubilación anticipada y prejubilación: un retiro con diferencias

En España, para jubilarse es necesario tener 65 años cumplidos y 37 años cotizados o contar con 65 años y 10 meses si la carrera laboral no llega al mínimo de cotización. Unas condiciones que se han ido modificando y que, a partir de 2027, pondrán como requisito mínimo haber trabajado al menos 38 años y medio para poder retirarse con menos de 67 años.

De acuerdo con la Seguridad Social, para cobrar una pensión es necesario tener 15 años cotizados y que dos de ellos se encuentren dentro de los últimos 15 años (por ejemplo, si nos jubiláramos en 2021, la última cotización tendría que ser de 2006).

A partir de 2027, para jubilarse habrá que haber trabajado al menos 38 años y medio para retirarse antes de los 67 años

Todas estas normativas tienen algo en común: en el momento del retiro laboral, hay que prepararse con sentido común y analizar los pros y los contras que a corto, medio y largo plazo puedan tener en la economía familiar. Para ello, hay que distinguir entre prejubilación y jubilación anticipada. 

La jubilación anticipada es la opción voluntaria de poder retirarse dos años antes de la edad reglamentaria y siempre que se cuente con 35 años cotizados, o de adelantarla cuatro años si se tienen 33 años cotizados. Esta modalidad implica que la persona puede acceder a la pensión otorgada por la Seguridad Social antes de la edad legal establecida.

En cambio, la prejubilación es un acuerdo privado que se da entre la empresa y el trabajador para que cese su actividad laboral antes de la edad legal de jubilación. El empleado sigue recibiendo de su compañía una parte de la retribución desde el momento en el que se prejubila, hasta que llega la fecha en la que su jubilación se hace efectiva.

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Sin embargo, tal y como recuerda Jaime Garriga, socio de G2 Abogados y Consultores: “Para las empresas es muy importante tener en cuenta que no es posible obligar a los empleados a prejubilarse, ya que se trata de un acuerdo entre ambos para resolver la relación laboral con carácter anticipado”. Así, para que la prejubilación se haga efectiva, debe contar con el beneplácito de ambas partes, ya que “de realizarlo de forma unilateral, podría suponer la nulidad de la resolución del contrato, pudiendo llevar aparejada una indemnización adicional por vulneración de los derechos fundamentales”, explica este profesional.

"No es posible obligar a los empleados a prejubilarse, ya que se trata de un acuerdo entre empresa y trabajador"

Prejubilación en España

En España, alrededor del 40% de los trabajadores se jubila antes de alcanzar la edad reglamentaria del cese de su actividad, según el Banco de España. La Seguridad Social, además, señala que el número de empleados que se acogieron a una prejubilación se incrementó en un 66% entre 2014 y 2019. Además, la edad media de jubilación de los españoles es de 64,6 años, es decir, 15 meses antes de la edad legal (65,83 años).

En un país donde las jubilaciones voluntarias anticipadas supusieron el 16% del total en 2019, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, quiere acercar la edad real de jubilación a la legal mediante incentivos para prorrogar la edad de retiro. 

No hay que olvidar que el impacto de la pandemia de la COVID-19 provocará un déficit de la Seguridad Social del 2% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 1,3% registrado en 2019, según el propio ministro. Esto se debe a los menores ingresos percibidos a causa de los ERTE y a la caída del empleo, además de a un mayor gasto por las bajas por coronavirus y las prestaciones de cese de actividad para los autónomos

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Ante esta situación, Escrivá busca incentivar el retraso del momento de la jubilación “lo que supondrá generar un sistema de incentivos que induzca a trabajar más y reformar fórmulas que permitan compatibilizar pensión y trabajo” y “corregir elementos distorsionantes en la regulación de las jubilaciones anticipadas”, según explicó el ministro en el Congreso de los Diputados.

En España, alrededor del 40% de los trabajadores se jubila antes de alcanzar la edad reglamentaria

Prejubilarse, ¿una buena idea?

Quienes deseen prejubilarse deben tener en cuenta que sufrirán una penalización en forma de recorte en función del número de trimestres que se anticipe el cese laboral sobre la edad reglamentaria, siempre en función de los años cotizados. Además, no todo el mundo desea jubilarse: “No creo en la jubilación, creo que si encuentras lo que te gusta y puedes sacar rendimiento de ello, no tienes por qué jubilarte nunca”, explica Euge Oller en el Podcast de Banco Sabadell.

Escucha el Podcast de Banco Sabadell 'Cómo lograr la libertad financiera y jubilarse pronto', con Euge Oller.

 

Para Oller, fundador de Emprende Aprendiendo y reconocido por la revista Forbes como uno de los 100 mejores influencers, “venimos de un sistema que nos ha tratado a todos un poco como máquinas, que te hace ser uno más de una empresa”, una visión que le lleva a asegurar que, a diferencia de la tónica común: “No me imagino que te lo pases bien jubilado todos los días del año”. La libertad financiera es lo que le permite no pensar en el retiro laboral, una filosofía también conocida como movimiento FIRE (acrónimo de Financial Independence, Retire Early, que se podría traducir como “independencia financiera para jubilarse temprano”), una forma de calcular cuántos meses se puede vivir sin trabajar o lo pronto que podría uno jubilarse.

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Aunque no todo el mundo que se prejubila lo hace de forma voluntaria: el 81,5% de las jubilaciones anticipadas en España vienen del desempleo, de acuerdo con Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de la Unión General de Trabajadores (UGT). Una realidad que Escrivá pretende cambiar con nuevas condiciones.

Por su parte, Jaime Garriga advierte que “una de las desventajas que conlleva la prejubilación es que no se encuentra regulada legalmente, por lo que no existe una normativa concreta a la que ceñirse y, por consiguiente, tanto trabajador como empresa deben estar bien asesorados en todo momento para evitar riesgos innecesarios”.

El 81,5% de las jubilaciones anticipadas en España vienen del desempleo

El lado positivo de la prejubilación, aparte del cese laboral que muchos anhelan, es que los prejubilados no causan baja en la Seguridad Social, ya que la compañía sigue cotizando por ellos hasta su jubilación definitiva. El trabajador debe revisar sus años cotizados y asegurarse de que la retribución que percibirá se ajusta a sus necesidades, ya que esta cantidad será con la que se sustente de forma temporal hasta que pueda cobrar la pensión de la Seguridad Social. Dicha cuantía es fijada por la empresa y “habitualmente suele oscilar entre el 80% y el 100% de las retribuciones”, tal y como señala Garriga. Pero, a pesar de esta reducción en su salario, el abogado explica que “la realidad es que la empresa le abona una parte proporcional pactada del salario, además de la prestación de desempleo que le corresponda; debiendo añadir a esto que la empresa durante este periodo continúa cotizando por él”. 

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 augura un cúmulo de prejubilaciones en las compañías más afectadas por la pandemia, que intentarán recortar recursos humanos aunque ello implique un esfuerzo económico a corto plazo. Una cascada de ceses laborales antes de la edad legal de jubilación que también llegará por “el temor del trabajador a contagiarse en el desempeño de sus funciones y que por ello acepte con mayor facilidad una propuesta de prejubilación”, según augura Jaime Garriga.

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Fotografía de Christophe Dutour en Unsplash
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