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Por qué debo hacer un análisis DAFO de mi negocio

Fri Dec 13 08:52:00 CET 2019

Todas las empresas, independientemente de su tamaño o condición, tienen que ser chequeadas de manera paulatina para acometer las reformas que sean necesarias. El análisis DAFO es una forma de analizar las ventajas e inconvenientes que toda compañía puede encontrarse.

Si no conocemos a fondo nuestro negocio no podremos saber qué es lo que necesitamos para optimizarlo. En psicología de empresa, y en el entorno de la estrategia empresarial, hay una técnica indiscutible para llevar a cabo un estudio exhaustivo de las compañías: el análisis DAFO.

Esta técnica, que se puso en marcha en los años sesenta en EE.UU. sirve para hacer un análisis interno y externo de nuestro negocio y averiguar, tanto lo que estamos haciendo bien, como lo que hacemos mal, para tomar decisiones y optimizar nuestro negocio.

DAFO, o también popularizado como FODA, es un acrónimo que hace referencia a los cuatro parámetros que se consideran básicos en toda estrategia empresarial: debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. De los cuatro elementos, dos forman parte del análisis interno y los otros dos del externo, ya que nuestra empresa depende de nosotros mismos y también de su entorno.

Análisis interno: Debilidades y fortalezas

En el apartado interno se sitúan las debilidades y las fortalezas, es decir, todo aquello, tanto positivo como negativo, que influye de manera directa en el negocio. Una debilidad sería, por ejemplo, un problema económico fruto de una mala inversión, una baja penetración en el mercado, la inexperiencia, un exceso de stock o las malas decisiones que tomamos que pueden acarrear consecuencias negativas. Por su parte, las fortalezas hacen referencia a todas aquellas cosas que hacemos bien y que nos hacen crecer, como una buena estrategia comunicativa, la calidad de nuestros productos, un posicionamiento online óptimo, las cuentas saneadas, la experiencia, una buena infraestructura, la calidad de los profesionales que trabajan para nosotros o nuestro propio talento.

Análisis externo: Amenazas y oportunidades

En el apartado externo se sitúan las amenazas y las oportunidades.

Las amenazas son todas aquellas situaciones que influyen de manera negativa en nuestro negocio y que no dependen nosotros. La competencia es una de las primeras, ya que tendremos que esforzarnos más para encontrar nuevos clientes y mantener a los que ya teníamos. Una mala coyuntura económica estatal también puede influir en nuestra empresa. En época de crisis se consume menos y afloran nuevos proyectos que busca un hueco en el mercado. Los cambios de tendencias son otro ejemplo de amenazas.

Por último, las oportunidades. En el análisis externo las oportunidades juegan un papel clave. Es importante tener en cuenta que lo que para una persona es una amenaza para otra puede ser una oportunidad. Cualquiera de las posibles amenazas anteriormente citadas puede ser un revulsivo para nuestro negocio: un cambio de tendencia en el consumo puede favorecer la venta de nuestros productos, en ese caso, podemos explorar las posibilidades que se están abriendo y buscar hueco en el mercado. Por ejemplo, en la actualidad se estila mucho el cuidado de la alimentación y los estilos de vida saludable, dentro de ese mundo podemos apostar por lo eco, e intentar aportar elementos que todavía no estén explotados. Los cambios de legislación, por ejemplo, son otra puerta que se cierra y se abre, y pueden crear nuevas posibilidades. Debemos saber adaptarnos y aprovechar esos posibles nuevos negocios.

DAFO cruzado y su aplicación

Una vez tengamos claro cómo está nuestro negocio, pasaremos al siguiente punto: el análisis DAFO cruzado. Esta técnica consiste en combinar los parámetros de manera cruzada para sacar unas nuevas conclusiones y diseñar estrategias. Si unimos las oportunidades y las fortalezas encontraremos la manera de aprovechar nuestros diferenciales más potentes. Sin embargo, la unión de las oportunidades con las debilidades nos aportará conocimientos para superar aquellas cosas que lastran nuestro negocio. El DAFO cruzado sirve para perfilar técnicas que nos ayuden a mejorar. Con ellas diseñaremos estrategias ofensivas y defensivas, que resultarán de los cruces que hagamos.

Tanto el DAFO como el DAFO cruzado son estudios sencillos que permiten averiguar cuál es nuestra situación en nuestro contexto. Antes de emprender una estrategia digital, o una campaña internacional, por ejemplo, en redes sociales, es necesario realizarlos para sacar conclusiones, previas a acometer los siguientes pasos. Un buen análisis DAFO debe definir los elementos que hemos estudiado de manera sencilla, directa y, si puede ser, breve. La mejor manera de hacerlo es dibujando una tabla con forma de cruz (debilidades y amenazas arriba, fortalezas y oportunidades abajo), colocando debajo de cada punto aquellas cosas que creemos competentes. Nos ayudará a visualizar de manera clara nuestros principales aspectos negativos (primera línea) y positivos (segunda línea); internos (primera columna) y externos (segunda columna).

En ambos casos, estos análisis sitúan a la empresa -y al empresario- ante cualquier tipo de situación a la que se puede enfrentar. Es importante saber que, en el mundo de los negocios, como en la vida, podemos tomar varios caminos.

El análisis DAFO se puede hacer de la empresa en general pero también de un solo producto o de una campaña de marketing. Basta con analizar con precisión el elemento concreto y esgrimir los pros y contras para seleccionar las mejores opciones. Podemos hacer un DAFO para saber qué producto suprimir de nuestro catálogo, por ejemplo. También usaremos el DAFO para saber cuáles son los canales más interesantes para promocionar nuestros productos, qué red social es más propicia o de qué manera llegaremos mejor a nuestro target.

Hoy en día no se contempla un estudio de mercado sin evaluar previamente las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, porque sin ellas, no podemos situarnos en nuestro contexto frente a la competencia o las tendencias. En todo negocio es necesario tomar decisiones que pueden ser cruciales para el desarrollo del mismo. Para evitar dejarnos llevar por impulsos, y minimizar los riesgos, debemos trazar un plan que se hará extensivo a todos los elementos estratégicos de nuestra empresa.

 

 

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