La edad legal de jubilación sigue aumentando progresivamente en España en virtud de la última reforma paramétrica que se hizo para contener el imparable gasto del sistema. Desde el 1 de enero de 2021, las personas que quieran retirarse tendrán que tener al menos 66 años cumplidos si quieren cobrar el 100% de la prestación que les corresponde. En 2020, la edad legal de jubilación era algo menor, de 65 años y 10 meses.
El aumento de la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años a lo largo de un periodo de 15 años es uno de los grandes cambios que se introdujo en la reforma aprobada en 2011, que no empezó a aplicarse hasta el año 2013. El objetivo de la reforma era asegurar el futuro del sistema, amenazado por el envejecimiento de la población, que complicará en un horizonte de entre 25 a 30 años su viabilidad por la reducción de la masa de trabajadores y el aumento de la de jubilados.
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El 26% de la población residente en España tendrá 65 años o más dentro de 15 años, según las previsiones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el año 1975, el primero de los registros del INE, este dato era del 10,2%. Al mismo tiempo, el número de nacimientos seguirá cayendo hasta 2027, continuando con la tendencia iniciada en 2009, lo que hará que la esperanza de vida supere los 83 años en el caso de los hombres en 2035, tres años más que en 2020; y se acerque a los 88 años en el caso de las mujeres, dos años más que en 2020.
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¿Todo el mundo tendrá que jubilarse a los 66 años desde el 1 de enero?
No exactamente. Los cambios no se aplican a las personas con largas carreras profesionales ni a las que hayan ejercido oficios de riesgo. Por ejemplo, los trabajadores podrán seguir jubilándose a los 65 años conservando la pensión completa si han cotizado al sistema al menos durante 37 años y tres meses. Esta cifra también ha ido aumentando estos años en virtud de la reforma, y lo seguirá haciendo hasta llegar a los 38 años y seis meses en 2027.
Además, la jubilación anticipada seguirá siendo una opción para muchos trabajadores, siempre que se cumplan una serie de condiciones y se asuma cierta pérdida de pensión. Aunque hay varias modalidades en España, la más extendida es la que se produce por voluntad del trabajador, es decir, cuando una persona decide dejar de trabajar antes para disfrutar de su tiempo de retiro. En 2021, podrán acceder a esta modalidad los trabajadores con 64 años cumplidos siempre que se encuentren en situación de alta o asimilada al alta en la Seguridad Social y acrediten un periodo mínimo de cotización de 35 años.
En la reforma de 2011 también se modificó el periodo de cotización que se usa para calcular la pensión de cada ciudadano. Antes de 2013, se utilizaban los últimos 15 años de la vida laboral de cada pensionista. Con la reforma la cifra empezó a aumentar de forma progresiva y en 2021 se utilizarán los últimos 24 años de la carrera profesional del afectado. El cambio culminará en 2022, cuando el periodo de cotización llegue a los 25 años.
Lo que no se cambió en la reforma aprobada en 2011 es el requisito de cotización mínima para poder acceder de forma general a la pensión de jubilación, que se mantuvo en al menos 15 años, dos de los cuales deben estar comprendidos en los 15 años anteriores a la jubilación.
Con todo, las pensiones mínimas contributivas aumentan este año entre 2 y 11 euros al mes con la revalorización del 0,9% contemplada en los Presupuestos Generales del Estado. Y la pensión máxima se sitúa en 2.707,49 euros al mes en 14 pagas, frente a los 2.683,34 euros al mes de 2020.
Jubilación parcial
La jubilación total, tanto si se produce a la edad reglamentaria como de forma anticipada, no es la única opción que permite el sistema para la jubilación. Los ciudadanos también pueden optar por la jubilación parcial a través de dos vías: con contrato de relevo o sin él. El contrato de relevo es un tipo de relación laboral poco común que se produce cuando un trabajador se jubila parcialmente y deja parte de su plaza vacante para un nuevo empleado, que ocupa dicho puesto a tiempo parcial.
Para acogerse a esta modalidad de jubilación, la edad mínima de acceso es de 62 años desde el 1 de enero de 2021, siempre que se tengan cotizados al menos 35 años y tres meses, o 63 años en el caso de tener 33 años cotizados. Para acceder a la jubilación parcial sin que la empresa haga un contrato de relevo, la edad mínima de acceso será la edad ordinaria de jubilación que corresponda, es decir, 66 años este año.
La reforma que viene
La mayoría de los expertos coinciden en que la reforma aprobada en 2011 no será suficiente para hacer frente al enorme reto que tiene el sistema por delante. La jubilación de la generación del baby boom cada vez está más cerca y ese será el momento de mayor tensión para el sistema.
El Congreso ya ha aprobado las nuevas recomendaciones del Pacto de Toledo, que deben convertirse en la base para las futuras reformas del sistema público de pensiones. Del Pacto han salido un total de 20 recomendaciones que tocan muchas de las áreas del sistema, como la financiación, las condiciones de jubilación, la actualización de las prestaciones, la contributividad, el papel de las mutuas, las jubilaciones anticipadas, la viudedad y la orfandad, los autónomos y el control parlamentario, entre otras cosas.
Ahora la pelota está en el campo del Gobierno, encargado de convertir esas recomendaciones en una nueva gran reforma, capaz de generar consenso entre los diferentes partidos y fortalecer el sistema antes de que lleguen los momentos más duros. Y todo apunta a que esa nueva reforma seguirá la estela de la que se empezó a aplicar en 2013, prolongando aún más la edad de jubilación y endureciendo los requisitos del retiro para asegurar la sostenibilidad.
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Tal y como explica el CEO de Pensium, Miquel Perdiguer, en el Podcast de Banco Sabadell, dentro de 20 años, las personas se jubilarán algo más tarde y tendrán “menos dinero en el bolsillo”. En el futuro habrá que jubilarse con más edad y percibir una pensión pública menor para que el sistema sea sostenible. La tasa de reemplazo en España, un porcentaje que explica lo que supone la pensión pública respecto al último sueldo, es del 82%, 10 puntos por encima de la tasa media en Europa y 20 puntos por encima de la tasa media en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En 2040, según el CEO de Pensium, estaremos más lcerca del 70%.