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Internacionalización y Competencia
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Así será la nueva cadena de suministro tras la COVID-19

Mon May 18 08:37:36 CEST 2020

¿Dejará de ser China la fábrica del mundo? Si podemos extraer alguna lectura en términos empresariales de esta imprevisible crisis sanitaria, que desembocará en una crisis social y económica, es que la globalización ha tenido sus ‘peros’. En la búsqueda de optimizar costes, la cadena de suministro se hace más dependiente, reduciendo su flexibilidad y capacidad para responder de manera rápida a desviaciones abruptas de la demanda.

“Uno de los problemas del impacto del covid-19 en la gestión de la cadena de suministro ha sido la falta de previsión”, afirma Antonio Iglesias, profesor de ESIC Business & Marketing School experto en logística y ‘supply chain management’.

Dice el refrán que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Ni primero con la lejana China, ni después con la cercana Italia se anticiparon pedidos en España. Tras el desabastecimiento por el cierre del gigante asiático, llegó el cuello de botella en el aprovisionamiento demostrando que es un “error la concentración de la producción en un área”, añade Iglesias.

La primera lección que debemos aprender de esta crisis es la conveniencia de diversificar geográficamente las fuentes de aprovisionamiento

 

 

Los últimos datos sobre el impacto de la pandemia en la economía mundial son del primer trimestre, con una caída del 3% del comercio mundial, según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNTAD). Para el segundo trimestre, el desplome sería del 27% respecto al periodo entre enero y marzo, según la organización.

Entre las industrias más perjudicadas están aquellas que fabrican bienes para el hogar, alta tecnología, textil y maquinaria, según Euromonitor International.

“Inicialmente parecía descabellado pensar que la disrupción del covid-19 pudiera superar en lo económico a las consecuencias acontecidas en 2011 tras el tsunami de Japón, pero lo cierto es que no solo lo ha superado, sino que va a hacer replantear a las empresas el diseño de los modelos actuales de sus cadenas de suministro en pro de la flexibilidad y la reducción de riesgos”, asevera Sergio Moreno, gerente en el área de consultoría de BDO.

En el caso de España, en marzo, la producción industrial cayó casi un 12%, según Eurostat, y el índice PMI de la consultora Markit —que obtiene sus datos de una encuesta a directores de compra de 400 fabricantes— señala que la caída de la actividad fue de 45,7 puntos, frente a los 50,4 registrados en febrero, situándose por debajo de la barrera que marca la contracción de la actividad y que está establecida en los 50 puntos, según informa Efe.

Existe una necesidad acuciante de que las empresas mejoren la resiliencia de sus cadenas de suministro a largo plazo, de forma que puedan hacer frente a futuros retos

“Existe una necesidad acuciante de que las empresas mejoren la resiliencia de sus cadenas de suministro a largo plazo, de forma que puedan hacer frente a futuros retos. Esto implica poner en marcha un enfoque holístico en la gestión de las cadenas de suministro. Las compañías han de ser lo suficientemente flexibles como para protegerse de posibles disrupciones que puedan llegar en el futuro”, advierte un informe de Accenture.

Tal y como apunta Carlos Dalmau, Director de Soluciones Internacionales de Banco Sabadell: “Hasta ahora, las empresas estaban acostumbradas a tener que gestionar dificultades logísticas puntuales y localizadas geográficamente, por ejemplo, en zonas de conflictos bélicos. Sin embargo, la situación actual afecta a prácticamente todos los países del mundo, con rutas marítimas canceladas, puertos donde no se puede descargar y confinamientos de mercancías, entre muchas otras restricciones comerciales”.

De este modo, la primera lección que debemos aprender de esta crisis es la conveniencia de diversificar geográficamente las fuentes de aprovisionamiento. Ello lleva a replantear el sistema productivo (apertura a nuevos proveedores, cambio del mix de producción, replanificación de pedidos, etc). “Esta crisis ha puesto de manifiesto la importancia de la diversificación como cortafuegos esencial en épocas de crisis. Y no solo desde el punto de vista de los clientes, también de los sistemas de cadenas de producción y de sistemas productivos -añade Dalmau-, además de coger un nuevo ímpetu los créditos documentarios como herramienta de soporte para facilitar los nuevos proveedores internacionales entrantes”.

OPORTUNIDADES DE FUTURO

Para adaptarse a la nueva situación es clave la digitalización, haciendo realidad la Industria 4.0. Habilitadores tecnológicos como la inteligencia artificial y su versión más profunda, el ‘machine learning’, la analítica de datos y el ‘big data’, el internet de las cosas o la fabricación aditiva, entre otros, ayudarán a ganar en eficiencia, agilidad, productividad y calidad. También a flexibilizar la producción gracias al trabajo en remoto y a la planificación en tiempo real. Ello facilita la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes, ya sea por nuevos hábitos de consumo o por cisnes negros.

Habilitadores tecnológicos como la inteligencia artificial, la analítica de datos, el internet de las cosas o la fabricación aditiva ayudarán a ganar en eficiencia, agilidad, productividad y calidad

“La irrupción de la crisis del covid-19 puede servir como catalizador para que la industria aumente de manera significativa su contribución en el PIB de España mediante la reindustrialización del país”, afirma el gerente de BDO. Para ello, hay que ser competitivos en precios con el gigante asiático, lo que únicamente es posible aplicando, nuevamente, las nuevas tecnologías. “Tenemos que cambiar la gestión de la cadena de suministro incidiendo en la innovación, para no sufrir interrupciones de producción y acortar procesos, y en la sostenibilidad”, añade Iglesias.

Ahondando en la idea de reindustrialización, algo que no es nuevo a nivel gubernamental, España ha demostrado, apunta Moreno, estar a la altura en infraestructuras de transporte terrestre y de comunicación. De hecho, otra lectura que se puede extraer es la puesta en valor de “uno de los eslabones más débiles de la cadena de suministro”, reconoce el profesor de ESIC Business & Marketing School, como es el transporte por carretera. “Si dejamos de ver camiones en la carretera, nos tenemos que empezar a preocupar”, dice. Sin duda, este sector se ha revelado como uno de los fundamentales para el sostenimiento de las necesidades básicas de la población.

Al mismo tiempo, todos estos cambios llevan parejos el impulso de la logística para garantizar el suministro y acercar las mercancías a la última milla (la distancia que separa al cliente final de la distribución). Algo que también fortalecerá otro canal de comercio, que igualmente se ha revelado como clave en esta crisis, el ‘e-commerce’.

PASOS PARA OPTIMIZAR LA CADENA DE SUMINISTRO

Una vez aprendidas las lecciones “hay que poner en marcha un ciclo continuo de movilización, detección, análisis, configuración y operaciones que ayudará a optimizar los resultados y a mitigar riesgos”, apunta Accenture.

Entre otras cosas, ajustar la oferta y la demanda a la nueva realidad. Cualquier previsión anterior queda obsoleta. “Es importante monitorizar la volatibilidad de precios de materias primas, revisar los plazos de entrega según origen y destino, valorar los riesgos de los diferentes medios de transporte y anticipar restricciones aduaneras”, recomienda BDO. En otras palabras, abordar planes de contingencia ante diferentes posibles eventualidades.

Es importante monitorizar la volatibilidad de precios de materias primas, revisar los plazos de entrega, valorar los riesgos de los medios de transporte y anticipar restricciones aduaneras

A partir de aquí, desde esta consultora recomiendan “alinear una serie de checks de todos los departamentos de la cadena de valor, aguas arriba; aguas abajo”, desde los proveedores de los proveedores, hasta la detección de nuevos patrones de comportamiento del consumo que permitirán anticipar eventuales atascos de la oferta y/o rebotes de la demanda.

“Se deberá hacer un replanteamiento por lo tanto -concluye Dalmau- de las cadenas de valor global con una nueva forma de operar con mercados más próximos, una menor dependencia de terceros y un mayor nivel de digitalización y de conocimientos técnicos en logística y aduanas, entre otros”.

Así pues, los retos a los que se enfrenta la cadena de suministro tras el desabastecimiento provocado por la dependencia de la fábrica de China pasan por la diversificación para flexibilizar la producción y la digitalización de la cadena de suministro para adaptarse más rápidamente a los cambios.

 

 

 

 

 

 

 

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