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Los jóvenes, la formación y el empleo tras la pandemia

Mon Apr 26 09:01:36 CEST 2021

La tasa de paro entre los menores de 25 años, la temporalidad de sus contratos o el desajuste entre su formación y la demanda de las empresas han dañado sus perspectivas profesionales pero también personales

Los jóvenes han sido unos de los grandes damnificados de las crisis económicas registradas en los últimos años. Así lo consideran el 55% de los expertos y altos directivos consultados en el monográfico sobre el mercado laboral juvenil realizado por PwC, como parte de su informe ‘Consenso Económico. Primer Trimestre 2021’. Y es que, tras la crisis de 2008, han visto deteriorarse sus expectativas profesionales y personales y, hace un año, desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, el nivel de paro entre los jóvenes se ha incrementado en 10 puntos porcentuales. 

Los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) sitúan a España como el país con el mayor desempleo juvenil de la Unión Europea (UE), tras registrar en enero una tasa de paro del 39,9% entre los menores de 25 años. Esta cifra es casi ocho puntos porcentuales superior que la registrada en el mismo periodo del año anterior y dobla a la media de la UE. En total, el desempleo de los menores de 25 años aumentó en 184.000 parados más en la UE en el mes de enero, respecto al mismo periodo del año anterior, hasta registrar una tasa de paro juvenil del 16,9%. Así, la mayoría de los encuestados por PwC se dividen a partes iguales entre los que consideran que la situación actual es “extraordinariamente preocupante” (46,8%) y “altamente preocupante” (46,8%). Solo el 6,04% cree que es “razonable”. 

Promover la incorporación de los jóvenes al mercado laboral es una condición imprescindible para la recuperación de la economía española

Por ello, plantear soluciones para promover la incorporación de los jóvenes al mercado laboral se ha convertido en un imprescindible de cara a la recuperación económica que afronta España y el mundo. Las dos vías de mejora en este sentido con más partidarios son cambiar los mecanismos de entrada al mercado laboral reforzando el aprendizaje, con un 67,9% de los encuestados que la considera la más adecuada, y adaptar su formación a las necesidades productivas de las empresas, con un 68,8% de las respuestas. Otra de las propuestas que refleja el informe es favorecer la movilidad geográfica, elegida por un 64,9% de los encuestados.

El lastre de la temporalidad

Otra de las dificultades con las que se encuentran los más jóvenes desde hace años es la temporalidad, que se ha convertido en un lastre no solo profesionalmente, sino también en el ámbito personal. Durante el ejercicio de 2020, la tasa de contratos temporales de los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años se situó por encima del 48%, frente al 16% del resto de los segmentos de trabajadores. 

Los resultados de PwC al respecto muestran que una mayoría, el 67%, alertó de que esta situación debe corregirse. El informe también refleja cierto consenso sobre cuál es la principal medida que hay que tomar para bajar el índice de temporalidad. Un 66% entiende que es necesario reducir la brecha entre los costes de despido de los contratos temporales y de los fijos (la indemnización que le corresponde a un trabajador al que se le acaba un contrato temporal es de 12 días por año trabajado, mientras que en el caso de la contratación indefinida es de 20 días, si se trata de un despido por causas objetivas, o de 33 días, cuando se considera improcedente).

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La penalización del encadenamiento de los contratos temporales es otra de las medidas propuestas por el documento de PwC. Un 41% de los encuestados son partidarios de ponerlo más difícil, aunque hay también un colectivo del 23% que no cree que sea la solución. Actualmente, la concatenación de contratos temporales ya está limitada (ha de estar debidamente justificada la temporalidad y hay plazos máximos en función de si se trata de un contrato por obra, eventual, de interinidad o de formación), pero se trata de una práctica muy extendida. Bonificar la contratación fija es otra opción, aunque esta vía genera algunas divisiones entre los encuestados por PwC.

El desajuste con las necesidades de la empresa, primera causa de paro

Además de la temporalidad, la ‘desconexión’ entre la formación y las necesidades reales de las empresas es otro de los retos a los que se enfrentan los recién graduados, convirtiéndose en la primera causa de paro entre ellos, tal y como afirman casi dos de cada tres encuestados por PwC. Por ello, los expertos proponen mejorar la formación básica, modificar la oferta de enseñanzas universitarias para poner énfasis en las materias técnicas y científicas, y, sobre todo, el 93,1% de los encuestados apuesta por invertir en la formación profesional, uno de los talones de Aquiles del sistema de educación. 

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Fotografía de Matthew T Rader en Unsplash
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