La llegada de la COVID-19 ha transformado la vida de las personas y sus necesidades en torno al tipo de inmuebles que necesitan tanto para vivir como para trabajar: hay más teletrabajo, más comercio online y menos viajes internacionales. Y, en consecuencia, el sector inmobiliario ha tenido que replantearse su rol con la sociedad, lo que le ha llevado a diseñar un futuro que potencia los criterios ESG (siglas de Environmental, Social, y Governance), que apuesta por el Net Zero y el reposicionamiento de los activos hasta el punto de conformar un mercado sustancialmente distinto al conocido hasta ahora, según concluye el informe ‘Emerging Trends in Real Estate Europa 2021’, publicado por PwC.
De cara al año 2021, la pandemia del coronavirus seguirá marcando el devenir del sector inmobiliario europeo, con un 41% de los encuestados por PwC que afirman estar “muy preocupados” por esta cuestión. Por detrás, se encuentran la inestabilidad política internacional (29%), la cuestión climática (22%) y la desigualdad social (17%), según se desprende del citado informe.
No obstante, el mercado inmobiliario español es un mercado estable y maduro y aún no refleja significativamente los efectos de esta crisis, tal y como señala José Manuel Pedregal en el Podcast de Banco Sabadell. “Esta circunstancia ha motivado que los proyectos vitales de las personas, como lo es la decisión de comprar una vivienda, sigan hacia adelante, aunque a un ritmo más pausado”, afirma el experto.
El sector inmobiliario seguirá atrayendo la inversión a pesar de la incertidumbre
En este contexto, la capacidad de los gobiernos para minimizar los contagios y desplegar las vacunas serán dos elementos fundamentales para despejar la incertidumbre. También será determinante para que el sector y sus actores ganen en seguridad, ya que la industria se declara “menos confiada” que en años anteriores en la evolución de la economía y en la rentabilidad de sus negocios, hasta el punto de que el 44% de los encuestados cree que en 2021 verá caer la rentabilidad de sus inversiones.
Así, la precaución es la actitud predominante con la que afronta el nuevo año un sector que, a pesar de todo, sigue siendo atractivo para la inversión y de los pocos capaces de generar rentabilidades interesantes en el actual contexto de tipos cero o negativos.
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Carrera para reposicionar los activos inmobiliarios
La aceleración de las tendencias que ya estaban al alza como el teletrabajo o las compras online está sacudiendo el corazón de la industria. Así, algunos segmentos, que tradicionalmente han formado parte de su columna vertebral, se han visto seriamente afectados por la pandemia y podrían empezar a mostrar su obsolescencia en favor de otros más estrechamente relacionados con el desarrollo tecnológico, residencial y con ámbitos hasta ahora poco relevantes. De hecho, el 41% de los encuestados (un tercio más que el año pasado) está preocupado por la obsolescencia de los activos para 2021, y casi la mitad cree que este problema empeorará en los próximos cinco años.
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Y es que los cambios que se están produciendo en el uso de los espacios van a provocar en los próximos cinco años una carrera en la industria por reposicionar los activos inmobiliarios hacia aquellos segmentos más rentables, resilientes y flexibles en los que la gestión es cada vez más importante. Las variaciones en las preferencias de las personas han dado lugar a un cambio en la demanda del sector “dada la importancia que ha adquirido la vivienda en la vida diaria: ya no es solo un sitio donde dormir o disfrutar de los fines de semana, sino también un hogar en el que compatibilizar la vida familiar y personal con la laboral”, afirma Pedregal. En este sentido, el 71% de los encuestados asegura que, en los próximos cinco años, espera reposicionar sus activos.
Además, los principales actores de la industria destacan también otros dos grandes temas que serán protagonistas en 2021: el mayor interés de los inversores por sus mercados domésticos ante las restricciones de la movilidad y el empuje definitivo de las cuestiones ESG en el sector.
Madrid, entre las 10 ciudades europeas más apreciadas por los inversores
Dentro de este contexto, no todas las ciudades del panorama europeo se comportarán igual ni atraerán de la misma manera a los inversores. Así, el ranking por ciudades que establece PwC en este sentido sitúa a Berlín como la metrópoli más preciada por los inversores gracias a la estabilidad de su mercado de oficinas y al menor impacto inicial de la pandemia en la economía alemana.
Le siguen Londres y París, dos ciudades muy valoradas por la liquidez de sus mercados que, junto a Frankfurt y Ámsterdam, conforman el top cinco de este año. Por su parte, Madrid se mantiene entre las 10 primeras, mientras que Barcelona se sitúa en la posición 13 del ranking.