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Nueva arquitectura de resiliencia empresarial tras la crisis

Mon Aug 10 11:49:16 CEST 2020

La crisis de la COVID-19 ha golpeado con dureza a la economía española, pero no todos los sectores se están viendo afectados por igual. Las telecomunicaciones, la industria farmacéutica y de productos médicos, la administración pública y defensa, sanidad y educación, el sector de la industria de bienes de consumo y las ventas minoristas de alimentación son los que están sufriendo menos la crisis sanitaria en su cuenta de resultados. Estos sectores representan el 26% del PIB español y el 31% del mercado laboral.

Así se desprende del informe ‘España post COVID-19: de la resiliencia a la reinvención’, elaborado por Mckinsey & Company, en el que se pone de manifiesto que superar la pandemia exige un esfuerzo coordinado sin precedentes de los sectores público y privado.

Aunque, en términos generales, estos sectores sobrevivirán mejor a los embates de la crisis, lo cierto es que el impacto será desigual entre los diferentes subsectores. Por ello, será necesario una visión más granular para construir la visión sectorial. De hecho, algunos subsectores podrían sufrir impactos mayores o menores que el del sector al que pertenecen. Esto ocurrirá, por ejemplo, con las ventas de automóviles en comparación con su reparación, o con los restaurantes de lujo frente a sus equivalentes de comida rápida.

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Antes de la pandemia, las empresas españolas llevaban seis años operando en un entorno de expansión económica, con un crecimiento anual del PIB real del 2,6% desde el año 2013 hasta el 2019. Tras el estallido de la crisis sanitaria, las compañías han tenido que revisar su estrategia, adaptar rápidamente su modelo de negocio y adoptar todas las medidas necesarias para sobrevivir. 

Ahora que se empieza a poner el foco en el futuro, las empresas, sean del sector que sean, van a tener que trazar una estrategia basada en sus respectivos puntos de partida, el shock experimentado en los ingresos y el plazo de recuperación al que se enfrentan. 

En el informe se señala que la capacidad de un país de capear una pandemia depende, en gran medida, de la situación económica del sector público, de las empresas y de los hogares. Diez años después de la última crisis, las empresas españolas presentan un endeudamiento muy inferior al que registraban en el año 2007 y se encuentran en la media europea.

Esto hace que en el estallido de la pandemia las empresas partieran de una situación más favorable, pero Mckinsey & Company recuerda tres señales de alerta que es importante tener en cuenta a la hora de abordar la crisis actual:

  • La economía española depende más del turismo que otras economías europeas, puesto que representa el 14,3% del PIB español, frente al 9,5% de la Unión Europea. Además, España es menos dependiente de la industria o de las actividades profesionales y científicas, con un peso del 9% y del 12% respectivamente, comparado con un 12% y un 16% en la Unión Europea.
  • La estructura empresarial española depende mucho de las pequeñas y medianas empresas. En España, el 47% del mercado laboral trabaja en empresas de menos de veinte empleados, frente al 37,5% de la Unión Europea.
  • Aunque todos los sectores gozan hoy de una posición de liquidez y de capital mejor que en el año 2007, algunos podrían ser menos resilientes ante la crisis actual por los niveles estructurales en los que operan. Esto afecta especialmente al sector hotelero, la restauración, así como el transporte, la logística, la automoción y el comercio minorista.

 

La reinvención será clave para que las empresas salgan fortalecidas de la crisis

Las empresas deben tener muy presentes estos factores a la hora de abordar la crisis, un proceso en el que, según Mckinsey & Company, tendrán que caminar por tres etapas muy concretas: resiliencia, retorno y reinvención. La última, según la consultora, será clave para que las empresas salgan fortalecidas de la crisis.

Durante la etapa de resiliencia, el objetivo que deben fijarse las empresas de cualquier sector es adoptar las medidas necesarias para apuntalar la situación financiera a corto plazo. Resulta una fase fundamental en los sectores más afectados por la crisis, como el hotelero, la restauración o el ocio. Las empresas deben centrarse en estimular sus fuentes de ingresos, estabilizar su cadena de suministro y optimizar sus modelos operativos.

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La etapa de retorno, por su parte, implica el regreso paulatino a los niveles de negocio y empleo previos a la crisis. Para ello podría ser necesario adoptar las tendencias que cambiaron o se aceleraron durante el confinamiento y que ya no regresarán por completo al status quo anterior. En esta fase es importante que las empresas aceleren la migración a modelos de ventas digitales y renueven la cartera de productos para adaptarla a las nuevas necesidades de los clientes.

Finalmente, en la etapa de la reinvención, las empresas deben empezar por determinar si continúan con sus modelos de negocio tradicionales o exploran otros nuevos, teniendo en cuenta que las necesidades y preferencias de sus clientes han cambiado. Los sectores menos afectados y ya mencionados al inicio de esta publicación, podrían empezar ya a centrarse en cómo va a ser su negocio en el futuro.

Fotografía de National Cancer Institute en Unsplash
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