Todos estos meses de crisis sanitaria generada por la COVID-19 están condicionando de una forma u otra los modelos de negocio de las empresas, al igual que el rol que estas tienen que adoptar en la ‘nueva normalidad’. Por ello, en este escenario caben también las reflexiones sobre los cambios que se pueden implementar a futuro en diferentes áreas dentro de la organización. Y, en concreto, sobre las nuevas prioridades para los puestos de la tradicional Responsabilidad Social Corporativa (RSC), ahora englobada en las áreas de Sostenibilidad, y sobre el impacto en estos profesionales, a las que da respuesta el informe ‘Impacto del COVID-19 de la RSC/Sostenibilidad y en el rol de sus profesionales’, realizado por la Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social (DIRSE) y la consultora EY.
Para casi todos los profesionales que han participado en la encuesta, aproximadamente 250, la pandemia ha tenido un impacto sobre los modelos de negocio: en las propias actividades, en los productos, en los recursos y en los resultados. Y, en este contexto, nueve de cada diez considera que la función de RSC/ Sostenibilidad también se verá repercutida por la crisis. Y no solo eso, sino que el 86% opina que dicha función va a cambiar en este nuevo panorama y, además, la mayoría cree que serán transformaciones permanentes.
La crisis sanitaria ha provocado que “el mundo económico y empresarial haya entendido mejor que nunca la importancia de la Sostenibilidad y la oportunidad de hacer las cosas de otra forma, de manera que entre todos aseguremos la economía, el bienestar de las personas y el Planeta para las futuras generaciones”, asegura Albert Carné, Director de Sostenibilidad de Banco Sabadell. La parte positiva es que este puesto puede ganar peso después de la crisis de la COVID-19, pues para el 33% de los encuestados va a cobrar más relevancia organizativa. En el extremo contrario, un 15% considera que perderá peso en la organización y otro 10%, que va a cambiar de forma drástica sus funciones.
En la misma línea se posicionan los resultados de la ‘Encuesta Impacto de la COVID-19 en las organizaciones’ realizada por ImpactHub, a casi 220 empresas. De ellas, más del 43% considera que las políticas de sostenibilidad se han convertido en un tema urgente en las organizaciones.
¿Cuáles serán las prioridades en materia de Sostenibilidad?
En la contribución al desarrollo sostenible juega un papel muy importante la implementación de la Agenda 2030, o lo que es lo mismo, el compromiso con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para Albert Carné, “las empresas que alinean los ODS a su propósito y al core de la actividad obtienen un mejor desempeño, ya que convergen hacia modelos de empresas más inclusivas y sostenibles, aumentando la competitividad del negocio y su reputación corporativa.”
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Tras la COVID-19, todos los ámbitos en esta materia van a aumentar su relevancia, según las respuestas del informe de EY y DIRSE. Sin embargo, su peso relativo ha cambiado y la clasificación queda de la siguiente manera:
- Clientes: los temas relacionados con esta función crecen un 26% y se posicionan en primer lugar. Antes de la pandemia estaban en segunda posición.
- Empleados: con un crecimiento del 24%, gana dos posiciones y sube hasta la segunda.
- Gobernanza: antes de la COVID-19 ocupaba el primer lugar y, a pesar de que ha crecido un 13%, baja hasta el puesto número tres.
- Cadena de suministro y productos: ganan una posición con un crecimiento del 21%.
- Sociedad: de nuevo, gana un puesto gracias al crecimiento del 17%.
- Medioambiente: se coloca en último lugar bajando tres posiciones, aunque su relevancia crece en un 7%.
De forma más específica, los temas más relevantes para los profesionales dentro de estos ámbitos son los relacionados con la salud y la seguridad, tanto para los clientes como para los empleados. En tercer lugar se encuentra la digitalización y el uso de tecnologías inteligentes.
¿Cambiarán las funciones de los directivos de Sostenibilidad?
Durante estos meses de crisis sanitaria, los directivos de Sostenibilidad han participado en diferentes funciones, siendo las más destacadas la de reflexionar internamente sobre el propósito corporativo (un 51%), la involucración en el plan estratégico (un 47%) y en la gestión de ayudas y donaciones a las comunidades (un 39%).
Después de la crisis, todos los encuestados consideran que el nivel de dedicación que se espera dar a las funciones del directivo crecerá. Las relacionadas con el engagement y la estrategia de la organización adquieren más importancia, con un 18% y un 15% de aumento, respectivamente. Además, las de identificación y mitigación de los riesgos no financieros y medición del retorno no financiero crecen también en un 25% y 23%.
En cuanto a las categorías de las funciones de los directivos, antes de la crisis las relacionadas con las habilidades sociales eran las más valoradas y, aunque después del coronavirus siguen siendo importantes, se da más relevancia a aquellas asociadas a la capacidad de impulsar el cambio internamente. De esta manera, el top seis de las competencias del director de Sostenibilidad tras el coronavirus queda así:
- Capacidad de comunicación: con 9,31 sobre 10 puntos
- Capacidad de entender a interlocutores muy distintos: 9,25 puntos
- Capacidad de interpretar y responder las necesidades: 9,25 puntos
- Capacidad de innovador y de tener visión de futuro: 9,24 puntos
- Capacidad de tener aprendizaje continuo: 9,23 puntos
- Capacidad de buscar oportunidades y de tener iniciativa: 9,18 puntos
Las dos primeras habilidades son las únicas que antes de la crisis se encontraban en la clasificación. Por tanto, las otras cuatro han emergido como resultado a esta situación generada por la COVID-19.
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