Un año después de la declaración del estado de alarma debido a la COVID-19, las consecuencias de la pandemia son ya más que evidentes. Los datos reflejan la difícil situación que han afrontado muchos de los sectores durante este tiempo pero, sin duda, el de la hostelería ha sido uno de los más afectados. En los últimos 12 meses ha perdido 289.055 empleos, es decir, más de la mitad del total (413.362), según los datos de afiliación a la Seguridad Social publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Los confinamientos y las restricciones impuestas para frenar el número de contagios por el coronavirus se posicionan como las principales causas de esta situación. Debido a ello, muchos establecimientos han tenido que cerrar o limitar su actividad durante largos periodos de tiempo, lo que ha supuesto el cierre de cerca de 85.000 bares y restaurantes durante 2020, según cifras de Hostelería de España.
Además, 2021 tampoco ha comenzado de la mejor manera posible. La mayoría de las comunidades autónomas ha endurecido las restricciones tras la vuelta de Navidad para intentar frenar la tercera ola de contagios. Esto se ha visto reflejado en los datos de la actividad de los restaurantes, que durante los dos primeros meses del año han registrado caídas superiores al 50%, según Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar la evolución de la recuperación económica de diversos sectores. Una situación que, además, ha afectado de forma asimétrica a las distintas ciudades españolas, en función de las medidas más o menos restrictivas que ha impuesto cada comunidad autónoma. En Madrid, por ejemplo, la caída de la actividad del sector ha sido del 54% en enero y del 47% en febrero, mientras que en Barcelona, los descensos llegaron al 67% en enero y al 63% en febrero, según Pulso.
Gráfico: Evolución de la actividad en restaurantes en España, comparado con el mismo periodo del año anterior según Pulso
Los datos de 2020 y un inicio de 2021 no tan bueno como lo deseado se reflejan en el sentimiento generalizado de los empresarios. El 93% de los profesionales de la restauración califica la situación actual de mala o muy mala, según el informe ‘Perspectivas España 2021’, elaborado por KPMG, en colaboración con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
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A pesar de ello, este sector es el que se muestra más optimista a la hora de afrontar el nuevo año, ya que el 77% de los encuestados cree que la situación irá a mejor, siendo solo un 8% los que consideran que empeorará. En la misma línea, un 30% de ellos confía en que la inversión en términos netos crezca a lo largo de estos meses, a pesar de que la hostelería redujo su facturación a la mitad el pasado año, según los Indicadores de Actividad del Sector Servicios del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto también dependerá, siempre y cuando las medidas lo permitan, del comportamiento de los consumidores, algo que parece que será positivo. Según un estudio de ElTenedor, el 83% de los encuestados planea continuar acudiendo a restaurantes, ya que se siente cómodo gracias a la atención que los profesionales del sector ponen en garantizar la seguridad de los comensales.
Retos para 2021: la digitalización de los negocios de restauración
Servicio a domicilio, nuevos horarios, más espacios al aire libre… La hostelería se enfrenta a diferentes retos y entre ellos se encuentra el de la transformación digital. La pandemia también ha puesto en evidencia que las compañías digitalizadas han mostrado una mayor resiliencia a lo largo de la crisis sanitaria. Según el estudio de ElTenedor, el 88% de los consumidores afirma que sus hábitos han cambiado a la hora de salir a los restaurantes y cerca de un 40% asegura que reserva más online desde la llegada de la COVID-19. De hecho, en cuanto a las tendencias que los comensales creen que triunfarán en 2021, las reservas online son la opción escogida en el 77% de los casos.
Con el consumo digital disparado, la digitalización se ha convertido en la principal prioridad estratégica para los empresarios. En este sentido, los profesionales de la restauración otorgan una nota del 6,5 al nivel de adaptación de sus organizaciones, según el citado informe de KPMG. A partir de ahora, los avances de las empresas en este sentido también dependerán en buena medida de la capacidad que tengan sus empleados para actualizar sus conocimientos y sus habilidades y responder así a las necesidades que la nueva situación impone.
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