La expansión de la COVID-19 a lo largo y ancho del globo ha marcado un antes y un después. Uno de los actores más golpeados está siendo el tejido empresarial, como pone de manifiesto el hecho de que solo en España 760.000 empresas podrían incurrir en impagos, según un informe de Iberinform.
Aunque la recuperación económica avanza por el buen camino, de hecho, según Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar en tiempo real los datos de la evolución del consumo a través de las interacciones por Terminal Punto de Venta (TPV), se observa como la actividad comercial en España de los últimos 30 días ya representa el 88,72% del mismo periodo del año anterior, esta reactivación no es igual en todos los sectores. Asimismo, en un país en el que el turismo supone un 12% del PIB gracias a los más de 80 millones de turistas anuales que recibía España hasta la propagación del virus, el gasto con tarjetas de países extranjeros en el territorio durante los últimos 30 días representa el 16,63% del mismo periodo del año anterior, según datos de Pulso.
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No obstante, los grandes desafíos también son una oportunidad. En materia de teletrabajo, por ejemplo, se ha avanzado en unos meses lo que se proyectaba para varios años, con empresas y trabajadores adaptándose en tiempo récord a esta nueva forma de organización laboral. Del mismo modo, esta crisis ha acelerado la digitalización de usuarios, servicios y comercios. La transformación digital de las empresas, especialmente de las pymes, puede contribuir a que el PIB de España crezca un 1,8 % más al año hasta 2025, según cálculos de Fundación Telefónica.
Y es que en un entorno como el actual, marcado por los cambios, "la capacidad de adaptación es clave", afirma Mario Alonso Puig, médico especialista en Cirugía General y Digestiva, fellow en Cirugía por la Universidad de Harvard, y reconocido speaker de referencia sobre liderazgo, creatividad e innovación que liderará el webinar Tu fortaleza mental y emocional ante la incertidumbre, organizado por el HUB Empresa de Banco Sabadell el 9 de julio. Ya lo decía Charles Darwin, "no es el individuo más fuerte de la especie el que sobrevive, tampoco es el más inteligente. El que perdura es aquel que es más adaptable al cambio".
Supervivencia vs. Adaptación
El líder juega un rol fundamental a la hora de decidir cómo afrontar los cambios: "Deben ser capaces de inspirar a otras personas a buscar la oportunidad en medio de la incertidumbre. Por eso, es necesario pasar de una mentalidad de mera supervivencia a una de crecimiento. Si nos dejamos llevar por la tendencia de preferir, como se dice coloquialmente, 'malo conocido que bueno por conocer', no pondremos en marcha las capacidades reales que tenemos para adaptarnos a una nueva realidad", explica Mario Alonso Puig.
Hay una gran diferencia entre sobrevivir y adaptarse. En el primer caso, se espera que las cosas mejoren sin acometer muchos cambios, es lo que se conoce como mantenerse en la zona de confort. El segundo es mucho más complicado, porque requiere repensar el modelo de negocio, pero es necesario para lograr el éxito. Como indica Koldo Echebarria, director general de ESADE, en el Podcast de Banco Sabadell, "todas las crisis demandan gran capacidad de adaptación y de resintonizar con el punto de mira puesto en el largo plazo". La crisis de 2008, considerada una de las peores recesiones de la economía española, ya nos enseñó la importancia de aprender a evolucionar, de hecho, solo el 36,7% de las empresas creadas entre 1992 y 2016 sobrevivieron, según un estudio de Informa publicado en 2017.
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Uno de los mayores ejemplos de lo que la falta de adaptación puede provocar es Kodak. Tras más de 100 años de historia y siendo líder indiscutible del mundo de la fotografía, se declaró en suspensión de pagos en 2012. Su incapacidad para adaptarse a la era digital, a pesar de contar con patentes en este tipo de imagen, a la par que la aparición de fuertes competidores como Canon o Fujitsu, supuso su debacle.
De la adaptación al éxito
Para el doctor Mario Alonso Puig, son varias las claves para procurar que la adaptación al cambio sea óptima. Por un lado, "dar más valor a la aventura, a la exploración y al aprendizaje que a mantenerse seguro en la zona de confort". Por otro, "dejar de aferrarse al status de expertos y tomar la disposición humilde de principiantes, personas dispuestas a empezar desde cero si fuera necesario, para poder así llevar a cabo nuevos aprendizajes y desarrollar nuevas competencias".
Del mismo modo, el experto explica que "hay que atreverse a tomar nuevas decisiones y gestionar nuevos riesgos. Es importante asumir que en un terreno desconocido no se va a poder tener la misma sensación de control que en uno conocido y, por eso, hay que dejarse guiar mucho más por la intuición que por el conocimiento". A esto se suma "buscar el crecer, el evolucionar y el mejorar por encima del quedar bien y no ser criticados por falta de expertise en un campo determinado; tener una firme intención de contribuir al bienestar de otras personas, generando entornos de cooperación; y mantener la ilusión y la confianza de que en este proceso de adaptación se van a descubrir nuevas posibilidades y oportunidades".
Afrontar un cambio, sobre todo acuciado por una crisis de estas dimensiones, no es fácil pero es necesario. Para ello, es probable que haya que realizar un nuevo plan de negocio, lo que permitirá detectar errores e ineficiencias y subsanarlos. "La rápida capacidad de respuesta es la clave principal para la adaptación al cambio en el terreno empresarial. Sin embargo, esta habilidad no se consigue de la noche a la mañana", señalan desde la escuela de negocios OBS Business School.
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Para lograrlo de manera eficaz, es necesario reconocer los escenarios de cambio, tratando de identificar en qué consisten dichos cambios y qué posibilidades hay como marca o empresa de adaptarse a ellos. También es imprescindible la flexibilidad y la creación de valor empresarial. Como remarcan desde OBS Business School, "es imposible concebir un proceso de adaptación al cambio si se da un aferramiento a ideas o estrategias tradicionales. Eso es justamente la flexibilidad: saber aceptar nuevas formas de gestión y tener la capacidad suficiente para crear valor empresarial en las nuevas condiciones".
Reinventarse en época de crisis: casos de éxito
Creada como una empresa de servicio de canguros a domicilio, Nannyfy ha tenido que reinventarse. Con el decreto de estado de alarma, Claudia de la Riva, su fundadora, se reunió con su equipo para preguntarse: ¿Qué podemos hacer?, ¿qué podemos ofrecer al usuario? Entonces, apostaron por el servicio de canguros online, con un programa de actividades por videollamada, en directo y con profesionales asignadas en función de su experiencia, del horario y de la edad de los menores. Fue la primera plataforma en ofrecer este tipo de servicios. Ahora, ultima una ronda de hasta 3,5 millones de euros para su internacionalización.
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Otro ejemplo es el de Atintas, una empresa dedicada la publicidad en puntos de venta. Antes de la crisis montaban stands en espacios comerciales tanto a nivel nacional como internacional. Ante el parón total del sector, decidieron convertirse en fabricantes de mamparas de protección, aprovechando que ya producían metacrilato, y anticipándose así a las medidas de seguridad que muchas oficinas y comercios están teniendo que implementar.
Asimismo, Adopta un Abuelo, que se creó con el objetivo de unir diferentes generaciones y reducir la soledad de las personas mayores, creó Minutos de Compañía, una red para seguir de cerca a esta parte de la población a distancia ante la imposibilidad de hacer acompañamiento físico.
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