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La regla del 50/30/20, ¿cómo empezar el año ahorrando?

Sat Dec 12 23:23:24 CET 2020

Nada más recibir el salario cada mes, hay que realizar una partición, de manera que se destine un porcentaje adecuado a las necesidades, otro a los gastos personales y otro al ahorro

La llamada ‘cuesta de enero’ suele provocar reacciones negativas en cualquiera. No cabe duda de que se trata de una época del año difícil de afrontar desde el punto de vista económico, después de unas semanas de compras, comidas, cenas y regalos navideños. Y en 2021 a la ‘cuesta de enero’ se une la incertidumbre generada por la crisis sanitaria, lo cual sitúa el ahorro como una de las prioridades de las familias. Y es que, cuando la estabilidad financiera prima, el seguimiento que se hace del ahorro puede quedar en un plano secundario. Sin embargo, cuando hay inestabilidad, crece la importancia sobre cuánto dinero entra y se mantiene en la hucha. Y así lo demuestran los datos. Durante el segundo trimestre de este año, en pleno estado de alarma, la tasa de ahorro de las familias se situó en el 31,1%, la cifra más alta registrada hasta la fecha, y que supone 13,7 puntos más que en el mismo periodo de 2019, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“La clave para ahorrar es que el ahorro no ‘duela’”, afirma Diego Valero, Presidente de Novaster

Las conocidas finanzas del comportamiento pueden influir en gran medida a la hora de decidir qué se hace con los ingresos, ya sea destinarlos al ahorro o a la inversión. Y esta decisión se puede tomar en base a lo racional o a lo emocional. Y son estas últimas, las emociones, las que se imponen. En concreto, estas pesan un 70% a la hora de tomar decisiones, tal y como asegura Diego Valero, Presidente de Novaster, en el Podcast de Banco Sabadell. “El temor a perder nos hace sobrerreaccionar de una forma que al final es negativa y se aleja de la racionalidad”. Sea como sea, “la clave para ahorrar es que el ahorro no ‘duela’”, afirma. Y para ello, se puede hacer uso de algunos sistemas que ayudan en la planificación y en la gestión de las finanzas, como la regla del 50/30/20.

 

El 50% para cubrir las necesidades básicas

Elaborar un presupuesto no tiene porqué ser una tarea que solo realicen las empresas. Cualquiera puede planificar sus gastos y sus ingresos y la regla del 50/30/20 es una herramienta muy útil para ello. Su nombre ya da alguna pista, pues se trata de distribuir la totalidad de los ingresos de manera que el 50% se destine a los gastos básicos, el 30% a los personales y el 20% se ahorre. En conclusión, se trata de maximizar los ahorros, pero sin sacrificar los caprichos.

La partida presupuestaria más amplia de este mecanismo es la destinada a aquellos gastos que pertenecen al grupo de los irrenunciables o necesarios, los que hay que afrontar mensualmente de forma segura. Aunque suponga la mitad del salario, hay que tener en cuenta que, en caso de que no se llegue a tal porcentaje, se podrá reservar para otras partidas.

Por tanto, en este apartado se encuentra el pago del alquiler o de la hipoteca; los gastos relacionados con la vivienda, como la luz, el agua, el internet, la cuota de comunidad o de basura, etc.; la cesta de la compra y el vestuario necesario; los gastos derivados del cuidado de los hijos; o aquellos relacionados con el trabajo, como puede ser el transporte.

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El 30% para gastos personales y caprichos

Los gastos prescindibles ocupan un 30% del presupuesto de los ingresos mensuales. Aquí van englobados todos aquellos que no son necesarios en el día a día, pero que mejoran la calidad de vida. Ir al cine o al gimnasio, cenar en un restaurante, planificar las vacaciones, etc. Estas actividades tienen que estar controladas para que, de manera conjunta, no supongan más de un tercio de los ingresos mensuales. Por tanto, también es importante llevar a cabo una buena planificación, ya que cada mes se dará un protagonismo diferente al ocio. Por ejemplo, habrá que pensar si en el próximo periodo hay algún o algunos cumpleaños agendados, ya que eso puede suponer un revés, lo que provoque no cumplir con los objetivos marcados.

En caso de no llegar a gastar la totalidad de esta partida, puede guardarse para ser destinada en un futuro, como parte de un viaje, por ejemplo. Pero lo más importante es llevar un control, ya que “el consumo exacerbado es malo y en economía se dice que todo lo exagerado es malo”, asegura Valero. Por esa razón, “hay que tener un consumo razonable y un ahorro razonable”.

El 20% para el ahorro

“Lo que se ahorra durante los 20 primeros años de vida laboral supone el doble que lo ahorrado en los últimos 20 años”. Así lo afirma Valero, que basa su explicación en un concepto clave: el interés compuesto. Se trata básicamente de volver a capitalizar los intereses que se van generando en base a las operaciones financieras o gracias a cualquier otro activo. Y, por ello, resulta más importante cumplir con esta última partida, la que destina el 20% del salario al ahorro.

“El ahorro de los 20 primeros años de vida laboral es el doble que el de los 20 últimos”, asegura Valero

Calcula cuánto ahorra la gente como tú aquí

En definitiva, contar con un fondo de emergencia que dé liquidez en un futuro es muy importante, ya que es posible que haya que hacer frente a situaciones excepcionales e imprevistas. Sin embargo, “el consumo es lo que nos produce una satisfacción inmediata y, precisamente, la gente quiere ese disfrute actual”. En este sentido, apunta el Presidente de Novaster, hay que pensar que “el ahorro es el consumo en diferido, es decir, la posibilidad que tenemos de consumir a lo largo de nuestra vida”.

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Fotografía de Annie Spratt en Unsplash
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