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La medicina virtual, al alza incluso tras la pandemia

Fri May 07 08:42:45 CEST 2021

La COVID-19 ha impulsado el uso de la tecnología en el ámbito de la salud, lo que refuerza la reclamación de los expertos de contar con mayor inversión para aprovechar todas las ventajas de la telemedicina

La telemedicina se ha consolidado a raíz de la COVID-19 y cada vez son más los pacientes que se adaptan al uso de las nuevas tecnologías para sus consultas médicas. Una encuesta realizada a mundial el pasado enero por la consultora PwC revela que la mayoría de las personas que en 2020 tuvo que recibir atención médica virtual (teléfono, aplicaciones, vídeos o mensajes) la mantendrá como vía preferente tras la pandemia. Para ser más exactos, el método virtual que mayor aceptación ha tenido es el de la videollamada: el 91% de los que ha usado el vídeo prefiere este método a la consulta presencial.  

Otros estudios apuntan la misma tendencia. Los españoles son los europeos más abiertos a que se impulse un sistema sanitario digital y virtual. Según el informe ‘Stada Health Report’, un 82% se muestra a favor de ser atendido mediante consultas médicas online cuando se trate de enfermedades menores o secundarias y el porcentaje de españoles predispuestos a recibir videollamadas de su médico ha aumentado un 21% respecto al informe de 2019. También son los más partidarios de utilizar aplicaciones móviles durante los tratamientos.

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"El cambio tecnológico que se preveía para los próximos cinco o 10 años ha sido necesario implantarlo de una forma urgente, obligándonos a una transformación digital y revolucionando nuestra forma clásica de trabajo". Doctor Antonio Fernández-Pro Ledesma, Presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)

Las visitas presenciales, por detrás de las telemáticas

Las opiniones de los pacientes responden a una realidad que ha aflorado como uno de los recursos más eficaces para enfrentarse a la crisis sanitaria. La telemedicina consiste en la prestación de servicios de atención médica por parte de los profesionales de la salud que utilizan tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cuando la distancia es un factor importante, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, la mencionada distancia como elemento clave ha pasado a diluirse tal y como se ha podido ver en esta crisis. Durante las olas de contagios por coronavirus, el uso de las TIC ha evitado el colapso de algunos hospitales con consultas que podían atenderse vía telemática. Por lo que el factor clave pasa a ser la idoneidad de aquello que se puede diagnosticar con certeza a través de las TIC y aquello que requiere de una visita presencial.

De hecho, “durante los meses de confinamiento, en Cataluña la estructura de consulta tradicional cambió abruptamente y en tan solo un mes se invirtió el peso de las visitas presenciales frente a las telemáticas (30%- 70% frente al 70%- 30% anterior). Las consultas diarias de telemedicina crecieron de 3.000 a 20.000”, explicó el pasado diciembre Leticia Rodríguez, socia responsable del sector sanidad de PwC. “En el ámbito privado, actores de referencia como Blua, la plataforma perteneciente a Sanitas, multiplicó su actividad de forma espectacular”, añadió. 

Los beneficios de la atención médica virtual

“La mayor parte de los elementos de la telemedicina ya los teníamos al alcance antes de la pandemia, lo que ocurre es que estaba ‘mal vista’ porque hemos estado en un modelo sanitario donde siempre se ha animado a la población a acudir o consultar a su médico de familia ante cualquier situación o duda que tuviese”, explica el doctor Francisco Javier Sanz García, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y coordinador nacional de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Pero, la pandemia de la COVID-19 está cambiando esta visión. 

“A la población laboralmente activa le supone muchísimo el tener que cogerse un día o un permiso de horas para acudir a su profesional cuando a lo mejor lo único que desea es pedir una analítica de control, ver los resultados o prolongar tratamientos crónicos. Es en este tipo de consultas donde juega un papel clave la telemedicina”, destaca el doctor Sanz García. Además del ahorro en tiempo y en costes, la telemedicina facilita que los pacientes puedan acceder a más servicios, aligerar las cargas de trabajo de los sanitarios y disminuir las listas de espera. 

Una encuesta realizada a nivel mundial el pasado enero por la consultora PwC revela que el 91% de las personas que ha usado la videollamada con su médico prefiere este método a la consulta presencial

“El desarrollo de la telemedicina es muy variable de unos sistemas a otros”, asegura el doctor Antonio Fernández-Pro Ledesma, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Todas las especialidades que tienen su base en la imagen clínica, van muy por delante en este tipo de desarrollos tecnológicos, así el nivel de implantación en dermatología con la teledermatología, la radiología en todas sus variantes, incluso la electrocardiografía digital, es mucho mayor que en el ámbito de la atención primaria”, explica. 

Las barreras de la telemedicina en España

Sin embargo, debido a la COVID-19, la telemedicina también se ha implementado a marchas forzadas. “El cambio tecnológico que se preveía para los próximos cinco o 10 años ha sido necesario implantarlo de una forma urgente, obligándonos a una transformación digital y revolucionando nuestra forma clásica de trabajo”, destaca el doctor Fernández-Pro Ledesma. “Esta transformación no había sido uniforme en todas las comunidades autónomas, y en su desarrollo aparecían numerosas barreras que la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto”, añade. 

Equipos informáticos obsoletos, menos líneas telefónicas contratadas que profesionales, falta de protocolos de ciberseguridad y de plataformas para enviar información confidencial son solo algunos de los múltiples obstáculos que se han encontrado. Según el doctor Sanz García, el sistema presenta demasiadas carencias. “En el conjunto de España podríamos decir que tenemos una telemedicina rudimentaria que empieza a dar sus primeros pasos de una manera acelerada y desorganizada. ¿El problema? 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas, cada una con sus servicios, sus infraestructuras y sus modelos de historia clínica electrónica”, afirma.

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Aplicaciones de salud personales y eficientes

Pese a este contexto, el coordinador nacional de Nuevas Tecnologías de la SEMERGEN destaca dos comunidades autónomas que a su juicio van un paso por delante: Cantabria y Cataluña. Este especialista pone de ejemplo la app del Sistema Cántabro de Salud, SCSalud, que incluye la posibilidad de recibir videollamadas del profesional sanitario para la teleconsulta. Respecto a Cataluña, los ciudadanos pueden contar con La Meva Salut, el espacio digital que permite consultar la información personal de salud de una forma segura y confidencial, y la herramienta de comunicación digital entre la población y los sanitarios, eConsulta. 

"Debemos apostar por el cambio y hacer ver a nuestros dirigentes que es una ventaja para todos apostar por la telemedicina a nivel de sistema, pacientes y profesionales". Doctor Francisco Javier Sanz García, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y coordinador nacional de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)

Para los expertos, la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 es la oportunidad para dar el impulso definitivo a la digitalización de la sanidad. “Debemos apostar por el cambio y hacer ver a nuestros dirigentes que es una ventaja para todos apostar por la telemedicina a nivel de sistema, pacientes y profesionales”, asegura el doctor Sanz García. “Hemos aprendido que hay que estar preparados para afrontar situaciones similares y para esto se debe hacer un esfuerzo de inversión”, concluye el presidente de la SEMG. 

Fotografía de Tima Miroshnichenko en Pexels
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