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Fondos garantizados: para inversores más conservadores

Fri Dec 11 11:42:37 CET 2020

Este tipo de inversiones permiten conocer la rentabilidad a priori y pueden ser interesantes para personas jubiladas

Un fondo garantizado es un fondo de inversión en el cual se garantiza total o parcialmente una rentabilidad a obtener en un determinado de plazo de tiempo. Es decir, “la rentabilidad es conocida a priori por el inversor cuando realiza la inversión”, explica Miguel Córdoba, profesor de Economía Financiera de la Universidad CEU San Pablo. 

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La garantía la suele prestar una entidad solvente, en la mayoría de los casos, un banco, el cual, a su vez, posee el capital de la gestora de fondos, que es la que comercializa el producto. 

Tipos de inversión garantizada

“La inversión se realiza normalmente en productos de renta fija (bonos, letras, etc.), de ahí que, con los bajos tipos actuales, la rentabilidad a obtener sea particularmente baja”, afirma Córdoba. No obstante, el profesor expone que suele ser una inversión garantizada, al menos en cuanto a vencimiento, es decir, a medio y a largo plazo, y siempre que se mantenga durante dicho período. 

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“Lógicamente, la garantía consiste en un porcentaje de esa rentabilidad”, asegura Córdoba. Por ejemplo, si se invierte en una cartera de bonos de eléctricas, telefónicas y bancos con una rentabilidad media a tres años del 2%, lo más usual es que garanticen, por ejemplo, el principal más un 1% de rentabilidad, quedando abierta la posibilidad de que pueda aumentarse ese valor en función de la evolución de la cartera del fondo. El otro 1% sirve para cubrir los gastos de la gestora, así como sus beneficios y el posible riesgo de que alguna empresa emisora de bonos pueda tener problemas en pagarlos a vencimiento. Evidentemente, esto último no puede ocurrir con los bonos soberanos, aunque en este caso, y ante la ausencia de riesgo, la rentabilidad puede ser inferior al 0,50% en los tiempos actuales.

“Existe también la posibilidad de que se invierta en bonos indexados, en cuyo caso, la gestora suele garantizar el principal invertido, pero no la rentabilidad, que será variable en función de los índices”, señala Córdoba. Por ejemplo, si se invierte en bonos que pagan el valor del euríbor más un 0,50%, la rentabilidad garantizada puede ser equivalente al valor del euríbor más un 0,25% teniendo en cuenta las limitaciones de los tipos negativos vigentes en la actualidad.

Otra posibilidad, según el experto, es que se invierta en una cartera de bonos corporativos de menor rating, en cuyo caso, la probabilidad de que alguno de los bonos tenga impago es mayor (un riesgo que asume la gestora), y por ello, se suele garantizar entre el 85% y el 95% del principal, dejando abierta la rentabilidad, que, en este caso, es superior, probablemente entre el 4% y el 6% anual. “Un fondo garantizado de este tipo podría ser un producto que garantizara el 90% del principal y el 3% de rentabilidad simultáneamente, y que dejara abierta la posibilidad de recuperar el total del principal si no hay impagos”, ejemplifica Córdoba.

“A veces se combina renta fija y renta variable, garantizando, por ejemplo, un 1% de rentabilidad y el 50% de la revalorización del IBEX 35 en un período de varios años”, añade. 

Ideales para inversores conservadores

“En general, el inversor en fondos garantizados es un inversor conservador que no quiere sustos en los mercados”, indica el experto. Por ello, según Córdoba, lo habitual es que busque fondos que le garanticen el 100% del principal, aunque la rentabilidad sea menor. 

En esta línea, existen dos tipos de fondos: los de acumulación, en los que no se paga nada al inversor hasta el vencimiento, momento en el que se recibe el principal más los intereses; y los de reparto, en los que se recibe un pago periódico, una especie de ‘cupón’ con la rentabilidad (ya sea fija o variable). Estos últimos son especialmente atractivos para aquellos inversores que ya se han jubilado y que pueden complementar su pensión pública con estos pagos periódicos. 

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Aunque hay que tener en cuenta que, debido al contexto actual, “los bajos tipos de interés desaconsejan la inversión en este tipo de productos”, advierte Córdoba, y añade que, además, está el problema de la comisión de cancelación anticipada, que suele ser muy alta. “Además, si un inversor compra un fondo garantizado a tres años tiene que estar seguro de que no va a necesitar el dinero durante ese período, ya que, de lo contrario, puede perder parte de su capital”, señala el experto. Como alternativa, existen fondos que establecen ventanas de liquidez en las que el inversor puede retirar su inversión total o parcialmente.

Fotografía de Pixabay en Pexels
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