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Finanzas conductuales en tiempos de incertidumbre

Wed Apr 08 08:34:25 CEST 2020

Las acciones de muchas empresas han caído en picado por el Covid-19

En tiempos de inestabilidad económica debemos proteger nuestras finanzas, una manera de hacerlo es tomando decisiones de manera reflexiva, sin dejarnos llevar por las emociones.

La pandemia del coronavirus (COVID-19) nos ha llevado a una situación excepcional con consecuencias que van mucho más allá de la crisis sanitaria. Vivimos un momento en el que las emociones se imponen a nuestra manera de pensar y de actuar y, a veces, hacen que tomemos decisiones precipitadas. Esa sensación de incertidumbre y de desasosiego se está viviendo también en la economía, una de las disciplinas más damnificadas por el parón productivo, necesario en este momento.

Los mercados financieros, susceptibles a todos los cambios, son el reflejo de lo que está sucediendo. Las bolsas mundiales no pararon de caer durante el mes de marzo y los inversores se muestran intranquilos, con una ansiedad insólita ante la complejidad del momento. Solo en el mes de marzo se han producido tres caídas diarias que se sitúan entre las 15 peores desde los años 40 y en magnitud solo se han superado una vez, en el desastre de 1987. Tenemos que aprender a actuar en este tiempo y tratar de que nuestras inversiones se vean lo menos afectadas posibles. Para ello podemos estudiar diferentes maneras de comportarnos en el terreno financiero, por ejemplo, a través de las finanzas conductuales.

¿Qué son las finanzas conductuales?

Este sistema hace referencia a aquellos comportamientos que intentan explicar y entender los patrones de razonamiento de los inversores, incluyendo los procesos emocionales involucrados y el grado en que estos influyen en el proceso de toma de decisiones. Estas decisiones se toman teniendo en cuenta el contexto, pero, en ellas también influye la parte emocional que depende de las percepciones personales. Por ello, el miedo juega un papel fundamental, porque la posibilidad de poner en riesgo nuestras ganancias nos pone en modo alerta y, en ocasiones nos mueve a tomar decisiones precipitadas.

Según Federico Servetto, Director de Estrategia de Clientes de Banco Sabadell, para proteger nuestras finanzas en tiempos de inestabilidad hay que seguir una serie de indicadores que alejen la parte emocional y que se basen en lo racional y empírico, por ejemplo, fijar los objetivos a largo plazo, "la idea es mirar más allá de la volatilidad y adoptar un enfoque racional a largo plazo en nuestras inversiones, ya que la volatilidad es un fenómeno temporal, pero a la vez un compañero de viaje habitual para el inversor en bolsa". Los mercados financieros son cíclicos, están en continuo movimiento, ya que son muy sensibles y dependen del comportamiento de los inversores, de los cambios políticos, de los movimientos financieros, de situaciones inesperadas y de carácter global como la actual, etc., por ello, lo importante es estar preparados para no dejarse llevar y no precipitarse ante los cambios, hay que saber esperar a que nuestras inversiones se estabilicen. Entonces, ¿cómo podemos minimizar los efectos de la volatilidad a la que están expuestos los mercados sobre nuestras inversiones?

Aportaciones periódicas

Otra manera de invertir es a través de las aportaciones periódicas. Este tipo de inversiones se basan en hacer movimientos de compra de manera regular durante un tiempo fijo que determinemos previamente, por ejemplo, cada mes o cada trimestre. De esta manera seremos constantes y aunque este sistema no asegura beneficios puede ayudar a reducir el riesgo de la inversión.

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Además, debemos evitar el Market Timing, salir y entrar en las inversiones tratando de anticiparnos a los movimientos de los mercados, basándonos en perspectivas o análisis fundamentales, "cuando los inversores intentan acertar con los tiempos del mercado y entran y salen de sus inversiones, pueden correr el riesgo de erosionar las rentabilidades futuras, ya que se pueden perder los días de mayor recuperación del mercado y las oportunidades de compra más atractivas que generalmente aparecen en periodos de pesimismo", señala Servetto.

Diversificación e inversión activa

La diversificación también es un factor a tener en cuenta. Para generar rentabilidades más homogéneas los inversores pueden repartir el riesgo invirtiendo en diferentes activos o áreas geográficas para reducir los vaivenes del mercado, por ejemplo, en carteras multiactivos. También es recomendable la inversión activa, "cuando aumenta la volatilidad, la flexibilidad de la inversión activa puede ser especialmente beneficiosa comparada con las rígidas asignaciones de activos de las inversiones pasivas. En concreto, la volatilidad puede generar oportunidades para los expertos en selección de valores o compañías basándose en sus fundamentales", apunta el Director de Estrategia de Clientes de Banco Sabadell.

Finanzas reflexivas

Otra manera de enfrentarnos a nuestras finanzas es a través del Slow Finance. Este término hace referencia a una tendencia de sosiego, una inversión serena y reflexiva donde nuestras decisiones se tomen de manera pausada y sin dejarnos llevar por el momento. En las slow finances se debe pensar en el medio y largo plazo y no pretender que las decisiones que tomemos ahora tengan resultados inmediatos. Solo así construiremos nuestro patrimonio con unos cimientos firmes, aunque nos demoremos en el tiempo.

Es importante pensar que, aunque la situación en estos momentos es complicada, los pronósticos apuntan que esta crisis es temporal. El experto señala que conseguiremos superar esta situación, "los Bancos Centrales están sosteniendo los mercados rebajando los tipos de interés y reabriendo el grifo de liquidez y de las compras de activos". Algunas de las empresas más punteras del planeta se crearon al calor de una crisis económica. Un ejemplo sería el de Uber, que se fundó en 2009, en un momento muy complicado para las finanzas mundiales, tan solo unos meses después de la quiebra de Lehman Brothers. Como ella, otras compañías proliferaron en esa época convulsa al implantar nuevos modelos productivos antes desconocidos.

Las acciones de muchas empresas han caído en picado debido a las consecuencias de la crisis del Covid-19, sobre todo las relacionadas con el ocio o el turismo. En este caso, lo oportuno es mantener los valores que tenemos porque es probable que se recuperen cuando pase esta crisis.

Ahora bien, en estos momentos de incertidumbre es cuando surgen las oportunidades para invertir, aunque solo será asumiendo algo de riesgo. También podemos apostar por invertir en nuevos mercados y esperar resultados. Es importante ser pacientes y, sobre todo, contar con el asesoramiento de los expertos, como dice Warren Buffett, "rodéate de personas cualificadas, motivadas y que te complementen en tus proyectos, en tu carácter y en tu experiencia: aumentará tus posibilidades de éxito".

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