La llegada de los primeros 9.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos significa el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de las convocatorias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con la vista puesta en el año 2026.
La Comisión Europea aprobó a mediados de junio el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) elaborado por el Gobierno, que recoge las reformas y las inversiones a las que se destinará el dinero que se reciba del Fondo Europeo Next Generation EU. El Plan cuenta con fondos europeos por valor de casi 70.000 millones de euros, de los cuales España recibirá un anticipo de 9.000 millones de euros durante el verano. Estos fondos permitirán acelerar el despliegue de los fondos europeos.
Cada seis meses, se irán desbloqueando tramos a medida que se vayan cumpliendo con los objetivos marcados por la Comisión Europea (como la instalación de puntos de recarga para los vehículos eléctricos o la reducción en la temporalidad del empleo público), lo que permitirá ir accediendo a nuevos volúmenes de capital.
Tal y como señaló Carlos Ventura, Director General de Banco Sabadell, durante una sesión del Club Finanzas Esade Alumni, “este proyecto supone una gran oportunidad para la economía española, no solo como un enorme salto en términos de competitividad, sino porque significa un tremendo reto en cuanto a ejecución”. El desafío consiste en efectuar y entregar la totalidad de los proyectos anunciados en el plan remitido por el Gobierno a Bruselas antes de que finalice 2026.
Para lograrlo, ya se están poniendo en marcha desde los Ministerios y las comunidades autónomas diferentes convocatorias en virtud de las manifestaciones de interés (MDI) publicadas recientemente, y que han servido para calibrar el interés real de las organizaciones en participar.
Un cambio estructural para España
Durante el mismo acto, David Vegara, CRO y Consejero Ejecutivo de Banco Sabadell, subrayó que, “en realidad, no se trata de un plan de ayuda, sino de consolidación de los objetivos definidos por parte del Gobierno, en donde no bastará con limitarse a gastar los fondos europeos sino que es necesario invertirlos bien y con una visión de futuro”. Por su parte, Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, hizo hincapié en que “el Fondo Europeo Next Generation EU es algo que se esperaba desde hace mucho tiempo en Europa y que ha llegado en un momento muy complicado, en el que no solo hace falta una voluntad política general sino un contexto económico”.
En su opinión, aunque este fondo “es excepcional y tiene un carácter temporal”, será “decisivo para la futura integración europea”, habida cuenta de que “se trata de la prueba de fuego sobre cómo articular una respuesta común por parte de la Unión Europea y, de tener éxito, ya que desempeñará un papel clave para que se consolide, por ejemplo, una política única en materia fiscal”. Por el momento, la Comisión Europea ya ha dado un importante paso en esta línea, debido a que durante julio ha realizado tres emisiones de deuda, y emitirá en los próximos tres años cerca de 300.000 millones de euros en títulos a los mercados.
Para García Andrés, el PRTR “es una combinación de inversiones y reformas que están íntimamente ligadas, en donde lo fundamental es conciliar lo urgente y lo importante, que contribuya a la recuperación económica pero que se haga de manera que se establezcan las bases para un crecimiento más elevado, más sostenible, más inclusivo y más resiliente”. En este sentido, señaló que hay que acelerar las transformaciones que van a marcar la agenda en el futuro, en especial en relación al cambio climático, porque en países como España “la descarbonización no es solo una exigencia ética sino también una decisión inteligente desde el punto de vista económico”.
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Un impacto sin precedentes
El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa afirmó que la intención principal del Gobierno con la elaboración del PRTR ha sido la de “poner en marcha un proceso de transformación en el que nadie quede atrás, que llegue a todos los territorios y a todas las capas sociales. Y todo ello mientras se sigue impulsando la igualdad entre hombres y mujeres”. De hecho, resaltó que, a pesar de la relevancia que tendrán en los proyectos aprobados la digitalización y la sostenibilidad (que, de manera conjunta, absorberán un 69% del presupuesto) desde el Ejecutivo se va a privilegiar, también, a los otros dos vectores destacados, que son la cohesión territorial y social y la igualdad.
En total, España desarrollará hasta el año 2026 y solo para cubrir los 69.500 millones de euros en ayudas directas, un total de 211 reformas estructurales y 109 planes de inversiones, divididos en 406 hitos y metas. Habrá 10 políticas palanca que guiarán la publicación de las diferentes convocatorias, que incluyen materias como la renovación de las infraestructuras, la transición energética, la lucha contra la despoblación o la modernización del tejido industrial y, en especial, de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Tal y como señaló García Andrés, desde el Ejecutivo estiman que “el desarrollo del plan en su conjunto puede elevar el crecimiento del producto interior bruto (PIB) dos puntos por cada año de su ejecución, aunque el incremento potencial del PIB podría convertirse en algo estructural y aumentar en cuatro décimas por cada ejercicio en el largo plazo”.
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