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¿Es un buen momento para invertir en salud?

Tue Nov 24 08:31:17 CET 2020

Además de por la pandemia del coronavirus, el sector de la salud ofrece interesantes oportunidades de inversión pensando en el largo plazo, aportando fortaleza a las carteras, dado que muchos de sus valores cotizados tienen una vocación defensiva.

Puede parecer una obviedad resaltar la importancia de contar con valores y activos vinculados a la salud en una cartera de inversión inmersos en una pandemia global, pero, lo cierto, es que este segmento lleva desde hace años focalizado en la innovación digital, con empresas que están desarrollando proyectos pioneros y totalmente disruptivos en áreas como la telemedicina, la biotecnología o la robótica aplicada a las prótesis humanas. “El sector de la salud y la tecnología ha tenido un comportamiento fantástico en las bolsas, dado el ritmo creciente de envejecimiento de la población y nuestro deseo por vivir mejor y alargar nuestra vida”, señala Miguel Vicente, fundador de Antai Venture Builder, de Wallapop, de Justbell y presidente de Barcelona Tech City, en el Podcast de Banco Sabadell. Se trata de una industria que presenta interesantes oportunidades y que ha sumado, desde hace unos meses, una más: la necesidad de encontrar una vacuna contra la COVID-19 en el menor plazo posible, junto con la producción de material sanitario y de fármacos, “por lo que se ha convertido en una auténtica prioridad”, añade Vicente.

 

Estas expectativas han cristalizado, en los últimos meses, en la entrada de importantes flujos de fondos procedentes de inversores en los diferentes laboratorios y grupos farmacéuticos que están investigando una posible vacuna contra el coronavirus, como Pfizer y Moderna. 

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Retos de futuro

Junto a esta realidad, cabe señalar que el envejecimiento de la población, la cronificación de muchas enfermedades antes mortales y el aumento notable de la esperanza de vida están creando toda una serie de retos nuevos que el sector de la salud tiene que cubrir durante estos próximos años. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su informe ‘Perspectivas de la Población Mundial: Aspectos Destacados’, en 2050, una de cada cuatro personas que vivan en el planeta tendrá más de 60 años, lo que augura unas muy buenas perspectivas de crecimiento para esta industria, tanto en productos como en servicios sanitarios.

La cronificación de enfermedades, el envejecimiento o la demanda de servicios sanitarios sitúan a la industria de salud con unas buenas previsiones de crecimiento a futuro

Tanto los laboratorios como muchas otras empresas de reciente creación tienen por delante un amplio abanico de retos por cubrir en el ámbito de las patologías que, cada vez, tienen una incidencia mayor entre la población por causas como el estilo de vida, el estrés o la contaminación. Entre ellas, cabe destacar diversos tipos de cáncer que, todavía, tienen una tasa de letalidad muy elevada, como los de páncreas o los de intestino, las enfermedades cardiovasculares, como el ictus, o, incluso, algunas neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple. Junto a ellas, existen otras que, con unos niveles de mortalidad más leves, están muy extendidas entre la población y ofrecen un amplio camino por recorrer todavía para su tratamiento y curación, como la diabetes, la obesidad o la hipertensión.

Por qué son claves en una cartera

Con estas perspectivas en mente, las acciones de compañías del ámbito de la salud son, probablemente, una buena elección para formar parte de cualquier cartera de inversión diversificada. De hecho, los sólidos fundamentos y las previsiones de incremento en sus cuentas de resultados las convierten en una interesante alternativa como apuesta de largo plazo, ya que, incluso, pueden tener un carácter defensivo. La razón principal detrás de este razonamiento, además de las expectativas sobre el descubrimiento de nuevos fármacos revolucionarios, estriba en que la demanda esperada de los bienes y los servicios de muchas de estas entidades para los próximos años parece apuntar a una gran estabilidad, dado que, a pesar de que exista una crisis económica, muchas personas seguirán precisando de ciertos fármacos o de la contratación de servicios de atención sanitaria en su día a día.

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De acuerdo al informe ‘Panorama de la Salud 2019’, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la proporción de gasto del Producto Interior Bruto (PIB) en el sector sanitario en el planeta podría aumentar casi un 9,5% hasta el año 2060, lo que significaría que se cuadruplicaría el volumen actual del mercado sanitario en la mayoría de los países de Occidente. Estas previsiones, desde el punto de vista financiero, ya llevan desde hace tiempo teniendo una traslación en los mercados. Según los datos que recogen las pantallas de Bloomberg, tomando como referencia el periodo que va de enero de 2011 a enero de 2020, las acciones del sector sanitario a nivel global, incluidas en el índice MSCI World Health Care, obtuvieron una rentabilidad casi dos veces superior al selectivo internacional MSCI World broad Market.

La importancia de la diversificación

De hecho, desde el estallido de la pandemia, muchos fondos de inversión especializados en el sector salud han cosechado un mayor beneficio que otros focalizados en industrias diferentes. Este tipo de productos es una muy buena opción para que cualquier inversor minorista participe en el segmento sanitario, ya que, al apostar por la diversificación, no solo se fijan en las grandes compañías globales, como laboratorios o empresas de  medical devices y de equipamiento y suministros hospitalarios, sino que, también, incorporan entidades de subsectores sanitarios menos conocidas para el gran público (incluyendo startups con proyectos innovadores) y abren su foco a todos los mercados de renta variable del mundo.

En este sector es muy importante esta tarea de diversificación porque, al existir grandes expectativas sobre muchas empresas en el descubrimiento de nuevos fármacos o en relación a dispositivos tecnológicos que mejoren la calidad de vida de las personas, si, finalmente, no se cumplen las caídas en la cotización de muchos valores puede ser muy importante. Según el informe ‘¿Cuánto tiempo se tarda (y por qué) en desarrollar un medicamento?’ elaborado por FarmaIndustria, solo uno de cada 10.000 potenciales medicamentos analizados en las fases preclínicas llega finalmente a comercializarse en el mercado. En este sentido, una de las líneas en las que hay mayores esperanzas puestas es la tecnología del ácido ribonucleico mensajero (ARNm), que ordena al cuerpo producir proteínas para combatir enfermedades específicas, y que tiene posibles aplicaciones en oncología o trastornos genéticos.

Empresas innovadoras con sello español

Desde la óptica de la digitalización, el reto de muchas compañías está en ofrecer innovaciones que sirvan para reducir costes en los sistemas nacionales de salud, proponiendo, por ejemplo, apps para realizar visitas médicas o sensores y nanobots que evalúan el estado de los pacientes en tiempo real. En el campo de la cirugía robótica, cada vez más, las máquinas, siempre bajo supervisión humana, realizan intervenciones más precisas y menos invasivas, lo que servirá para reducir los tiempos de estancia hospitalaria y rebajar el número de pacientes que requerirán segundas operaciones.

España no se está quedando atrás en estos ámbitos de innovación sanitaria ni en otros que están, en estos momentos, en desarrollo. Por ejemplo, la compañía DyCare, a través de su aplicación ReHub, ofrece terapias de rehabilitación en remoto para pacientes con problemas musculoesqueléticos, con tratamientos personalizados que son monitorizados en tiempo real por médicos y fisioterapeutas. Por su parte, y apoyándose en la realidad virtual, Psious ayuda a tratar trastornos psicológicos como la acrofobia (miedo a las alturas), la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) o la aerofobia (miedo a volar). En el ámbito de la fertilidad femenina, destaca WOOM que es una app que ayuda a optimizar las posibilidades de lograr un embarazo, ofreciendo consejos y dando la opción de compartir dudas y experiencias con otras usuarias.

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En el campo de la telemedicina, hay un extenso abanico de empresas españolas desarrollando proyectos, como Elma Care, que, a través de una app, combina un  integral con consultas médicas a distancia, que incluye asesoramiento por parte de especialistas o la posibilidad de realizar un seguimiento del historial clínico, entre otros servicios. Otro ejemplo es mediQuo, que ofrece consultas médicas online las 24 horas del día, llegando ya a tener más de 600.000 usuarios activos. Apoyándose en la inteligencia artificial, Mediktor se ocupa de recoger los síntomas de los pacientes a partir de cuestionarios de preguntas, realizando diagnósticos de las enfermedades, pronosticando su nivel de urgencia y sugiriendo la especialidad médica a las que los pacientes se deben dirigir. 

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Fotografía de Kelly Sikkema en Unsplash
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