El coronavirus lo ha revolucionado todo, pero la incertidumbre también abre paso a nuevas oportunidades. “La pandemia ha provocado cambios en el comportamiento humano que están teniendo un impacto muy grande en los activos inmobiliarios”, afirma Anna Gener, CEO de Savills Aguirre Barcelona, en el Podcast de Banco Sabadell. “Trabajamos, nos divertimos y compramos de manera diferente, y esto obliga a repensar las oficinas y los espacios donde compramos. También exige que haya más naves logísticas porque se compra cada vez más a través de Internet”, destaca.
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Dar respuesta a las tendencias sociales
La crisis sanitaria ha acelerado muchas tendencias que comenzaban a asomar sin consolidarse, como la normalización del teletrabajo y del consumo online, que se ha visto disparado en los últimos meses. “Ahora hay que atender estas tendencias de manera urgente porque se han acelerado a un ritmo para el que ya se ha llegado tarde”, dice Gener, quien asegura que “vamos hacia espacios mucho más flexibles con usos mixtos y tenemos que lograr que el urbanismo posibilite los nuevos productos inmobiliarios”.
La CEO de Savills Aguirre Barcelona pone como ejemplo la concepción de las oficinas. “Con el confinamiento, hemos visto que gracias a la tecnología se puede llegar a trabajar desde cualquier lugar”, afirma, aunque es partidaria de que se diseñen espacios físicos para promover la creatividad y la inteligencia colectiva.
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Todo a mano: la última milla sostenible
“Vivimos un momento de cambios, pero también es una oportunidad para avanzar y crear productos inmobiliarios que se adecuen a esta nueva demanda más flexible”, considera Gener, que también es protagonista de la campaña ‘Empresarias optimistas’ de Banco Sabadell. La experta visualiza la posibilidad de que se conciban lugares para vivir y para desarrollarse profesionalmente. “Es muy probable que en un futuro haya edificios residenciales que destinen parte de las zonas comunes a espacios para trabajar. Que tú sin moverte del edificio donde vives tengas ese espacio”, destaca.
La pandemia ha generado otra gran revolución: el incremento de las compras online. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelaba recientemente que el 23% de los ciudadanos las ha aumentado durante la pandemia y, además, según una encuesta de EAE Business School del pasado mayo, el 53% de los españoles aseguraba que compraría más por Internet tras el confinamiento. “Esto plantea muchos retos logísticos, de movilidad y de servicio”, remarca Gener. Una tendencia relacionada con el desarrollo de “la última milla dentro de la ciudad y sin problemas de sostenibilidad”.
Una nueva vida para los locales comerciales
Tal y como señala la experta inmobiliaria, en algunos espacios sí habrá un cambio de tendencia perdurable debido al aumento del consumo por la red. “Los locales comerciales deberán ofrecer más experiencias y más conexión con la marca. Se van a tener que reinventar mucho, pero no todos van a tener esa posibilidad”, afirma. Mientras los espacios vacíos de los ejes urbanos prime se llenan de nuevos negocios, los locales de zonas más secundarias que hayan cerrado deberán pensar en otras funciones.
“Aquellos locales que cumplan con las condiciones de habitabilidad óptimas podrían ser reconvertidos en viviendas. Otra utilidad interesante es que pasen a ser almacenes urbanos de las compras que se hagan por Internet”, destaca la especialista en el Podcast de Banco Sabadell. “Una ciudad dinámica no se puede permitir tener espacios vacíos. Si el uso al que estaban destinados ya no tiene sentido por cambios en el comportamiento de la sociedad, debemos buscar otros para satisfacer la demanda”, asegura.
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¿Es buen momento para vender?
La COVID-19 también ha afectado a la compraventa inmobiliaria. “Hay una cierta parálisis porque el universo de compradores se ha reducido”, cuenta Gener. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde la declaración del estado de alarma en marzo hasta el mes de julio el número de transacciones inmobiliarias descendió en más de 100.000 operaciones con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, “en lugares de una demanda consistente, como Barcelona y Madrid, los precios no se han modificado de manera sustancial. Puede haber algún descuento, pero no generalizado”, expone.
Para la experta no se puede decir que el actual “sea un gran momento para comprar ni tampoco un mal momento para vender” y el futuro obedecerá a la evolución de la crisis sanitaria. “Que el ritmo de comercialización de viviendas vuelva a la normalidad dependerá de la situación económica y de los préstamos hipotecarios, cuyas condiciones se han endurecido con la pandemia”, considera. Su optimismo tiene una fecha. “El año 2021 todavía será difícil. Pero es muy factible que en 2022 retomemos una recuperación en todos los sentidos”, concluye.
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