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Aceptar una herencia con un préstamo con garantía hipotecaria

Thu Jan 28 10:43:45 CET 2021

Aceptar una herencia puede ser un proceso más complicado y, sobre todo, más costoso de lo que parece. Para evitar disgustos, contar con instrumentos que aporten liquidez, como los préstamos con garantía hipotecaria, puede suponer una gran ayuda.

Gestionar o recibir una herencia lleva aparejado una serie de trámites que presentan algunas complejidades, sobre todo, desde el punto de vista económico y fiscal, para cualquier persona que deba acometer alguno de estos procesos por primera vez. En este contexto, existen muchos factores que hay que considerar, ya que tienen relevancia y que hacen prácticamente obligatoria la presencia tanto de un notario como de abogados -con el coste económico que ello conlleva- como, por ejemplo, el número de herederos, la localización de los bienes, el número y la tipología de los mismos o si existe alguna clase de conflicto entre las personas que van a heredar.

El apoyo de los préstamos con garantía hipotecaria

Aunque pueda sonar raro, tras hacer los oportunos cálculos económicos con carácter previo a aceptar una herencia, muchas personas deciden finalmente renunciar a ella para no comprometer sus economías familiares. Sin embargo, la mayoría de ellos desconoce que existe una vía con la que poder financiarla, logrando el capital necesario para poder afrontar todos los gastos, gracias a los préstamos con garantía hipotecaria. Estos productos son, a grandes rasgos, préstamos en los que los clientes aportan como garantía de la operación un inmueble en propiedad, de modo que la entidad financiera, llegado el caso, podría ejecutar sus derechos sobre el mismo si el cliente no pudiera cumplir con los compromisos de pago.

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En general, están diseñados para personas que precisan de un capital elevado y a las que no les es posible obtener financiación por otras vías. Además, cuentan con la ventaja tanto de ofrecer, por regla general, condiciones menos exigentes que las de los préstamos convencionales, como de que no es necesario justificar el motivo por el que se necesita dicho importe económico. Es decir, que es una manera rápida de lograr liquidez a través de los bienes inmuebles que se poseen (por definición, son los activos menos líquidos que existen), sin tener en cuenta el historial crediticio del cliente (estos préstamos no evalúan los ficheros de morosidad). En el caso de las herencias, son muy útiles para, por ejemplo, reagrupar las deudas que se han recibido del fallecido.

El coste económico real de una herencia

Según los datos del Consejo General del Notariado, de enero a junio de 2020, se tramitaron alrededor de 142.000 herencias en España, de las que casi 16.000 (el 11,3%) se rechazaron, su cifra más elevada en 15 años. El principal motivo fue la existencia de deudas, en especial, en activos relacionados con el sector inmobiliario. La otra gran causa fueron las obligaciones fiscales, principalmente, el pago del impuesto de sucesiones, de competencia autonómica, cuya cuantía hace que, en ocasiones, al heredero no le compense aceptar la herencia haciendo el cálculo de lo que, finalmente, percibirá.

De hecho, este no es el único coste que hay que asumir, sino que se añade a una lista en la que contabilizar las minutas de los abogados que gestionan las posibles incidencias legales que se produzcan, los servicios de gestión del notario, los gastos para poder modificar los datos del Registro de Propiedades (en el caso de que existan bienes inmuebles), así como la tramitación de distintos documentos, como el certificado de defunción, el de Actos de Última Voluntad o la copia autorizada del testamento.

Riesgos y ventajas de los préstamos con garantía hipotecaria

A pesar de su importante papel para aportar la liquidez suficiente con la que llevar a cabo con éxito los trámites de una herencia, los préstamos con garantía hipotecaria también conllevan una serie de riesgos. Entre otros, destaca el hecho de que, al poner la vivienda como aval, en el peor de los casos, se puede llegar a perder por impago, que es requisito imprescindible que la casa esté pagada al 100% y que no soporte ninguna carga económica; que cuenta, habitualmente, con unos intereses más elevados que los de un préstamo personal; y que los plazos de espera para lograr la aceptación por parte de la entidad financiera suelen ser más largos que en el caso de otro tipo de productos.

Advertidos de estos riesgos, sus ventajas, en teoría, son muchas para la persona que lo solicita, ya que le permite conseguir, en principio, cantidades superiores a las que obtendría con un préstamo personal, le es posible seguir viviendo en la casa que se pone como aval (incluso, está permitido venderla mientras se sigue pagando el préstamo) y le ofrece plazos de devolución largos, de hasta 30 años, es decir, equiparables a los de una hipoteca.

Los errores más comunes al recibir una herencia

No tener en cuenta de modo adecuado los costes económicos es el error más importante en el que, con frecuencia, se cae durante la aceptación de una herencia. La gestión de una herencia puede convertirse en algo tedioso y nada sencillo, donde pueden producirse una serie de incidencias, por lo que hace que contar con asesoramiento profesional sea la mejor decisión que se tome.

Por ejemplo, el plazo para liquidar el impuesto de sucesiones es de seis meses desde el momento del fallecimiento, si bien es posible solicitar una prórroga por la misma extensión de tiempo, pero hay que pedirla formalmente durante los cinco primeros meses. Si, además, hay una vivienda dentro de la herencia, es necesario liquidar el impuesto de plusvalía municipal. La única solución para evitar tener que pagar ambas tasas es que se renuncie a la herencia. 

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Otra situación que se produce con frecuencia es desconocer que, al aceptar una herencia, no solo se están asumiendo los bienes de la persona fallecida, sino, también, sus deudas. Aunque de ello informa el notario, es posible que el heredero no termine de comprender las repercusiones legales y financieras que eso conlleva, lo que, de nuevo, subraya la necesidad de contar con ayuda especializada.

Fotografía de Andrew Medhat en Unsplash
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