Las entidades bancarias están en constante evolución. Su negocio no ha sido ajeno a la transformación digital que viven todas las industrias, más intensa en los últimos tiempos debido al impacto de la pandemia de la COVID-19, y su modelo tiene poco que ver ya con el enfoque tradicional en el que predominaba lo presencial frente a lo digital.
A esta actualización ha contribuido la nueva regulación a nivel europeo, conocida como PSD2, que ya ha sido elevada a la legislación española a través del Real Decreto Ley 19/2018 de servicios de pago. Esta normativa ha impulsado el open banking o banca abierta, un nuevo paradigma del que se escuchará hablar cada vez más en los próximos años y que será un auténtico impulso para las empresas en su relación con la industria bancaria y los servicios financieros.
Una banca más abierta pero igual de segura
El open banking es un nuevo modelo que favorece la apertura de la infraestructura bancaria a terceros ajenos a la entidad. A través de las Application Programming Interfaces (API), cualquier proveedor de servicios (llamados Third Party Providers o TPP) puede acceder a la información y a los datos bancarios de los clientes para desarrollar aplicaciones o funcionalidades, manteniendo la seguridad y la privacidad que exige este proceso.
El impulso de esta nueva tecnología ha venido de la mano de la directiva PSD2 antes citada, que obliga a los bancos a permitir el acceso a la información de sus clientes y que estos puedan compartirla, si así lo desean, con otras empresas. Por tanto, cualquier usuario puede autorizar a terceros para que acceda a sus datos financieros con el objetivo de proporcionarle nuevos servicios.
A pesar de que el acceso de terceros podría suponer un riesgo, lo cierto es que la seguridad y la privacidad están garantizadas. Además, la cesión de dichos datos permite agilizar y simplificar infinidad de procesos, como la solicitud de crédito, la posibilidad de agregación de cuentas bancarias y el acceso a promociones especiales y a mejores condiciones de financiación o inversión.
Para Julia Holzgreve, directora de Open Banking & Ecosystem Partnerships de Keen Innovation AG, el open banking proporcionará una nueva experiencia a los usuarios, además de ofrecer una buena oportunidad a los bancos para innovar, crear diferentes modelos de negocio y abrir nuevos mercados. Una nueva realidad tecnológica para la que ya no hay marcha atrás: “Tal y como ocurrió con la expansión de las tarjetas de crédito, la banca abierta es un nuevo modelo que hace imposible que se vuelva a la mentalidad tradicional”.
Por su parte, Carlos Figueredo, CEO de Open Vector, cree que el open banking es la mayor revolución del sector bancario en los últimos 25 años, tanto por la forma en la que se comparten los datos bancarios como por el nuevo modelo de interacción entre entidades y clientes.
Mayor integración bancaria para las empresas
Los dos servicios que más éxito están teniendo gracias a la aprobación de la PSD2 son los servicios de agregación de cuentas (Account Information Services o AIS) y los servicios de iniciación de pagos (Payment Initiation Services o PIS).
En primer lugar, los servicios de agregación de cuentas reúnen toda la información (gastos e ingresos) de las cuentas bancarias de un usuario. Así, por ejemplo, una empresa puede acceder a toda su información de tesorería desde una plataforma (ya sea una app, una web o un programa) e incluso integrar esta información en sus Enterprise Resource Planning (ERP) para disponer de ella de forma centralizada y facilitar la toma de decisiones.
En segundo lugar, otros de los usos regulados en la PSD2 son los servicios de iniciación de pagos, a través de los cuales terceros proveedores facilitan el uso de la banca online para realizar pagos digitales. Gracias a ellos, un consumidor puede pagar sus compras a través de internet sin usar métodos de pago como la tarjeta de crédito o la cuenta bancaria. En este caso, el proveedor del servicio hace de interfaz puente entre la cuenta del cliente y la del comercio, y gestiona la orden de pago. Por un lado, simplifica el proceso para los clientes y sella la privacidad de sus datos bancarios, y por otro, el vendedor cuenta con la seguridad de recibir el pago.
En realidad, y aunque estos dos sean los únicos servicios regulados a través de la nueva normativa, lo cierto es que las entidades están comenzando a abrir todas las API de sus canales de negocio. Así, cualquier proveedor puede hacer uso de forma segura de la información sobre préstamos, créditos, hipotecas, coberturas de divisas o sobre la propia conciliación bancaria de las empresas.
Casos de uso: desde pagar más tarde a gestionar la tesorería
Las empresas pueden beneficiarse del open banking, por ejemplo, integrando servicios bancarios en sus plataformas. En la actualidad existen algunas iniciativas que permiten ofrecer un servicio añadido, como, por ejemplo, la posibilidad de pagar una compra más tarde. Así, los usuarios pueden consultar las opciones de financiación instantánea de varios bancos y seleccionar la que mejor se ajuste a su perfil.
Algunas entidades financieras también están trabajando en la posibilidad de ofrecer la apertura de una cuenta desde la plataforma interna de una empresa. De este modo, los trabajadores de una compañía pueden acceder a este servicio en sencillos pasos y consultar sus fondos o reclamar ingresos.
Igualmente, están surgiendo nuevas soluciones específicas para autónomos.
Un nuevo sistema de alianzas entre empresas y bancos
El open banking supone un nuevo modelo de colaboración entre entidades financieras, compañías fintech y clientes de servicios bancarios. Todo un ecosistema que sitúa al usuario en el centro y que proporciona aplicaciones innovadoras que se ajustan a sus necesidades. Holzgreve señala que la mayoría de sinergias se realizan directamente entre el banco y las empresas de tecnología financiera.
Por su parte, Figueredo afirma que este desarrollo supone el comienzo de una nueva era de colaboración bancaria: “La banca abierta supone que cada una de las partes conozca bien sus fortalezas y pueda completarlas con las de los otros para proporcionar a los clientes productos y servicios innovadores y de mayor valor añadido”.
Parece que el open banking ha llegado para quedarse. Y aunque sea una tecnología relativamente reciente, es más que probable que dentro de poco el uso de las API sea generalizado y exista una oferta bastante amplia de aplicaciones que hagan un uso intenso de la infraestructura bancaria.