Del fuerte revés a una solución transformadora. La economía, sumida en los efectos de la situación derivada de la pandemia, necesita reparar los daños y salir reforzada de la crisis actual. Para ello, la Unión Europea (UE) creó el Fondo Next Generation EU, conocido también como Fondo de Recuperación Europeo. Se trata de un plan dotado con 750.000 millones de euros, de los cuales España recibirá 140.000 millones de euros, de los cuales, 72.700 millones de euros llegarán en forma de transferencias y ayudas directas de aquí a 2023. Más allá de las ayudas, un nuevo paradigma comienza a vislumbrarse.
Estos fondos se vertebran alrededor de dos grandes vectores de transformación: la transición ecológica, con un 37% de las ayudas, y la transformación digital, con un 33% del total de los recursos -por encima del mínimo del 20% fijado por la UE-. La igualdad de género y la cohesión social y territorial se incluyen como ejes transversales. España será uno de los grandes beneficiados de estas partidas, cuyo Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia está incluido en los Presupuestos Generales del Estado.
“Los fondos van a tener una cobertura muy amplia y van a ser muchos los sectores que se beneficien de ellos, impulsando el tejido empresarial y ayudando tanto a grandes como a pequeñas y medianas empresas”, sostiene Blanca Montero, Subdirectora General, Directora de Negocios Institucionales y Responsable de Fondos Europeos de Banco Sabadell. Sin embargo, para ello España tendrá que esforzarse, especialmente, a la hora de mejorar su puesta en marcha.
Un plan ambicioso y exigente para todos
Tal y como señala Montero, “el Fondo de Recuperación Europeo es de un importe elevadísimo, ambicioso en los objetivos que pretende y cuenta con un plazo temporal muy exigente para su ejecución y desarrollo, que requerirá una buena planificación por parte de la Administración Pública y de todos los agentes económicos, ya que nos jugamos la oportunidad de transformar nuestra economía”.
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En el caso de Cataluña, la Generalitat ha seleccionado 27 proyectos emblemáticos para optar a los fondos de entre más de 500 propuestas. Las iniciativas, impulsadas por empresas, clusters, centros de investigación y tecnológicos, implican un presupuesto de más de 41.000 millones de euros. El gran objetivo es dar con un modelo productivo “más próspero, inclusivo, resiliente y sostenible”, tal y como destaca el programa presentado por el Govern de Catalunya Next Generation Catalonia. Entre los proyectos más relevantes, destacan los centrados en la energía, como Carbon Recovery, Battery Hub e Hydrogen Valley of Catalonia.
El primero es el de mayor peso por presupuesto, formado por 7.282,1 millones de euros, que persigue “posicionar a Cataluña como un referente europeo en descarbonización y economía circular”, cuenta el documento. El segundo mayor proyecto pretende “reforzar la cadena de valor de las baterías eléctricas en Cataluña y en el sur de Europa”, con un presupuesto de 6.869,9 millones, mientras que el tercer plan busca crear “una plataforma regional aglutinadora de diferentes iniciativas alrededor del hidrógeno verde”. Su coste global es de 6.555,8 millones de euros.
El camino hacia el éxito: evitar la dispersión de los recursos
“Lo peor que puede pasar ahora es que los fondos europeos se fraccionen para financiar múltiples proyectos, todos ellos con algún interés, pero que en conjunto no tengan la capacidad de transformar nuestro país”, expusieron recientemente en el foro Diálogos en La Vanguardia sobre Fondos Europeos. Cataluña como destino de la inversión diversos expertos del comité creado por la Generalitat para la gestión de los recursos. Para ellos, el éxito de la gestión de los fondos europeos pasa en buena medida por que sea la Generalitat la que fije con claridad el destino de esos recursos y se evite la dispersión.
En este sentido, los expertos hablan de establecer misiones que transformen la economía catalana desde sus cimientos. Algunos ejemplos son generar industrias hoy inexistentes a partir de los centros de investigación, como el diseño del chip europeo; transformar el turismo en más productivo y con la capacidad de pagar mejores salarios; ser más eficientes en sanidad; transformar la industria automovilística para producir vehículos eléctricos y autónomos; o consolidar el ecosistema catalán de startups del sector digital y del bio como uno de los más potentes de Europa.
Una nueva estrategia para las empresas
Otro grupo de analistas, responsables del último ‘Informe económico y financiero’ anual de la escuela de negocios Esade, destaca la gran oportunidad que supone aprovechar y gestionar estos fondos. Una tarea “colosal”, según destaca dicho estudio. “Asegurar que las ayudas van acompañadas de reformas estructurales para un mejor aprovechamiento de los fondos y que se canalizan los proyectos de mayor valor añadido para la economía será la tarea principal del Gobierno de 2021”, mencionan sus autores, a la vez que reclaman que se llegue a las pequeñas y medianas empresas.
Por su parte, Montero considera “fundamental que se establezca una relación fluida entre el Gobierno y las comunidades autónomas, y entre el ámbito público y el privado”. Pero no es la única relación imprescindible, ya que también es necesario el papel activo de las entidades financieras. De hecho, las ayudas y las subvenciones nunca serán del 100%, advierte la Subdirectora General de Banco Sabadell, por lo que resulta clave que las empresas revisen sus estrategias, preparen sus estructuras financieras y su capacidad de endeudamiento.
Desde Banco Sabadell se están desarrollando planes de ayuda y acompañamiento para que las empresas estén asesoradas durante el proceso de definición del proyecto y, de esta forma, encajar con las directrices de acceso al Fondo de Recuperación Europeo. “Para los empresarios va a resultar un reto, no solo por Next Generation EU, también por las convocatorias del Marco Financiero Plurianual. Deben empezar a prepararse, haciendo una reflexión estratégica para ver cómo la empresa debería transformarse a futuro en alguno de los ejes prioritarios”, concluye Montero.
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