Para la mayoría de ciudadanos el deporte ha sido clave a la hora de afrontar mejor la situación excepcional provocada por la pandemia, este se ha convertido en un remedio para mitigar sensaciones como el estrés y el aburrimiento. Así lo corrobora un estudio de ASICS Research en el que el 80% de los encuestados afirmaron que estar activos durante el confinamiento les ha hecho sentir más saludables físicamente y, sobre todo, mentalmente, ya que les ha ayudado a controlar sus emociones y a mantener la mente despejada. Pero esto ha ido más allá del confinamiento, la práctica de ejercicio físico ha seguido presente en las vidas de tres de cada cinco personas durante la desescalada, según un estudio de la consultora de mercados Ipsos.
Los españoles, según este informe, se decantaron por salir a caminar (un 58%), correr (un 22%) o montar en bicicleta (un 17%). La COVID-19 ha creado un nuevo tipo de deportista aficionado que supone un repulsivo para el sector, que mueve cerca de 15.000 millones de euros anuales y que se ha visto obligado a adaptarse ahora a esta nueva realidad. Pero mientras las tiendas de running o de ciclismo celebran el estar ante una buena oportunidad de negocio, otros sectores que generan una importante actividad económica local, como los eventos populares, están al borde del cataclismo.
La encuesta de Ipsos publicada en mayo apuntaba también a que este nuevo hábito se mantendrá a corto y medio plazo. El 87% de los encuestados confirmaba que seguirá practicando este deporte y el 47% de ellos tiene claro que, en caso de un nuevo confinamiento, optará por las videoclases.
Ante este nuevo contexto, con un consumidor pos-COVID-19 más concienciado sobre la importancia de tener hábitos saludables, los negocios más perjudicados, como algunas tiendas, centros deportivos y gestores de eventos, ya están poniendo en práctica varias alternativas para reinventarse e intentar salvar el negocio.
¿Cómo se adapta el sector al comercio electrónico?
En los últimos meses, determinados artículos de las tiendas se han agotado de sus almacenes. Las bicicletas, primero las estáticas durante el confinamiento y luego las polivalentes en la desescalada, se agotaron en muchas tiendas. Las ventas de estos artículos han crecido hasta un 400% desde que se permitió hacer deporte fuera de casa, según datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España. Hubo establecimientos que pasaron de quedarse sin rodillos, bandas elásticas y esterillas a aumentar la venta de zapatillas, ropa de deporte y otros complementos para entrenar al aire libre.
Estos datos, según los especialistas, tienen que tenerse en cuenta para estar preparados ante posibles escenarios futuros. Es decir, cuál será la demanda si hay otro confinamiento. Un punto importante será el comercio electrónico como canal de venta.
Andrés de la Dehesa, presidente de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Artículos Deportivos, señala que la tendencia de comprar por Internet crecerá todavía más durante los próximos años. Tener una tienda web ya no es optativo, sino esencial. “Hay un especialista en running en Zaragoza que vendió 350 zapatillas de alta gama en abril porque tenía una buena plataforma de venta online”, comenta De la Dehesa. “Y ha ocurrido lo contrario con los negocios que no han podido movilizar su producto. Ahí todos nos estamos poniendo las pilas porque es determinante vender por Internet para dar salida al stock si nos vuelven a confinar”, añade.
De la Dehesa es prudente y subraya que este hecho no ha influido de la misma manera a todos los sectores de la industria de artículos deportivos. “Dependiendo de la tipología del comercio ha habido desde tristezas a crecimientos exponenciales. Hay que recordar que nos hemos dejado un 35% del mercado en esta pandemia”, explica. “La situación es compleja. El mundo del ciclismo está viviendo un momento dulce, pero las tiendas de equipamiento de fútbol lo están pasando bastante mal”, puntualiza.
Cómo redefinir los gimnasios
Los contagios han llevado al cierre temporal de los gimnasios y a la cancelación de eventos deportivos. Antes de la pandemia, casi cinco millones de personas eran miembros de estos centros de entrenamiento, un negocio que movía en España cerca de 2.000 millones de euros al año, según datos del International Fitness Observatory (IFO). La dinámica ha cambiado. En un estudio publicado en abril, IFO estimaba que para finales de este verano las pérdidas serían de 1.000 millones de euros y que más 100.000 puestos de trabajo estarían en riesgo.
El talón de Aquiles de la mayoría de estos centros es su modelo de negocio. Tan solo el 23% tiene a la mitad de sus clientes con suscripción anual, lo que, según el informe IFO “es un mercado financieramente frágil”. Muchas de estas empresas introdujeron el uso de la tecnología para seguir conectados con sus usuarios los meses de confinamiento. El 71% comenzó a ofrecer clases en tiempo real a través de videollamadas y el 50% de ellas disponía de videocursos grabados previamente.
Esta solución plantea una nueva forma de concebir los gimnasios. Tener una gran superficie para albergar un determinado número de clientes se hace innecesario, ya que la teletransmisión de actividades permitirá a los deportistas no tener que desplazarse hasta el centro. Una empresa con una buena planificación de videoclases puede llegar a más gente –incluso de otras ciudades y países-. El futuro pasa por combinar lo online con lo físico. El gimnasio, posiblemente, siga abierto para los aficionados que necesiten un equipo de gran tamaño para entrenar o mucho espacio, para practicar actividades como el levantamiento de pesas o las artes marciales.
Este cambio de modelo de negocio necesita de una gran planificación e inversión financiera. Tanto a la hora de establecer una red interactiva como de marketing. La competencia será mucho mayor y este último punto será prioritario para la captación de nuevos miembros. Establecer una horquilla económica de cuánto hay que invertir para fortalecer estas patas del negocio resulta complicado. Dependerá de la tipología del centro (independiente, miembro de una franquicia o una cadena) y del número de abonados, por lo que lo ideal es dejarse aconsejar por una consultora.
La carrera virtual más grande
La cancelación de grandes eventos deportivos, como son las maratones, ha sido un batacazo económico tanto para los organizadores como para la multitud de negocios que se nutren de estas concentraciones. Al precio de la inscripción, los participantes –la mayoría aficionados- deben sumar los gastos del desplazamiento, la estancia y las dietas, lo que supone un movimiento de dinero que beneficia a las ciudades que acogen este tipo de eventos. Los efectos del coronavirus, según los especialistas, cambiarán la forma de gestionar estos encuentros multitudinarios, donde las medidas de seguridad (y otras alternativas de participación) serán las protagonistas.
Algunas asociaciones dedicadas a la realización de eventos ya lo están haciendo. La agencia deportiva UnoiUno ha sido de las primeras en organizar una competición de Crosstraining (disciplina que consiste en superar sucesivamente pruebas de levantamiento de pesas y atletismo) libre de COVID-19 a finales del pasado julio en Valencia. Para ejecutar la competición, con el nombre de Taronja Games, fue necesaria la supervisión de varias empresas sanitarias, que realizaron 350 pruebas para la detección del coronavirus tanto a los trabajadores como a los atletas.
La organización creó un corredor seguro entre el hotel donde se hospedaban los 90 participantes, procedentes de 10 países, y las instalaciones donde participaban los deportistas. “Hay que contar con las nuevas empresas que han emergido debido a esta nueva normalidad. Muchas de ellas son salvavidas para diluir el peligro”, explica Iván Colmenarejo, promotor de eventos deportivos y presidente de UnoiUno.
Las alternativas virtuales se han vuelto una opción de negocio para el futuro. La próxima carrera Movistar Medio Maratón de Madrid se realizará desde casa, de forma individual y a través de una app especial para ello. La organización asegura que será “la carrera virtual más grande celebrada en España” hasta la fecha.