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El análisis técnico, la estrategia recomendada en inversión

Thu Dec 10 09:22:29 CET 2020

Es una de las técnicas más utilizadas y se basa en el precio de la acción como valor fundamental

El análisis técnico, también conocido como ‘chartismo’, es una de las múltiples estrategias de análisis de inversión que existen. De hecho, junto con el análisis fundamental, se podría decir que conforma el par más utilizado y recomendado por los expertos. 

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Su uso está muy extendido entre los inversores con más experiencia y los analistas profesionales. La imagen de un bróker analizando los gráficos en una pantalla de ordenador es icónica y una muestra de la importancia del análisis técnico dentro de la comunidad inversora. A pesar de su popularidad, es importante tener en cuenta que no es capaz de abarcar todos los factores, como la llegada de eventos inesperados, tal y como ha ocurrido con la pandemia de la COVID-19. 

Un sistema de predicción

El análisis técnico consiste en el estudio de las acciones del mercado a través de gráficas. Su objetivo es predecir las tendencias futuras en el precio de una acción, partiendo de la base de que toda la información necesaria para analizar un activo está contenida en el valor del título y, por tanto, no es necesario realizar análisis complementarios.

Así lo afirma, al menos, Ricardo González, autor del libro El código de Wall Street (2017) y operador técnico y cuantitativo de inversión, que explica que en sus análisis no presta atención a noticias y rumores, ya que toda la información que necesita se refleja en las cotizaciones: “Durante los últimos años, se ha visto multitud de ejemplos en los que los analistas fundamentales consideraban empresas cuyas acciones estaban baratas, que han seguido cayendo o incluso han llegado a desaparecer”.

Cómo aplicar el análisis técnico

La herramienta básica de cualquier análisis técnico es una plataforma para visualizar gráficos. Existen multitud de ellas en internet, algunas más sencillas y otras más complejas, en función de lo exhaustivo que se necesite ser. En cualquier caso, el primer objetivo debe ser familiarizarse con estas herramientas y, sobre todo, con su funcionamiento.

Después hay que entender todos los indicadores del análisis técnico: Teoría de Dow, velas japonesas, líneas de tendencia, soportes, etc. Estos indicadores señalan, a juicio de González, cuál puede ser la evolución actual y la esperada de una acción: “Si una cotización está en tendencia alcista, sus inversores están ganando dinero, y si una cotización está en tendencia bajista, por muy barata que nos diga que está una compañía, esa empresa está haciendo perder dinero a sus inversores y lo más probable es que lo siga haciendo”.

Información siempre actualizada

La principal ventaja del análisis técnico es que es una técnica aplicable a cualquier tipo de activo y en cualquier horizonte temporal. No es necesario conocer la idiosincrasia del sector en el que operan las empresas ni sus particularidades para poder extraer conclusiones sobre la evolución futura de la acción. De hecho, se puede aplicar incluso para tipologías de activos tan complejas como las materias primas

Los defensores del ‘chartismo’ también sostienen que este método se realiza con información mucho más actualizada y fiable que en el caso de otros tipos de análisis. “De una forma u otra, las empresas tienen multitud de artimañas contables para maquillar su imagen. Además de esto, los mercados no descuentan la situación actual de esa empresa, sino las perspectivas futuras, con lo que todo análisis fundamentado en la información financiera actual de la empresa, en los mercados ya está totalmente desfasado”, explica González.

Además, el análisis técnico es una estrategia sencilla de entender y de poner en marcha. Se basa en pocos indicadores que no requieren un elevado conocimiento, ya que son bastante fáciles de aplicar. Esto hace que el trabajo sea más factible, consuma menos tiempo y exija menos herramientas, especialmente si se compara con el análisis fundamental. 

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Un arte ciego ante los eventos inesperados

El análisis técnico también adolece de una serie de inconvenientes, al menos para sus detractores. El más importante de todos es que no permite identificar ni aprovechar el análisis fundamental que subyace en cualquier mercado. Para muchos inversores, esta es la limitación más obvia.

Por otra parte, pensar que los precios pasados sirven para predecir tendencias futuras es obviar otros factores que pueden ocurrir, sobre todo aquellos inesperados. Esta circunstancia, que en economía se conoce como Cisne Negro, puede dar al traste con cualquier análisis bursátil que se haya hecho con anterioridad.

Por ejemplo, así ocurrió con la crisis de la COVID-19. En febrero los mercados descontaron en sus cotizaciones el impacto de un extraño virus con origen en Wuhan (China). Esta inesperada circunstancia provocó un desplome de los mercados que dejó sin validez cualquier análisis previo e incluso distorsionó los análisis posteriores realizados únicamente con base en la cotización de la acción. 

Fotografía de MayoFi en Pexels
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