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Edificios inteligentes para mejorar la eficiencia empresarial

Thu Dec 10 10:16:44 CET 2020

La domótica permite reducir el gasto energético de los edificios, lo que se traduce en un ahorro importante para las compañías

La nueva generación de edificios inteligentes es capaz de aprovechar los datos que se generan a través de dispositivos conectados para optimizar su propio funcionamiento, lo que repercute en una mejora de la calidad de vida de sus ocupantes y un aumento de la eficiencia energética.

En los últimos años, una mayor conciencia medioambiental ha llevado a numerosas empresas a implementar sistemas de domótica en sus edificios. Este paso, parte de las estrategias de transformación digital, permite reducir su huella de carbono y los gastos relacionados con su funcionamiento.

Las posibilidades de los edificios inteligentes

“El origen del edificio inteligente se remonta a finales del siglo XX, cuando la utilización de dispositivos electrónicos en viviendas y edificios de oficinas permitió la automatización de ciertas funciones relacionadas principalmente con la comodidad y la seguridad”, señala el experto en smart cities Sergio Colado en el informe ‘Visión estratégica de las viviendas y edificios inteligentes en el horizonte 2030’ de Smart Living Plat. “El auge de las nuevas tecnologías ha permitido y va a potenciar el concepto de vivienda y edificio inteligente, ampliando sus funciones y transformándolo de un lujo a una necesidad”, apunta.

En la actualidad, y sobre todo de cara a los próximos años, estas tecnologías se presentan como una herramienta muy valiosa para alcanzar los objetivos de ahorro y eficiencia energética establecidos por la Unión Europea (UE) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para un futuro sostenible. De acuerdo con la Comisión Europea, los edificios son responsables del 40% del consumo de energía y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La domótica juega un papel muy importante para rebajar estas cifras. “Engloba varias ventajas, como son el confort, la seguridad, la comunicación y, por supuesto, la eficiencia energética”, asegura Guillermo Sanjuán, gerente de Pentadom Edificios Inteligentes. “En el caso de los edificios empresariales, la ventaja de la eficiencia energética es siempre la más importante, ya que son grandes consumidores eléctricos. Reducir sus facturas permite a estas empresas obtener mayores beneficios y disminuir su huella de carbono”.

Para los empresarios, al igual que para los ciudadanos que instalan sistemas de domótica en sus hogares, las prioridades suelen ser siempre las mismas: reducir el consumo en iluminación y climatización y mejorar la monitorización del edificio.

La climatización, el principal ahorro

La climatización supone el mayor consumo de energía de los edificios. “Normalmente, más del 70% de la factura energética total”, subraya Sanjuán. Para lograr un registro eficiente, los sistemas domóticos establecen un control centralizado que mantiene una temperatura confortable y eficiente en cada zona. “Dicho control puede basarse en un horario, en sistemas de detección de presencia o incluso en una programación manual en función de las entradas y las salidas”, explica.

Para garantizar que este control sea efectivo, los sistemas inteligentes pueden autorregularse en función de la temperatura exterior e interior. De este modo, cuando se alcanza un nivel de temperatura óptimo, lo mantienen y reducen el gasto energético del edificio al mínimo.

Optimizar la iluminación

“La iluminación es uno de los sistemas más utilizados en el sector terciario, y es por ello que su correcta automatización es importante, tanto para la eficiencia energética como para mejorar el nivel de comodidad”, aclara Sanjuán.

Los sistemas domóticos permiten, por ejemplo, regular las luminarias de forma automática y constante, teniendo en cuenta la iluminación natural que existe en cada momento. Esto garantiza un nivel de luz continuo que ahorra electricidad y mejora el confort visual.

En edificios de oficinas este sencillo cambio puede aumentar el rendimiento de los trabajadores. En otros, como fábricas o talleres, favorece reducir en gran medida el consumo al optimizar la iluminación por zonas. “Existen cálculos que demuestran que una regulación de la iluminación de un 10% puede suponer ahorros importantes, a pesar de que el ojo humano no es capaz de percibir la diferencia”, señala Sanjuán.

Otra de las funcionalidades de los sistemas domóticos son los sensores de movimiento para encender y apagar las luces de forma automática. “El objetivo es no dejar nunca una línea encendida durante muchas horas generando un consumo innecesario”, señala el gerente de Pentadom.

Seguridad, monitorización y gestión

Uno de los principales beneficios de los sistemas conectados es que permiten controlar el funcionamiento del edificio de forma remota. Por ejemplo, las alarmas técnicas y de seguridad, los sistemas de iluminación y climatización e incluso algunas máquinas o dispositivos. Además, facilitan que el propio edificio ‘tome decisiones’, como cerrar automáticamente una válvula de gas en caso de incendio para evitar una explosión.

“La domótica aumenta el nivel de seguridad, ya que el edificio y todos sus sistemas pueden reaccionar en caso de alarma”, señala Sanjuán. “El caso de la comunicación centralizada o remota es todavía más importante, ya que permite sacarle un mayor provecho al control y recibir alertas en caso de alarmas o fallos”, concreta.

Por ejemplo, el sistema puede informar de una luminaria fundida, de cuánta batería le queda a un dispositivo o de si alguna máquina no funciona correctamente. Estos avisos pueden ser recibidos por el personal de mantenimiento, lo que evita que tengan que hacer revisiones continuas o trabajos innecesarios.

Medioambiente y responsabilidad social corporativa

Las acciones para reducir emisiones de gases de efecto invernadero cobran cada vez más protagonismo en los planes de responsabilidad social corporativa (RSC) de las empresas. Cuando estas apuestan por la tecnología y la innovación, muchos de los proyectos pasan por integrar sistemas domóticos.

“Es evidente que el cambio generacional en la dirección de las empresas y la concienciación general de la sociedad hacen que estas soluciones sean más habituales en el entorno empresarial”, explica Sanjuán.

Muchas veces la demanda viene generada por los propios clientes de las empresas, que exigen soluciones responsables con el medioambiente. “Esto sucede, por ejemplo, en los hoteles. Buscan una reducción en las emisiones porque es algo importante para sus clientes”, señala el gerente de Pentadom. “Para ello, existen sistemas domóticos capaces de reflejar dicho ahorro en la factura. En algunos casos, se hacen descuentos a los huéspedes si han tenido un consumo bajo durante su estancia”. 

Las barreras a la hora de incorporar más sistemas domóticos en oficinas y edificios empresariales derivan casi siempre de una visión a corto plazo. “A mucha gente todavía le cuesta ver los beneficios económicos y de confort que puede suponer una inversión en domótica a medio plazo. Solo se fijan en la inversión inicial y muchas veces queda descartada o aplazada al considerarla erróneamente prescindible”, precisa Sanjuan.

La alternativa a esta mentalidad más conservadora es optar por soluciones pensando en el futuro, tanto para mejorar en términos de ahorro económico como para actuar de forma responsable con el planeta. Una mentalidad que cada vez encaja más con los planes de futuro de muchas empresas.

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